Timur Vermes: «El mal puede ser atractivo; esa es su auténtica amenaza»

Unos números de escándalo para una novela que combate la barbarie a base de carcajadas y que arranca con una premisa tan sencilla como inquietante: ¿qué ocurriría si Hitler se despertase de pronto en el Berlín de 2011 y se adaptase a marchas forzadas a un mundo completamente diferente al que dejó cuando se encerró en su búnker en 1945? ¿Se abriría una cuenta en Twitter para soltar sus arengas? ¿Se convertiría en uno de los éxitos instantáneos de Youtube? ¿Le tomarían por un chiflado?

A todo esto responde Vermes en una provocativa obra que, de equívoco en equívoco, convierte a este Hitler en el fichaje estrella de una productora televisiva, se enreda con la prensa sensacionalista, muta a fenónemo de Internet y acaba, como era de esperar, colisionando con la política. Y todo para demostrar, sostiene Vermes, que quizá no sería tan fácil identificar a un nuevo Hitler en estos tiempos de tuits veloces, descargas instantáneas y contadores de visitas como medida última de todas las cosas.

-¿Cómo se ha sentido en un pellejo tan incómodo como el de Hitler?

-Era una manera de actuar. El punto de vista me lo dio mi pasado como negro literario. Después de escribir cuatro libros en primera persona firmados por otros, estaba preparado para hacerlo.

-Con «Ha vuelto» parece querer demostrar que el humor no tiene barreras.

-El humor te mantiene leyendo y te da algo en qué pensar. Te ayuda a ahondar en la herida. Hoy en día puedes hacer humor de casi todo. Lo único que no puedes saber es si tendrás éxito, así que tienes que afrontar el libro pensando en divertirte.

-¿Y se ha divertido?

-Por supuesto. Y he aprendido mucho. Sabía quién era Hitler, pero no sabía cómo funcionaba su mente. Y a medida que me documentaba, me daba cuenta de que estamos muy bien preparados, pero para el Hitler equivocado.

-¿Perdón?

-Estamos acostumbrados a ver a Hitler como a un monstruo, un animal, pero no estamos preparados para alguien con sus habilidades. Yo le he devuelto algunas de esas habilidades. El próximo Hitler no irá en uniforme ni será como esperamos que sea.

-¿Se ha equivocado la historia simplificando en exceso su figura?

-Absolutamente. Hemos oído la historia de la Segunda Guerra Mundial tantas veces que ya ni siquiera nos hacemos preguntas. Es un como un cuento: todo el mundo sabe cómo acaba. Es más fácil y cómodo ver a Hitler como a Drácula, pero es un error. No es la realidad, y es ahí donde radica el auténtico peligro.

-No sé si esto tiene que ver con que el Hitler de «Ha vuelto» acabe cayendo «simpático» a los lectores.

-Eso es lo más perturbador, ya que el Hitler de la novela no aprende nada, se comporta exactamente igual, y puede acabar cayendo simpático. Eso hace que seamos más conscientes del peligro. El mal puede ser atractivo, esa es su gran amenaza. Durante años parecía que Hitler tenía que ser la excepción, pero lo que yo digo es que la maldad es un proceso. Nadie nace siendo completamente malvado. Es por eso por lo que, sin humor, este libro sería completamente insoportable.

-La novela también ofrece una crítica feroz de los medios de comunicación.

-Es la realidad: los medios de comunicación han perdido los valores.

-¿Siente que ha roto definitivamente un tabú?

-En Alemania Hitler ya no es un tabú. En los años sesenta hablamos tanto y tan en serio de él que en los años ochenta se le empezó a ridiculizar en televisión. Aun así, los alemanes aún tenemos mala conciencia, así que esto es una manera de afrontar nuestro pasado.

-¿Es «Ha vuelto» una advertencia?

-Es más bien una manera de mostrar que el peligro puede ser atractivo. Y si es atractivo, el poder que puede tener es muy grande.