Crónicas carcelarias: diez escritores entre rejas
Edward Bunker, en una de sus fotos policiales - abc

Crónicas carcelarias: diez escritores entre rejas

De Edward Bunker a Malcolm Braly y de Cervantes a Dostoievski, seleccionamos una decena de autores que pasaron por la cárcel y escribieron para contarlo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De Edward Bunker a Malcolm Braly y de Cervantes a Dostoievski, seleccionamos una decena de autores que pasaron por la cárcel y escribieron para contarlo

12345678910
  1. Edward Bunker

    Edward Bunker, en una de sus fotos policiales
    Edward Bunker, en una de sus fotos policiales - abc

    Muchos le conocimos como el «Mr. Blue» de «Reservoir Dogs», ese tipo de rostro enjuto que contemplaba a sus compañeros de mesa discutir sobre «Like A Virgin», pero detrás de Edward Bunker se esconde uno de los mejores cronistas de los bajos fondos y de la vida criminal estadounidense. Criado en hogares de acogida, Bunker llegó a figurar en la lista de los más buscados del FBI después de coleccionar condenas por tráfico de drogas, atraco a mano armada y extorsión. Celebrado por James Ellroy como uno de los mejores autores de novela negra de Estados Unidos, Bunker, candidato al Óscar por el guión de «El tren del infierno», permanecía prácticamente inédito en España hasta que la editorial barcelonesa Sajalín publicó en 2009 «No hay bestia tan feroz», su implacable y trepidante debut. Los rescates de «Stark», «Perro come perro», «La fábrica de animales» y «Little Blue Boy» han ampliado puntualmente la Biblioteca Bunker.

  2. Eduard Limónov

    Limónov, arrestado por la policía durante una propuesta
    Limónov, arrestado por la policía durante una propuesta - abc

    Acabó en la cárcel por su oposición al régimen de Putin y acusado de intento de golpe de Estado en Kazajstán, pero el poeta y escritor ruso Eduard Limónov bien podría haber dado con sus huesos en prisión en cualquier momento de su vida, bien durante su época de pandillero en Ucrania, bien cuando se disfrazó de guerrillero proserbio en la Guerra de los Balcanes. Retratado magistralmente por el francés Emmanuel Carrére en «Limónov», él mismo se encargó de dejar un rastro impreso de sus fechorías de buscalíos profesional y delincuente juvenil en «Historia de un granuja», desopilante crónica de sus años locos en los suburbios de Járkov. Le seguiría «Historia de un servidor», ácido retrato de la sociedad estadounidense servido por un Limónov convertido en mayordomo de un multimillonario neoyorquino.

  3. Brendan Behan

    Behan, a la izquierda, junto al humorista Jackie Glenson
    Behan, a la izquierda, junto al humorista Jackie Glenson - abc

    Convertido en personaje por John Banville -o, mejor dicho, por su alter ego Benjamin Black- en «El secreto de Christine», Brendan Behan pasó buena parte de su juventud saliendo de reformatorios y entrando en la cárcel, alternando la publicación de poemas primerizos con detenciones por intentar volar el muelle de Liverpool con una maleta llena de explosivos. Militante del IRA desde los 16 años, Behan pasó tres años en un reformatorio y fue condenado a otros 14 años de cárcel por el intento de asesinato de dos policías en Dublín. De todo ello dio buena cuenta el irlandés en «Delincuente juvenil», novela publicada en 1958 que no se tradujo en castellano hasta 2010 sobre la que Behan edificó una de las carreras más respetadas de las letras irlandesas.

  4. Henri Charrière

    El autor de «Papillon», Henri Charrière
    El autor de «Papillon», Henri Charrière - abc

    Antes de convertirse en el célebre autor de «Papillon», una de las mejores novelas carcelarias de todos los tiempos, Henri Charrière fue un granujilla que deambulaba por los bajos fondos de París tras abandonar la Marina y al que condenaron a trabajos forzados a perpetuidad por asesinar a un proxeneta en 1931. Abandonado a su suerte en una colonia penitenciaria de la Guayana francesa, Charrière hizo todo lo humanamente posible por escapar y, tras varios intentos y recapturas, acabó plasmando su odisea en una novela que, publicaba originalmente en 1969, se convirtió en un best-seller instantáneo. La adaptación cinematográfica que en 1973 protagonizaron Dustin Hoffman y Steve McQueen bajo las órdenes de Franklin J. Schaffner no hizo más que potenciar el aura legendaria del libro. Charrière volvería a probar fortuna con «Banco», una segunda novela que, sin embargo, acabó eclipsada por el aura de la primera.

