Juana Dolores, efectos especiales en TV3
«Dice que no solo hay que hablar de las cloacas del Estado sino también de las cloacas de Cataluña. Le da igual su libro; ha venido a cagarse en todo y que caigan meteoritos»
Escritora catalana explota en directo en TV3: «Ojalá al puto viejo de Trias le caiga un meteorito en la cabeza»
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Iniciar sesiónPrimavera de 2023. Juana Dolores Romero Casanova, Juana Dolores de nombre artístico, acude al programa Mes324 que conduce Xavier Graset en TV3 para, en principio, hablar de sus libros 'Bijuteria' y 'Rèquiem català'. La actriz y poeta, nacida hace 31 años en El ... Prat de Llobregat, arrumba la obra literaria y abunda en la denuncia política. Juana Dolores alterna catalán y castellano, para largar lo que en TV3, templo del masaje nacionalista, no se acostumbra a largar. Está en la televisión que «valida a Junts y a Trias», al que califica de «puto viejo», igual que a la cúpula de la cadena. Dice que no solo hay que hablar de las cloacas del Estado sino también de las cloacas de Cataluña. Le da igual su libro; ha venido a cagarse en todo y que caigan meteoritos. Lamenta que la «seudocrítica» catalana la haya instrumentalizado como «charnega integrada». Prioriza su condición de militante marxista sobre la de escritora; aconseja leer a Gramsci y cita a Pasolini.
Se pregunta, a propósito de su 'Rèquiem català' (catalanista no independentista, aclara) qué tipo de memoria histórica puede hacerse en la Cataluña actual. Más que repensar la catalanidad, aconseja desmontar la catalanidad que orquestan las clases dominantes catalanas: «La catalanidad es múltiple y está en las calles», subraya. Se pregunta si Trias o Junts regularizará los alquileres, frenará los desahucios y defenderá la Barcelona de los catalanes y no la de los turistas (asoma aquí, Ada Colau).
El entrevistador no se libra del chorreo: Juana Dolores afirma que las tertulias del programa son de patio de colegio: «No puede ser que estéis en la televisión pública de mi país cobrando una pasta… ¿Cuánto cobras tú? ¿Cobras tres mil euros?», inquiere. Graset resopla mientras Juan Dolores concluye que no ha venido a hacer el payaso en la «televisión de la burguesía catalana que se esconde tras la socialdemocracia que es el cáncer de las clases trabajadoras que padecen, día tras día, la ineptitud de sus políticos y de los periodistas de la televisión pública».
La arremetida de la actriz y poeta copa las columnas informativas. Meteorito sobre TV3, libertad de expresión, vindicación de la condición charnega… Otra primavera, de 1929. Exposición de Barcelona: «Los murcianos trabajaban en las obras públicas con un ritmo de java. Los murcianos, negrísimos, sudaban la médula y no tenían tiempo de pensar en huelgas». Este fragmento de Josep Maria de Sagarra en 'Vida privada' (1932) nos lleva a 'Barcelona ja no és bona o mi paseo solitario en primavera' de Gil de Biedma. En la montaña de Montjuïc de la Exposición que construyeron los murcianos: «Sean ellos sin más preparación / que su instinto de vida / más fuertes al final que el patrón que les paga / y que el 'salta-taulells' que les desprecia: / que la ciudad les pertenezca un día. / Como les pertenece esta montaña, / este despedazado anfiteatro / de las nostalgias de una burguesía.» Acuden también Manolo el Pijoaparte de Marsé en 'Últimas tardes con Teresa', murciano del Carmelo. Los otros catalanes del «integrado» Candel. También los paseos con su madre de Javier Pérez Andújar. Y los 'Descampados' de Manuel Calderón y su experiencia personal de Hospitalet. A aquellos «inmigrantes» que levantaron Cataluña desde los años veinte hasta los sesenta, idealizados como «fuerzas del trabajo» por la izquierda que se rindió al nacionalismo: «Cuando la neblina cubrió la memoria y se alcanzaron los objetivos, se achacó la ingratitud de los 'nouvinguts', de los 'otros catalanes', de los charnegos -como el blanco de los esquimales, los grados de ciudadanía en Cataluña son infinitos-, forasteros, en definitiva, hacia la tierra de acogida por su incomprensión del futuro que habían preparado, mientras ellos había venido enrolado como fuerzas invasoras sin ni siquiera saberlo», escribe Calderón.
Juana Dolores armó mucho ruido, como las películas de efectos especiales, pero a los pocos días se había convertido en un personaje del programa de humor 'Polònia'. El sistema deglute lo incómodo y lo caricaturiza: «Nunca veremos en el Més 3/24 a un disidente del régimen con un discurso razonable, cabal y bien estructurado, pues sería capaz de introducir la duda en el caletre intoxicado del espectador y llevarle, tal vez, a replantearse esas cosas en las que cree por una mera cuestión de fe. De esa clase de personas, tenemos bastantes en Cataluña, pero absolutamente todas figuran en la lista negra de los medios del régimen», observa con acierto Ramón de España. Por ahí va la cosa.
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