Ana María Matute, testimonio de un tiempo difícil

Aparte de eso era una persona magnífica, que tuvo una vida bien difícil, con muchos quebrantos de toda índole y que sin embargo encontró siempre en la literatura una manera de expresar lo esencial de su tiempo en épocas difíciles, a veces de una manera muy explícita y otras de una manera más bien simbólica. Pero creo que su obra es un testimonio muy genuino , muy auténtico, desde la condición de una mujer que vivió distintas instancias de la evolución de España hacia la modernidad, hacia la libertad y que de todo ello ha quedado una huella en sus escritos .

Si tuviera que citar un libro suyo, citaría quizá el primero que leí, que para mí ha sido uno de los libros más bellos que se han escrito en nuestro idioma en el siglo XX: me refiero a «Primera memoria», que es una novela, pero también un libro que tiene indudables rasgos autiobiográficos. Es uno de los libros mejor escritos en nuestra lengua en el siglo.

Sobre «Primera memoria» tengo, además, un recuerdo que no quiero dejar de mencionar. Muchas veces hablamos de ese libro con Julio Cortázar y con su esposa en esa época, Aurora Bernárdez, que tenían un verdadero culto por ese libro, del que muchas veces hablamos con entusiasmo. Hasta recuerdo que una vez leímos juntos el comienzo, con la descripción realmente soberbia, realmente ejemplar, de una señora muy anciana, que creo que es la abuela o la madre de la narradora de la historia, que es una de las descripciones más precisas, delicadas y bellas que yo recuerdo de un personaje en una novela de nuestro tiempo.

Me apena mucho la muerte de Ana María, que era una persona magnífica, delicada, sensible, que vivió una vida en realidad bastante difícil, de la que creo que da un testimonio muy rico toda su obra novelística.

Además, hay que destacar en ella la dificultad de una obra escrita en un tiempo lleno de dificultades, en el que había una censura muy estricta, en el que la condición de la mujer era por lo menos problemática. De todo ello hay un testimonio muy sutil, delicado y fino a veces, más bien indirecto, en su obra, pero creo que siendo profundamente literaria, es decir, debiendo mucho a la imaginación, es también una obra testimonial sobre la condición de la mujer y sobre las difíciles décadas en las que ella comenzó a escribir en España. Era sin duda una gran estilista, una escritora magnífica. La prosa de Ana María Matute es muy personal, rica y sensible para una novelística muy moderna, plena en la delicadeza que tenía tanto que ver con su personalidad, porque la reflejaba.

Porque todo ello se manifiesta en una autora que además era una persona tan extraordinaria y delicada. Tan magnífica y sensible con los amigos y conocidos. Todos los que hemos tenido el privilegio de conocerla tenemos un recuerdo muy tierno.