La lectura de libros en España resiste frente al avance de las pantallas
El 64,1 por ciento de los españoles dicen leer de manera habitual, y se consolida el crecimiento registrado en la pandemia
Urtasun descarta la opción independentista y el director de la BNE será Óscar Arroyo
Madrid
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Iniciar sesiónEl porcentaje de españoles que dicen leer libros en su tiempo libre, por ocio, se situó en el año 2023 en el 64,1 por ciento, unos números que consolidan el crecimiento registrado desde la pandemia y que mejoran en cinco puntos porcentuales el número ... de lectores de hace una década. «En nuestro país se lee, y se lee cada vez más», concluyó este miércoles el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en la presentación del estudio Hábitos de lectura y compra de libros en España. Pero hay una cara b, un lado negativo; en realidad dos, según Daniel Fernández, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE): sigue habiendo «un tozudo tercio de españoles que jamás lee un libro» y la irrupción de las pantallas, «que complica un poco más la situación y el panorama».
El estudio, que fue presentado en la Biblioteca Nacional, con presencia de su próximo director, Óscar Arroyo, indica que en el último año se registró una caída mínima, del 64,8 a 64,1, en el porcentaje de personas que leen en su tiempo libre. Y dentro de estos, el 52 por ciento son lectores frecuentes (diarios y semanales) y el 12,1 por ciento lectores ocasionales (mensuales y trimestrales). Son datos extraídos de una encuesta, y ya sabe que las encuestas, en temas culturales, siempre nos sacan más eruditos. Con todo, hay un 35,9 por ciento de españoles que reconocen no leer un libro nunca o casi nunca. «Me temo que en otras encuestas culturales es el mismo tercio que jamás visita un museo y jamás entra en una galería de arte. Y eso es importante», valoró Fernández, de FGEE, entidad promotora del informe.
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¿Cuáles son los motivos de que este tercio de encuestados no lea? El 44,3 por ciento dicen no tener tiempo, que lo dedican a trabajar, estudiar o al cuidado de la familia. El 31,1 por ciento responden que prefieren emplear su tiempo en otros entretenimientos, diez puntos más que en 2012. Este aumento preocupa porque el 39 por ciento de los que prefieren hacer otras cosas en lugar de leer lo dedican a las pantallas; a ver la televisión, a ver series en plataformas de streaming o a pegarse al móvil. «Es decir, que el libro también compite en su espacio de ocio con las pantallas», detalló el responsable del estudio, Óscar Chicharro. No es un enemigo menor: todo el mundo lleva un móvil en el bolsillo, pero no siempre un libro en la mochila.
Más datos: las mujeres españolas leen más que los hombres, así como los que tienen estudios universitarios tienen más hábito que los que cuentan con estudios primarios o secundarios. Por tramos de edad, el de 14 a 24 años, que coincide con las lecturas obligatorias, es el más implicado, y en el de mayores de 65 se ha registrado un incremento de 15,5 puntos respecto a 2012. «Son aquellas personas que accedieron a un mayor nivel educativo, crece de forma natural, es lógico que cada vez los mayores vayan leyendo más». Madrid, Cataluña, Navarra y País Vasco son la comunidades con las tasas más altas; a la cola se sitúan Extremadura, Canarias y Castilla-La Mancha. Las librerías (45 por ciento) siguen siendo el lugar preferido para comprar libros y la lectura en soporte digital ha encontrado su techo en el entorno del 29 por ciento.
En su análisis de la encuesta, Urtasun tiró de consignas programáticas. ¿Que la falta de tiempo es el principal motivo de abandono de la lectura? Pues esto habla «del tipo de vida que llevamos», y hay que mejorar las relaciones laborales «para que sean compatibles con la vida y con la lectura»; lo que implica también «proteger la condiciones laborales» de escritores y traductores. El ministro abogó también por privilegiar las librerías independientes, destacó los mejores datos de las mujeres los hombres, dijo que las cifras de lectura entre jóvenes rompen el tópico de que estos no están interesados en los libros y propuso superar las «brechas entre lo rural y lo urbano». Cultura ha reservado 1,4 millones de euros en ayudas a entidades locales cuya finalidad son las actividades de promoción de la lectura y otro millón de euros a proyectos de animación lectora en bibliotecas de municipios de menos de 50.000 habitantes.
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SuscribetePeriodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la UCM y Máster ABC
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