La versión española de «Cincuenta sombras de Grey»

La trilogía erótica de Megan Maxwell se codea en las listas de más vendidos con pesos pesados como Julia Navarro o Mario Vargas Llosa

La versión española de «Cincuenta sombras de Grey» ABC

INÉS MARTÍN RODRIGO

Pese a que la «rentrée» literaria ha contado con pesos pesados como Julia Navarro («Dispara, yo ya estoy muerto», Plaza & Janés), Mario Vargas Llosa («El héroe discreto», Alfaguara) o Richard Ford («Canadá», Anagrama), hay un nombre que figura en las listas ... de más vendidos desde hace semanas y que, hasta hace bien poco, pasaba completamente desconocido en la industria. Se trata de Megan Maxwell (Núremberg, 1965), seudónimo de una escritora española de origen alemán, creadora de la trilogía erótica «Pídeme lo que quieras» (Esencia-Grupo Planeta).

Desde la publicación del primer volumen en noviembre del año pasado, la trilogía ha vendido más de 150.000 ejemplares (según datos de la editorial) y está presente en el «top ten» de ventas de todas las plataformas, especialmente las digitales. Según los datos de la Casa del Libro correspondientes a la primera semana de octubre, «Pídeme lo que quieras o déjame» (publicado el 2 de julio), «Ni lo sueñes» (a la venta desde el 26 de marzo) y «Pídeme lo que quieras» ocupan, respectivamente, el segundo, tercer y cuarto puesto en la lista de más vendidos.

Una lista que encabeza «Dispara, yo ya estoy muerto» , la última novela de Julia Navarro (editada por Plaza & Janés a principios de septiembre) que, según la editorial, salió con una tirada inicial de 200.000 ejemplares y ha logrado vender desde entonces unos 80.000 ejemplares. En el caso de «El héroe discreto» , de Vargas Llosa, aunque Alfaguara no ha querido facilitar datos de venta reconoce que lanzó una tirada de 300.000 ejemplares en España y Latinoamérica y «ya hay países que están reimprimiendo».

Comparaciones y literatura

Comparaciones que en este caso resultan poco literarias y bastante odiosas y que vienen a demostrar que la sombra de «Cincuenta sombras de Grey» (Grijalbo) es muy alargada. Y es que podría decirse que Megan Maxwell es la versión española de E. L. James . Dos personajes principales, Eric Zimmerman y Judith Flores, que viven una tórrida relación amorosa y sexo, mucho sexo, desde la página dos del primer libro (literalmente). Un producto fabricado ex profeso por el sello editorial de Planeta para satisfacer la demanda de un público lector que vino de la mano de «Cincuenta sombras de Grey» y ha llegado para quedarse.

«Estamos a la zaga del fenómeno Grey, que abrió las puertas y ahora todo el mundo acaba publicando una novela erótica», aseguran desde Planeta. Pero, ¿qué tiene de especial Megan Maxwell para que haya logrado imponerse a otras aspirantes como Sylvia Day o Noe Casado ? «Es una autora española (de madre toledana y padre estadounidense, para más datos) y es un fenómeno fan».

Una comunidad de miles de personas, autodenominadas «Las Guerreras Maxwell» , se encarga de dinamizar las redes sociales y acompaña a la autora en todos sus eventos y presentaciones. De hecho, Maxwell escribió en principio el primer y segundo volumen y el tercero llegó «un poco a petición de las lectoras, que hablan de los personajes como si fueran los vecinos del 4º», justifican desde la editorial. En noviembre llegará el «spin-off» de la saga, «Sorpréndeme» y (aunque cueste creerlo) «ya no sacaremos nada más».

Una decisión premeditada

Pero, pese al fenómeno fan (que existe) y a la trayectoria de Megan Maxwell dentro del subgénero romántico «chick lit» en España, nada es casual en la industria editorial. La «conversión» de Megan Maxwell en una escritora de novela erótica fue una decisión premeditada por la editorial. Hace casi cuatro años, la autora contactó con Esther Escoriza, editora de romántica en Planeta, que terminó rechazando el manuscrito que Maxwell la ofrecía. Poco después, el grupo creó el sello digital Zafiro , que llegó a publicar online una novela suya.

Entretanto, Grey aterrizó en España y Escoriza pensó en Megan Maxwell. «La pregunté si no se atrevería a hacer algo así y le dije que podía poner lo que quisiera, mientras no hubiera violaciones ni malos tratos. En un mes y medio me escribió con la primera, “Pídeme lo que quieras”. No era simplemente un libro “guarrete” sin más. Tenía mogollón de sexo, sí, pero es una historia de amor fantástica. Ha tenido mucha gracia, porque se ha documentado y hay de todo, las escenas van “in crescendo”. El vocabulario que utiliza es lo más familiar que te puedas echar a la cara».

Más allá del cuestionable (o no) contenido de este tipo de literatura, lo cierto es que es un fenómeno de ventas. Aún no a nivel mundial, pero va camino de serlo, ya que los derechos están vendidos en toda Latinoamérica, Portugal, Italia y Turquía. Y habrá qué ver qué le depara a Megan Maxwell la reciente Feria de Fráncfort . Con los ejemplares de «Cincuenta sombras de Grey» acumulándose en las librerías de Reino Unido a la espera de que llegue su adaptación cinematográfica (y resucite al fenómeno), parece el momento oportuno para «Las Guerreras Maxwell». «Obviamente Grey ha sido el detonante, posiblemente sin él no hubiera existido y muchas mujeres no se habrían enterado de que publicamos libros así, aunque en la trilogía de Megan no hay sumisión ni sometimiento», asegura la editora.

«El sexo vende»

«Es cierto que otras lo han intentado y no lo han conseguido. Hay veces que puedes adornar las cosas, pero este libro te lo quitan de las manos, estamos reimprimiendo cada dos semanas». La conclusión es que «el sexo vende, sí que es verdad que vende». La industria lo ha intentado «por todos lados» y lo cierto es que «te duplican las ventas a la mínima que tengan un punto erótico». «En un momento tan crítico como el que está viviendo la sociedad española, la gente está esperando a que salga el libro para ir a comprarlo. Los precios son asequibles y son unos libros que te hacen olvidarlo todo. Son muy adictivos, al margen del sexo».

¿Y qué piensa la autora? Megan Maxwell se muestra sorprendida, pero encantada. «Llevo dieciocho años escribiendo y publicando los últimos cinco. Llegar a una editorial ha sido súper difícil. Al principio todas rechazaban mis manuscritos, me decían que los personajes femeninos tenían mucho carácter. Pero es que las mujeres de hoy en día no somos como las de antes».

Incluso hay hombres que se ha animado a leerlo. Porque, como dice Maxwell, «todo el mundo es morboso y a todos nos gustan las fantasías, pero a los hombres más». Eso sí, aunque reconoce que «es fácil escribir novela erótica», es consciente del riesgo que supone convertirse en un fenómeno que, tarde o temprano, terminará por desinflarse: «Yo siempre digo que al final esto es como un chicle, si lo masticas mucho, pierde el sabor».

La versión española de «Cincuenta sombras de Grey»

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