Ray Loriga: «¿Y si miras el presente con cara de risa? Probablemente sea todo una broma infinita, como decía Wallace»
El escritor, guionista y director de cine presenta «Za Za, el emperador de Ibiza», una sorprendente historia de casualidades y drogas que pillan por sorpresa a un antiguo traficante en la isla pitiusa
celia fraile
El escritor, guionista y director de cine Ray Loriga (Madrid, 1967) define su último libro, «Za Za, el emperador de Ibiza» ( Alfaguara ), como «un cambalache, como el tango de Enrique Santos». Una divertida y desenfrenada historia de detalles, sorpresas y desgracias en torno ... al protagonista, Za Za (alias de Zacarías Zaragoza Zamora), un antiguo traficante de cocaína retirado en Ibiza al que confunden con el creador de ZAZA, considerada como la droga perfecta.
-Afirma que la locura que discurre por las páginas de este libro es el hilo conductor de su narrativa, ¿por qué?
-Me preguntan mucho por qué he hecho tantas cosas tan dispares (no tiene mucho que ver «Lo peor de todo» con «Tokio», ni «Trícero» con «Héroes») y qué denominador común les pondría. Pienso que es ciertas dosis de desconcierto y de locura. Abordar cada cosa desde la sorpresa, desde el extrañamiento, como caminar por lugares que no controlo del todo, donde no sé lo que me voy a encontrar.
-¿Eso es lo que más le inspira?
-No, inspirar es una palabra que no usamos los escritores normalmente. Para nosotros es un trabajo, una vida, un oficio, una pasión. Pero no nos sentamos a esperar ni a inspirar, ni a esperar ser inspirados. Inspiramos y expiramos como todo el mundo y poco más. Digamos que es el lugar en el que me gusta estar cuando escribo: un poco desconcertado ante lo que se me ha ocurrido sin saber muy bien a dónde me va a llevar.
Felicidad y drogas
«En el libro aparece la parte filosófica de las drogas: ese anhelo absurdo de la felicidad y confundirla con la euforia»-A veces la historia de Zaza se antoja como un pretexto que utilizas para burlarse del presente.
Para intentar asimilarlo, más bien. No tanto para burlarme, porque el presente es demasiado grande para mí, estoy involucrado en él. Intento asimilarlo y empujarlo un poco para atrás. Decirle: «No me agobies, presente».
-Otro punto fuerte de «Zaza, el emperador de Ibiza» son las casualidades, ¿cree en ellas? ¿se ha divertido mucho creándolas para el protagonista?
-Da igual que tú creas en las casualidades si ellas creen en ti, porque te atrapan. Me he divertido con el libro, aunque haya habido partes de duda, de la agonía final (agonizo mucho al final de los libros a la hora de cerrarlos). Era parte de lo que yo necesitaba como escritor y no sé si el lector también lo necesita que es divertirse un poco. Lo necesitaba quizá por el el aroma de los tiempos. Una sensación como de si lo miras con cara de pena desde luego es una pena, pero… Y si lo miras con cara de risa, probablemente sea todo una broma infinita como decía Foster Wallace .
-Las drogas están también muy presentes.
-Sí, claro Za Za es el nombre del personaje principal y es el nombre de la droga perfecta. Pero luego hay más temas relacionados como la parte lúdica, la parte filosófica de anhelo absurdo de la felicidad y confundir a ésta con la euforia, y luego está también todo el territorio geopolítico que supone la industria de las drogas legales, ilegales y las paralegales.
Zaza se retira de su pasado de traficante en Ibiza, ¿usted también lo haría?
La verdad es que me retiraría a la Ibiza de mi infancia, que tiene mucho que ver con su elección como lugar para el libro. La que recuerdo de niño, la de los años setenta, es mi paraíso perdido; la recuerdo maravillosa. Me sigue gustando Ibiza, a pesar de su locura, que es más veraniega que real. Es un parque de atracciones que se abre en verano.
Hay muchas islas, pero la de mi infancia… Viniendo del Madrid de los setenta, postfranquista, zafio, siniestro y bastante aburrido, de pronto Ibiza con unos tipos muy raros (aunque sin macrodiscotecas ni nada de esto)... Aparte de ser una isla maravillosa por lo obvio (por sus aguas, por sus calas, por sus bosques, por la gente…) era una especie de pequeño paraíso.
Ray Loriga: «¿Y si miras el presente con cara de risa? Probablemente sea todo una broma infinita, como decía Wallace»
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete