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García Márquez, el mundo llora al genio

La prensa internacional y la clase política de todo el planeta destacan la importancia del escritor desaparecido

García Márquez, el mundo llora al genio efe

manuel m. cascante

Como Úrsula, la matriarca de los Buendía, moría en Jueves Santo quien diera vida a la saga más célebre de la literatura en castellano. Colombia, su país natal; México, su tierra de acogida durante más de medio siglo («Aquí han crecido mis hijos, aquí he escrito mis libros, aquí he sembrado mis árboles»), y el planeta entero de las Letras llora al escritor en lengua española más universal desde Cervantes , al autor de su obra más celebrada desde «El Quijote» : «Cien años de soledad» , que diera voz al alma de América Latina, ese territorio en el que todo es posible.

No habrá funerales para el fabulador grande, excepto la cremación en la intimidad. De sus cenizas aún se desconoce el destino último, aunque su Aracataca natal ha pedido que reposen en la aldea caribeña que lo vio nacer. Y Aída, una de sus hermanas, espera en efecto que Gabriel García Márquez regrese a su Macondo, «tienen que traerlo para acá». México le tributará este próximo lunes, en su templo de Bellas Artes , un homenaje a la altura de escribano comparable a «Dickens o Balzac», según Héctor Aguilar Camín . Y así, Gabo era ayer portada en toda la prensa escrita en español, pero también en la estadounidense o francesa, desde «The New York Times» a «Le Monde» .

Admiradores anónimos se congregaron a las puertas del domicilio del escritor, en la calle Fuego de la colonia El Pedregal de la Ciudad de México. Rosas amarillas, las favoritas de Gabo, acompañaron el breve traslado de sus restos mortales a la funeraria García López, apenas a unas manzanas de distancia, escoltados por tres patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública. Policía, periodistas, fotógrafos y curiosos ofrecen a las puertas del tanatorio un último adiós al novelista.

Recuerdos

Del mismo modo, las personalidades más señeras del orbe tuvieron palabras de recuerdo para él. Barack Obama rememoraría: «Tuve el privilegio de encontrármelo en México, donde me regaló una copia autografiada de “Cien años de soledad”, que aún atesoro... Les ofrezco mis pensamientos a su familia y a sus amigos, a quienes espero que les dé consuelo el hecho de que el trabajo de Gabo vivirá por muchas generaciones». Y Bill Clinton : «Desde el momento en que leí “Cien años de soledad”, hace más de cuarenta años, me quedé sorprendido por sus regalos únicos de la imaginación, la claridad de pensamiento y la honestidad emocional. Él capturó el dolor y la alegría de lo común de nuestra humanidad en entornos reales y mágicos».

O el presidente uruguayo José Mujica , que calificaba al escritor como «compañero de utopías». «Pintó partes de nuestra historia latinoamericana jocosamente y con una imaginación prodigiosa, particularmente del Caribe. Y fue un hombre siempre preocupado por la vigencia del servicio a su verdad y siempre trató de seguir a su verdad, de una forma hermosa».

También, la brasileña Dilma Rousseff , al reseñar que «Gabo conducía al lector por sus Macondos imaginarios como quien presenta un mundo nuevo a un niño. Sus personajes singulares y su América Latina exubera nte permanecerán marcados en el corazón y la memoria de sus millones de lectores». O su antecesor, Luiz Inácio «Lula» da Silva, que recordó a «un escritor extraordinario, un eximio periodista y un gran militante de las causas democráticas populares y un símbolo para todos en América Latina y el mundo. En sus libros retrató con gran talento la realidad y la magia del pueblo latinoamericano».

O el venezolano Nicolás Maduro , quien destacó la «huella espiritual en la nueva era de nuestra América» de este «amigo sincero y leal de los líderes revolucionarios que levantaron la dignidad de la América de Bolívar y Martí». O su amigo de antaño, distanciado después, con quien compartiría el honor del Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa : «Ha muerto un gran escritor, cuyas obras dieron gran difusión y prestigio a nuestra lengua. Sus novelas le sobrevivirán y seguirán ganando lectores por doquier».

Silencio editorial

El último título de García Márquez está fechado en 2004, «Memoria de mis putas tristes». Su silencio editorial vendría de la mano de su desaparición de la vida pública, después de que en 1999 le fuera diagnosticado un cáncer linfático y, en 2006, la enfermedad de Alzhéimer. Ahora Gabriel, el mayor de once hermanos -siete varones y cuatro hembras-, hijo de Luisa Santiaga y Gabriel Eligio el telegrafista, nieto de Tranquilina Iguarán y del coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, narradores de fábulas verídicas y de fantásticas historias verdaderas, disfruta ya de una segunda oportunidad sobre la tierra: la de la inmortalidad de su obra, pues todo lo escrito en ella es irrepetible desde siempre y para siempre.

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