Pedro Zarraluki: «El cuento puede ser tan complejo como una novela»

«Me gusta mucho ser voyeur, ser un buen retratista», señala el autor sobre este docena larga de relatos en la que sus personajes plantan cara a la resignación. «El otro día estaba con un amigo al que se le acababa de morir la mujer y me decía que no entendía cómo en un momento así, de extrema desolación, el resto del mundo pueda seguir con sus vidas con si nada. Es un momento triste, sí, pero no para los demás, y eso es lo que he intentado: reflejar ese momento especial e íntimo en el que la vida de una persona se convierte en otra cosa», explica el autor. Ese cambio, como descubrimos en «Te espero dentro», puede venir de la mano de un (aparentemente) beso inocente en la frente, un inoportuno y caprichoso parto, un affaire casual con una bodeguera o una postal, resortes que activan a los personajes y les llevan a abandonar una vida de la que querían escapar.

«Me gustaría conseguir el mismo efecto que George Saunders o Amy Hempel en sus cuentos, que te dejan con una sensación de impacto y a veces con cierto desconcierto», señala Zarraluki, quien reconoce que ese humor prodigioso que moteaba sus relatos ha empezado a mutar hacia algo más melancólico. «El humor es fundamental, aunque ahora lo vivo de otra manera, de una forma menos explícita», apunta.

Profesor de cuento en el Ateneo Barcelona, Zarraluki sostiene que no se puede enseñar a escribir, aunque sí que se puede -y se debe- enseñar a leer. «Yo nunca podré quitarme a Nabokov de la cabeza o ese verano que me pasé leyendo a Chéjov», asegura. «Los cuentos, si te los tomas en serio, pueden ser tan complejos como una novela», subraya. Otra cosa es que su exposición comercial siga estando supeditada a la de la narrativa larga. «A nivel comercial sí que es un poco suicidio, pero creo que el cuento está viendo un buen momento. Además, le han dado Nobel a la diosa Munro », proclama.