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La «biblia» de la isla maldita de Clipperton

Pablo Raphael publica una ambiciosa novela sobre el islote cuya historia desborda naufragios, abusos, esclavitud, violaciones y crímenes durante cinco siglos

La «biblia» de la isla maldita de Clipperton abc

jesús garcía calero

Para asomarse a la historia del asolado islote de Clipperton , uno de los más remotos pedazos de tierra de este mundo a más de mil doscientos kilómetros de la costa de Acapulco, no bastan las palabras. De hecho, el escritor y diplomático mexicano Pablo Raphael ha ido mucho más allá al dedicarle diez años de trabajo, recolectar una documentación inabarcable que incluyó además la aventura personal de participar en una expedición científica en la isla. A todo ello hay que sumar el enorme aliento literario que ha dado a su novela (que se titula «Clipperton» , como la isla, y acaba de publicar Random House ).

Sus páginas son ya el único camino posible para adentrarse en el océano de historias y pesadillas que rodean este atolón maldito, emparentado con los piratas del XVIII, escenario de abusos, naufragios, esclavitud, violaciones y crímenes, de negocios y de seres abandonados a su locura bajo un sol abrasador y una lluvia incesante. Ese clima de insolación y tempestad es el que el autor ha logrado imprimir a las páginas de su libro.

Para Raphael fue como pisar la luna llegar a esta isla que llevaba investigando ocho años por entonces. «La ví de lejos, a las 5 de la mañana, como una raya de tierra y unas pocas palmeras, como un dibujo japonés . Estuvimos varios días sin poder abordarla por la intensidad de las corrientes. No me aceptaba, de hecho casí perecí ahogado en el primer intento de llegar. Y luego me escupió. A mi vuelta encontré una severa crisis con mi pareja. Me había inoculado su maldición. Me cobró la factura», advierte el escritor.

Cinco siglos de pesadillas

La pesadilla total que da pulso a la novela está narrada en varios tiempos, en varias capas, «como en varias pantallas simultáneas». Desde las andanzas de John Clipperton, el pirata que guardó tesoros en ella, hasta Cousteau , pasando por la historia terrible de los náufragos de 1914 y del hombre que se declaró emperador de Clipperton, Victoriano Álvarez (murió asesinado por las mujeres a las que violaba sistemáticamente), hasta la base naval secreta de EE.UU. que albergó. «Hay una playa con desechos militares, una metáfora perfecta de las aspiraciones de conquista de muchos países sobre un territorio inútil». Lo extraño es que los países más poderosos, reyes y presidentes, los ejércitos y las grandes empresas trasnacionales, así como los más ambiciosos individuos han pugnado a lo largo de la historia por este trozo de arena y guano improductivo que no tiene ni agua dulce, en el que existe apenas una roca y algunos cocoteros.

«La definición perfecta es que estamos más solos que los náufragos», dice el autor

Según explica Raphael, las pesadillas se suceden durante cinco siglos «en un lugar que es lo más alejado de nosotros pero que también refleja la civilización contemporánea , porque la definición perfecta es que estamos más solos que los náufragos». Para el escritor mexicano el caso del «emperador, que era un guardafaros que reinaba sobre tres millones de cangrejos, 20.000 de pájaros bobos y un puñado de mujeres oprimidas , revela el delirio dinástico que se heredó de la época colonial y que afecta a buena parte de América latina hasta hoy. Por eso yo reflexiono en el libro sobre qué sucede con los que gobiernan y pierden ».

La isla de la pasión

La isla aún sorprende al escritor, que creía haber superado ya su influencia desde que dejó en ella enterrado el manuscrito de su novela, según nos relata. Laura Restrepo, que ha escrito sobre los náufragos de Clipperton en «La isla de la pasión» , presentó el libro de Raphael en Barcelona. La escritora colombiana fue quien definió esta novela del mexicano como la «biblia de Clipperton». Allí, en el acto de presentación, se presentó la nieta del último superviviente de aquellos náufragos de 1914, y para Raphael «fue uno de esos regalos que solo la literatura nos pone en la mesa, porque demuestra que la literatura no es letra muerta, sino un organismo vivo, como una isla, que sigue tejiendo relaciones y produciendo historias ».

«Que sus lectores entienda que Clipperton es como Perejil para nosotros», añade

El escritor ha podido remachar con certidumbres esa fe literaria en varias ocasiones desde que dejó terminado su texto. Primero porque, como ya adelantábamos más arriba, enterró el manuscrito pensando que cerraba el ciclo y hace poco contactó con él un hombre desde Estados Unidos que había leído la novela y le comunicaba que se ha encargado de llevar un ejemplar hasta la isla. Además, nos cuenta que también contactó con él un grupo organizado de mexicanos que quiere recuperar en la actualidad la isla del dominio francés, intención a la que el escritor responde con ironía: «Que sus lectores entiendan que Clipperton es para nosotros como su Perejil» .

Robinson Crusoe

Otro descubrimiento, el más deslumbrante, fue saber que la isla está relacionada directamente con Robinson Crusoe . «John Clipperton era el piloto del St. Geroge que convenció a su capitán, William Dampier, de que abandonase en la Isla de Juan Fernández a Alexander Selkirk . Una vez rescatado después de pasar cuatro años como un náufrago, volvió a Inglaterra y un buen día se emborrachó en Bristol y le contó su historia a un señor que se llamaba Daniel Defoe. Saber que el más famoso relato de naufragios está emparentado con la isla fue un tesoro que hallé gracias al libro», dice con entusiasmo.

Pero volviendo a Clipperton, la isla de las mil pesadillas y la novela que está escrita como un palimpsesto, la conclusión que Pablo Raphael extrae de tanta dedicación y trabajo es que hoy el aislamiento, en nuestra aldea globalizada, es puro espejismo. «La soledad allí ya no existe. El lugar más solo del mundo está tocado por el hombre . Recuerdo cómo me impresionó ver en las playas que hasta allí llega la basura de los océanos», afirma. También recuerda el paso de los grandes atuneros como una interferencia en medio de la soledad.

Eso sí, alrededor de la isla permanece el misterio: «Como el de las muñecas japonesas que aparecieron en la isla . Es un elemento perturbador, un verdadero misterio y el lector deberá naufragar en el libro para resolverlo».

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