Los mejores libros de no ficción para Sant Jordi
Celebramos el Día del Libro con sugerencias entre las que destacan la antología de pecios de Sánchez Ferlosio, la vida de la artista Emma Reyes o la biorafía de Nadia Comaneci
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12345«Campo de retamas», de Rafael Sánchez Ferlosio (Penguin Random House)
En los pecios de Rafael Sánchez Ferlosio asoman reflexiones, aforismos, esbozos de ensayos, epigramas, comentarios, poemas destilados, según el caso, con gravedad, ironía o humor, pero siempre de una lucidez aplastante. En este volumen se reúnen los publicados en prensa, otros de cuadernos inéditos y los que se agruparon en «Vendrán más años malos y nos harán más ciegos» (1994) y «La hija de la guerra y la madre de la patria» (2002). Ahí va uno: «Las únicas novedades de la cultura actual parece que no son ya más que los aniversarios». Y otro: «Los días felices los pone allí el recuerdo. Por eso son tan tristes».
«Las siete cajas», de Dory Sontheimer (Circe)
A la muerte de su madre, Dory Sontheimer descubrió en el altillo de su casa, siete cajas que iban a cambiar su destino… Como titula el periodista Eduardo Martín de Pozuelo en el prólogo, abrir aquellas siete cajas era cómo si el Holocausto «nos estallara en la cara». En ese momento, la autora inició un viaje de doce años en la indagación de la memoria familiar por Alemania, Israel, EE.UU., Argentina, Canadá y Chequia: seguirá el rastro de la matanza industrializada nazi de la que sus padres consiguieron huir para refugiarse en la Barcelona de posguerra y sobrevivir ocultando sus orígenes judíos.
«Delizia! La historia épica de la comida italiana», de John Dickie (Debate)
¿Dónde buscaríamos refugio en un país de esos que no saben lo que es el aceite de oliva? Respuesta: en un restaurante italiano. Si existe una gastronomía popular y universal es la italiana. El periodista John Dickie nos demuestra que hay vida e historia más allá de la pizza. Su ameno recorrido histórico nos lleva desde los mercados medievales de Milán a los salones renacentistas de Ferrara, los puestos callejeros del Nápoles del XIX y las trattorias romanas –como aquella de la película de Fellini – que matan el hambre de la posguerra. El ser italiano, a través de su comida. Una delicia.
«La pequeña comunista que no sonreía nunca», de Lola Lafon (Anagrama)
Desde los catorce años, cuando el 18 de julio de 1976 asombraba en los Juegos Olímpicos de Montreal con su perfecta demostración en las barras asimétricas, Nadia Comaneci pasó a convertirse en el icono de la Rumania de Ceaucescu. A partir de una exhaustiva documentación, Lola Lafon consigue que la vida novelada sea espantosamente cercana a las experiencias de aquella campeona vigilada por la policía política de la Securitate y acosada por Nico, el hijo del dictador. Su fuga a través de la frontera de Hungría le llevará hasta Estados Unidos para comprobar cómo se resquebraja su imagen de heroína nacional del comunismo.
«Memoria por correspondencia», de Emma Reyes (Libros del Asteroide)
La pintora colombiana Emma Reyes (1919-2003) fue abandonada, siendo muy niña, junto a su hermana en un convento. Su infancia fue una sucesión de terribles acontecimientos, que van de la vejación a la privación de la libertad más elemental, el maltrato psicológico y la falta de respeto que se merece cualquier ser humano (por el mero hecho de serlo). Transcurrido el tiempo, algo más cicatrizadas las heridas (que no cerradas, y mucho menos curadas), Reyes envió en 1969 a su amigo Germán Arciniegas una carta en la que comenzaba a hablar, por primera vez, de su terrible infancia. Fue la primera de las 23 misivas que componen «Memoria por correspondencia», libro que fue publicado en 2012 en Colombia y que, por fin (y con prólogo de Leila Guerriero), ha llegado a nuestro país gracias a Libros del Asteroide.
