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Ruth Rendell muere con las teclas puestas

La escritora fallece en Londres a los 85 años y con una novela a punto de ver la luz

Ruth Rendell muere con las teclas puestas reuters

juan gómez jurado

Cuando Ruth Rendell era niña, quería contar historias. Ese es el denominador común de todos los periodistas que en el mundo han sido, y la que estaba destinada a convertirse en la gran dama de la novela negra británica del último cuarto de siglo, comenzó ... su carrera de esa forma. Nacida el 17 de febrero de 1930 en Londres como Ruth Barbara Grasemann, al terminar sus estudios comenzó a trabajar para un pequeño diario, el «Chigwell Times». Pero Ruth no estaba cortada del material apropiado para el periodismo, a tenor de lo que sucedió cuando se inventó el fantasma de una joven en una casa que se rumoreaba estaba encantada. O cuando se suponía que tenía que asistir a la cena anual de un club de tenis y Ruth escribió la crónica sin pisar el evento, lo cual dice mucho de su buen gusto y muy poco de su profesionalidad. Esto, que llevan haciéndolo reporteros y críticos de teatro desde tiempos inmemoriales, solo puede salir mal si ocurre una catástrofe, como que el orador de la gala se muera a mitad de discurso, que fue lo que le ocurrió a la pobre Ruth, cuya crónica olvidaba reseñar ese detalle.

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