  5. Anne Perry

    Anne Perry
    Anne Perry - abc

    A la gran dama de la novela negra victoriana, autora de exitosas sagas criminales y policíacas, no le gusta que hurguen en su pasado. Algo normal si tenemos en cuenta que Anne Perry nació ya con veinte años y la firme voluntad de borrar huellas y cortar lazos. Antes de eso, la escritora británica respondía al nombre de Juliet Hulme, identidad de la que se desprendió a finales de los años 50. Fue en aquel momento cuando una entonces veinteañera Hulme salió de cárcel tras cumplir cinco años de condena por matar junto a una amiga y a ladrillazos a la madre de ésta última. El caso permaneció en un discreto segundo plano hasta que la película «Criaturas celestiales» descubrió al gran público la historia que se escondía tras la reconocida autora de «El callejón de los resucitados».

  6. Jean Genet

    Jean Genet
    Jean Genet - abc

    Cambió los correccionales por las cárceles y solo consiguió esquivar una cadena perpetua gracias al indulto solicitado por Sartre, Picasso o el que fuera su descubridor, Jean Cocteau, pero, como diría Juan Goytislolo, el fracaso de Jean Genet como ladrón y pícaro supuso su mayor triunfo como escritor. Es más: su turbio deambular por el Barrio Chino de Barcelona en los años treinta y una vida encadenada a la prostitución y el robo le brindaron material más que suficiente para dar forma a «Diario de un ladrón», salto sin red a un mundo de vicio y perdición que el autor francés conoce –y relata- como nadie.

  7. Dostoievski

    Dostoievski
    Dostoievski - abc

    Antes de consagrarse con «Crimen y castigo» y «Los hermanos Karamazov», Fiódor Dostoievski pasó cuatro años en Siberia condenado por su colaboración con grupos liberales y revolucionarios que contrariaban a la Rusia zarista leyendo y debatiendo teorías de escritores socialistas franceses. La pena inicial fue la condena a muerte, pero se la acabaron conmutando por otra de exilio. El autor ruso acabaría relatando en 1862 lo que supuso su encierro en «Memorias de la casa muerta», obra en la que relata con todo lujo detalles las penurias y miserias de los presos. De la cárcel, y tras pasar por un regimiento de tiradores siberianos, se llevó también una crisis nerviosa que desembocó en no pocos episodios epilépticos.

  8. Malcolm Braly

    Malcolm Braly, en una de las imágenes de su ficha policial
    Malcolm Braly, en una de las imágenes de su ficha policial - abc

    Nadie como Malcolm Braly para narrar con pelos y señales el drama cotidiano de la vida entre rejas. El estadounidense, encerrado buena parte de su vida entre los muros de Folsom y San Quintín, se estrenó con «En el patio», cima de la literatura carcelaria más descarnada y de vocación documental. No en vano se trata de una novela que Braly empezó a escribir durante una de sus estancias en San Quintín y tuvo que acabar a escondidas ante la amenaza de las autoridades de revocarle la libertad condicional. Celebrado por autores como Truman Capote y Kurt Vonnegut como uno de los mejores narradores surgidos de presidio, Braly salió en libertad en 1965, pero tuvo que esperar dos años, hasta que expiró su periodo de libertad condicional, para poder publicar la novela.

  9. Oscar Wilde

    Oscar Wilde
    Oscar Wilde - abc

    El libertino oficial de las letras británicas, inmortal autor de «El retrato de Dorian Grey» y el más célebre dramaturgo de su generación, se convirtió en 1895 en el reo C.3.3 cuando, a los 41 años, acabó en la cárcel de Reading. La homosexualidad estaba prohibida en la Inglaterra victoriana y Wilde pagó con la cárcel su encontronazo con el marqués de Queensbury, padre de uno de sus amantes. Arruinado y condenado a dos años de trabajos forzados, Wilde salió de la cárcel con una salud terriblemente deteriorada y dos obras escritas entre rejas: «De Profundis», una extensa carta rebosante de resentimiento dirigida a su ex amante Alfred Douglas; y «The Ballad of Reading Gaol», poema en el aborda el mundo carcelario a partir del ahorcamiento de un compañero de reclusión.

  10. Cervantes

    Miguel de Cervantes
    Miguel de Cervantes - abc

    Ni siquiera Miguel de Cervantes, el gran genio de las letras españolas, se libró de la cárcel y pasó hasta en dos ocasiones por prisión. En la segunda de ellas, condenado por haberse apropiado supuestamente de dinero público tras la quiebra del banco sevillano en el que depositaba la recaudación de impuestos, acabó en la Cárcel Real de Sevilla en 1597. Se suele dar por bueno el hecho de que fue precisamente ahí donde empezó a tomar forma «Don Quijote de la Mancha», algo que el propio Cervantes dio a entender en el prólogo de la primera parte, asegurando que «se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento». Aún así, los expertos en la obra cervantina siguen sin ponerse de acuerdo en si realmente la empezó a escribir entre rejas o si el escritor estaba jugando con alguna metáfora.

Ver los comentarios