El millonario legado de Tom Wolfe
La Biblioteca Pública de Nueva York adquiere por 1,60 millones de euros el archivo de Tom Wolfe
El millonario legado de Tom Wolfe
John Updike (1932-2009) llegó a decir que los libros de Tom Wolfe (Richmond,1931) «son entretenimiento, no literatura». Pues bien, ese «entretenimiento» (o más bien el mundo que lo rodea) está valorado en 2,15 millones de dólares ( ... más de 1,5 millones de euros).
Al menos eso es lo que considera la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL) , que hace poco más de diez días anunció la adquisición del archivo del padre del Nuevo Periodismo por dicha cantidad.
La millonaria compra, pagada en gran parte gracias a la donación de Katharine Rayner (miembro del Consejo de Administración de la NYPL) fue aprobada sin problemas por la junta de la institución pública neoyorquina, que ha querido encumbrar a Wolfe a la categoría de mito de la Gran Manzana . Y es que, con este simbólico (aunque millonario) gesto, el legado del escritor estadounidense no solo pasa a formar parte del ingente fondo literario de la Biblioteca , sino que es ya historia de la ciudad de Nueva York.
Colección disponible
Una vez que los documentos sean procesados por los conservadores, la colección estará disponible para su consulta en la división de investigación de la Biblioteca (en el edificio Stephen A. Schwarzman , donde hay importante material de escritores como Charles Dickens , Jack Kerouac, Maya Angelou o William Burroughs ) y, según esta institución, «proporcionará una ventana a través de la que acercarse a los estudios más amplios de la literatura, el periodismo, la cultura, la política y la vida en la ciudad de Nueva York».
No obstante, para Anthony Marx , presidente de la NYPL, Tom Wolfe es «uno de los escritores más notables de la América de la posguerra» por su «estilo único e innovador, así como sus observaciones perspicaces y agudas».
Diez mil cartas
El «emocionante» archivo (así fue como lo calificó Marx durante la presentación en la Quinta Avenida, en una clara alusión «wolfiana») está compuesto por unas 190 cajas de material (alrededor de 100 metros de papel) que contienen borradores, esquemas y materiales de investigación que Tom Wolfe utilizó para la elaboración de sus novelas y libros de no ficción, así como todo lo relacionado con su condición de periodista, cuadernos llenos de entrevistas, dibujos y gran parte de su jugosa correspondencia .
Tan jugosa como las 10.000 cartas que el estadounidense ha venido intercambiando, desde 1955 hasta la actualidad, con amigos como Hunter S. Thompson , William F. Buckley y Gay Talese , además de peticiones de entrevistas o discursos, textos que refutaban sus poco elogiosas reseñas y hasta misivas enviadas a su sastre y muestras de tela.
Destacan los borradores originales de «La hoguera de las vanidades»Entre los papeles destacan, especialmente, los borradores originales de «La hoguera de las vanidades» , su primera novela (1987), que fueron publicados por primera vez en la revista «Rolling Stone» . Estos bocetos dan buena cuenta de la transformación que el escritor experimentó en el esquema de sus obras hasta verlas publicadas, e incluyen investigaciones inéditas del propio Wolfe.
Pero, además, el archivo contiene decenas de cuadernos que el autor rellenó durante la elaboración de sus dos principales obras de no ficción: «Ponche de ácido lisérgico» (1968) y «Lo que hay que tener» (1979). Precisamente, una de las piezas más llamativas es la entrevista que Tom Wolfe hizo al famoso piloto Chuck Yeager (considerado la primera persona en superar la velocidad del sonido en una aeronave), que incluyó en «Lo que hay que tener».
Según publicó «The New York Times» , la Biblioteca Pública de Nueva York fue siempre la primera opción que Wolfe barajó para escoger un sitio donde depositar su legado. Si bien, como el propio autor precisó durante la presentación, la insigne Biblioteca ubicada en el corazón de la Gran Manzana nunca ha aparecido en sus libros, sí jugó un importante papel en la elaboración de sus primeras obras cuando se trasladó a Nueva York en 1962 para trabajar en el desaparecido «The New York Herald Tribune» . Por ello, «no podría estar más encantado, siento que mi archivo no se va a cualquier lugar, se queda en casa», dijo.
A mano y a máquina
En definitiva, notas, cuadernos, bocetos y borradores (todos ellos escritos a mano o en máquina de escribir, ya que Tom Wolfe no usa ordenador ) que documentan de manera exhaustiva su desarrollo como escritor, las innovaciones que desarrolló en la metodología periodística y que se convertirían en características esenciales del Nuevo Periodismo (el papel primordial de los diálogos y la elaboración escena por escena), así como la composición y la creación de sus principales obras.
Un auténtico «tesoro» que devuelve a la primera plana a Tom Wolfe. Una plana de la que, en realidad, nunca desapareció. Hace solo unas semanas llegó a las librerías «Bloody Miami» (Anagrama), su última novela, por la que recibió un anticipo en Estados Unidos de siete millones de dólares (poco menos de 8.000 euros por página), casi cinco más que lo que ahora ha pagado la NYPL por su archivo. Cifras millonarias que le convierten, a sus, 82 años, en el «Rey Midas» literario del momento.
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