Alice Munro, la señora del relato corto

Alice Munro es la continuadora más digna de una pléyade de escritores, donde hay muchas mujeres, del realismo norteamericano. Si digo Carson MacCullers, Eudora Welty, Katherine Anna Porter, Flannery O´Connor , todas escritoras del Sur, y de una excelencia probada, la cosa me quedaría holgada, inmensa, pero es la deuda contraída desde su juventud, cuando escribía cuentos y los vendía para ser emitidos por la radio pública.

Sensibilidad literaria

Como James Agee , escritor al que admira, Alice Munro se educó en los años de su niñez en la escasez de la Gran Depresión , ella provenía del mundo rural, y esa experiencia marcó su manera de enfocar la ficción, evocación que reflejó en la rememoración de una saga familiar en La vista desde Castle Rock . Sus libros, donde se inscribe su obra más conocida Las lunas de Júpiter , describen el modo de desentrañar las relaciones humanas más complejas siempre atendiendo a lo cotidiano.

Posteriormente esos relatos han tendido más a la evocación de un tiempo ido, a verbalizar en pretérito, por lo que su estilo se ha hecho más delgado, más afinado, o que se percibe en su último libro, Mi vida que rida , que publicará entre nosotros Lumen . En España, desde los ochenta, se ha traducido bastante bien su obra. No ha sido una sorpresa el galardón. Ha sido sólo cosa de sensibilidad literaria.