Los contrastes y belleza de Fuenterrabía encandilan a Moccia
El escritor destaca la mezcla entre lo histórico y lo moderno, el mar y la montaña, de una localidad que podría convertirse en el escenario de su próxima novela
SUSANA GAVIÑA
“El escritor es una persona que roba con los ojos” afirmó ayer Federico Moccia a los medios de comunicación que se han trasladado hasta Fuenterrabía (País Vasco) para reflejar la primera parada en la gira que el escritor italiano ha emprendido para ... encontrar la localización de su próxima novela, segunda parte de “Ese instante de felicidad” (Planeta) que promociona estos días en nuestro país. Y eso es lo que precisamente ha realizado el autor de “Tres metros sobre el cielo” sustraer todo el encanto posible de esta localidad vasca.
A pesar del madrugón -Moccia se levantó al borde de las seis de la mañana-, el escritor no se perdió detalle de la localidad -estuvo acompañado por el alcalde, el concejal de cultura y un guía turístico de habla italiana-, considerada por sus habitantes “la más bella del mundo” , como aseguraba Alfonso, el chófer, natural de esta ciudad, que le acompañó tambíén durante todo su periplo.
Con la agenda muy apretada, y tras conceder varias entrevista en San Sebastián, Moccia se adentró en el casco antiguo de Fuenterrabía , localidad costera con alrededor de 16.000 habitantes, “aunque en verano podemos llegar a 40.000”, cuyas murallas fueron construidas por Carlos V en el siglo XVIII. El castillo, donde se aloja ahora el parador, el barrio marinero, el paseo marítimo, una zona donde se reúnen los jóvenes de la ciudad, conocida como el Baluarte de la Reina, o un bar de pintxos fueron algunos de los lugares visitados por el escritor, que deberá decidir entre Fuenterrabía y otras dos localidades: Vic (Barcelona), que visitará hoy; y Vejer de la Frontera (Cádiz), donde viajará mañana.
El recibimiento y la organización no pudo ser más calurosa y precisa, a lo que contribuyó también un magnífico día nada otoñal, con temperaturas de 26 grados y un sol espectacular que dio aún más brillo a una ciudad que Moccia calificó durante el paseo como “espectacular” y “bellísima” . También confesó su sorpresa por los contrates: “la combinación entre lo antiguo y lo moderno, el mar y la montaña”.
También las fans , como Myriam o Maitane, ambas de 24 que vinieron desde Irún y esperaron varias horas para poder conocer al escritor y que éste les firmara sus libros; o el grupo de estudiantes de alrededor de 16 años que pudieron escuchar de boca del propio Moccia algunas partes de su última novela contribuyeron a enriquecer y estrechar lazos entre el escritor y la localidad vasca .
La ciudad y sus emociones
¿Será este el lugar que un día vio nacer a María, la mujer a la que Nicco perseguirá desde Roma? “La ciudad donde nació María debe tener una atmósfera, tener unas singularidas y sobre todo contener sus emociones, porque es donde nacieron sus padres, sus abuelos”, argumentó Moccia.
La guinda del recorrido la puso, como no podía ser de otra manera, la gastronomía , un aspecto que Moccia cuida mucho en sus novelas. Y ahí, el País Vasco juega en Primera. El escritor, que abrió el apetito con un pintxo y un txakolí -aunque era innecesario pues le gusta comer-, se metió entre pecho y espalda, una sopa de pescado y un besugo. Tampoco renunció a postre.
Las tres almas de esta ciudad: la de los agricultores, la de los pescadores y la medieval, según palabras del alcalde, Aitor Querejeta, parecen haber confabulado para ofrecer a Moccia ese instante de felicidad que tanto predica . El listón está muy alto para las otras dos finalistas. Hoy le toca el turno a Vic. El resultado de su elección no se conocerá hasta la próxima primavera, cuando salga a la calle su nuevo libro.
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