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ABC Cultural

Altolaguirre: el 27 en letras de molde

La Residencia de Estudiantes publica un magnífico «Álbum», dedicado al poeta e impresor

Altolaguirre: el 27 en letras de molde Walter Reuter. Biblioteca Nacional

manuel de la fuente

Manuel Altolaguirre era el alevín del grupo, pero él fue quien se encargó de poner en letras de molde y en letras de oro a sus compañeros, y en gran parte amigos, de la Generación del 27 .

Altolaguirre nació con un sueño cosido a las hechuras de su alma, el de ser impresor, moverse y vivirse entre cuerpos, cíceros, cajas altas y cajas bajas, caracteres, moldes, papel y plomo. Y se dio prisa en conseguirlo.

Con apenas dieciocho años, en 1923 y en compañía de sus paisanos y también poetas José María Souvirón y José María Hinojosa (olvidado por sus compañeros tras la Guerra, por su ideología conservadora, solo Cernuda se acordó de él y de su talento) fundó la revista «Ambos» , trascendental en aquellos años en los que los del 27 velaban ya sus primeras armas líricas.

manuel ángeles ortiz

Siempre inquieto, siempre a la búsqueda de la página perfecta, en 1925 el poeta e impresor malagueño ya está en Madrid, donde hace magníficas migas con Bergamín, Lorca y Alberti . Un año después, en 1926 alumbra la publicación decisiva para la consolidación de la Generación del 27, la revista «Litoral» . en compañía de Emilio Prados. Mientras y en ese mismo año publica uno de los libros más hermosos nacidos y criados en el seno del grupo: «Las islas invitadas» .

Madrid se le queda pequeño y entre 1933 y 1935, instalado en Londres, publica otra bellísima revista, «1616» , nombre con el que rinde homenaje a Shakespeare y Cervantes. De regreso a España, pergeña otra publicación fundamental, «Caballo verde para la poesía» que dirigirá el descomunal Pablo Neruda .

Dos hermanos fusilados por sus camaradas

La Guerra Civil, la dantesca Guerra Civil española se ensaña con el impresor malagueño . En los primeros días pierde a dos de sus grandes amigos, García Lorca e Hinojosa , ejecutado este último por milicianos republicanos. Los mismos que asesinan a su hermano Luis Altolaguirre . Otro hermano del poeta, Federico Altolaguirre , militar y amigo de Franco, es fusilado meses después.

Pero Altolaguirre no abandona la causa republicana y se implica activamente en los cometidos de la Alianza de Intelectuales Antifascistas , como responsable del teatro. Octavio Paz se lo encuentra en Valencia y más tarde escribe: «Un ángel, decían con una sonrisa sus amigos; un ángel, decían con la boca torcida sus enemigos».

Al final de la contienda es movilizado, pero sus superiores detectan rápidamente que lo suyo no es la pólvora, sino la mecha del trabajo intelectual y le proporcionan lo que podríamos llamar una imprenta de campaña. «Nadie puede imaginar mi alegría cuando vi llegar sobre un cdamión los chibaletes, las cajas, la prensa, el papel, las tintas», recordaría Altolaguirre . Pronto, la guerra está a punto de acabar... y de perderse para Altolaguirre.

Como cientos de miles de compatriotas abandona España y pasa a Francia. El dolor y la desesperanza lo enloquecen . Es ingresado en un manicomio, de donde es rescatado por diversos colegas, y consigue llegar con su esposa, la también poeta Concha Méndez a casa de Paul Eluard .

Picasso y Ernst pagaron los pasajes

Max Ernst y Picasso compran los billetes para que la familia viaje a Suramérica. Luego, el exilio, pero sin cesar nunca su actividad creadora. Su pasión por el cine le desborda. Es premiado en Cannes, dirige «Cantar de los Cantares» , basada en la versión de Fray Luis de León sobre el texto bíblico.

En 1959 , regresa a España para participar en el Festival de San Sebastián y presentar la película. Después, emprende viaje hacia Madrid. Era el 23 de julio, y se produjo un terrible accidente. Manuel Altolaguirre moría tres días después . El 28 de julio, en la madrileña Sacramental de San Justo, era enterrado ante la emoción de viejos amigos como Gerardo Diego y Dámaso Alonso .

El poeta e impresor, el hombre que puso en letras de molde y de oro a la Generación del 27, tuvo al menos el consuelo de morir en tierra española .

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