Cómo me aficioné a «Cincuenta sombras de Grey»

Todo un culebrón al servicio de nuestros olvidados sueños de niña-adolescente y de las más calenturientas fantasías que ni por asomo nos atreveríamos a confesar . Hay quién dice que es un cuento de hadas para adultos, una historia de Corin Tellado con escenas  subiditas de tono, pero yo creo que en el éxito de esta trilogía hay algo más .

Y es que las mujeres hemos conseguido muchos logros : trabajar en los mismos escenarios que los hombres, tener los hijos que deseamos tener, ser dueñas de nuestro destino, disponer de nuestro cuerpo como nos venga en gana y todo ello sin depender de maridos, padres o amantes . Podemos elegir y podemos decir basta.

Pero las fantasías son otra cosa y hemos de reconocer que abandonarnos, dejar a un lado la carga de nuestra propia responsabilidad y consentir que sea el otro el que nos diga cómo y de qué manera gozar , despierta el morbo de muchas de nosotras. Y más si se trata de un tipo joven, guapo, rico, exitoso, con un oscuro pasado , que se siente atraído por una mujer de lo más normal.

Y esa puede ser una de las claves del éxito de este libro, la autora ha logrado que sus lectoras se identifiquen con la protagonista , que sientan en su propia piel cada una de las caricias de ese amante perfecto, construido a la medida de nuestra propia imaginación.

La otra clave , quizá la más importante, es haber sacado a luz el deseo universal que todas tenemos de ser poseedoras de un poder especial, una atracción más fuerte que la del magnetismo de los polos terrestres y que convierte al Grey dominador , en un Grey que, sin poder evitarlo, es también dominado  por la irresistible fuerza del erotismo que le despierta una mujer.

Esa mujer que podría ser  yo misma, mi compañera de oficina, mi mejor amiga, o una de las millones de lectoras compulsivas que no han dejado de leer esta historia hasta que han llegado al punto final. Y ante un hada madrina que te conceda ese deseo, ¿Quién se puede resistir?