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ABC Cultural

Flamenco

Jerez es una fiesta

crónica

El festival flamenco de esta tierra concluye una edición que vuelve a llenar la ciudad de cante, guitarra y, sobre todo, baile durante dos semanas

Antonio Moya, el guitarrista flamenco que más idiomas habla 

La bailaora Lucía Campillo en su paso por el Festival de Jerez tamara pastora

Luis Ybarra

Las heridas de las fachadas quedan a la espalda cuando me subo al tren. Jerez tiene un barrio entero en cada esquina que se apaga tras mis talones. A cada hora, en realidad. En cada garganta encalada que al encenderse propone un nuevo juego. Me ... marcho de aquí con cien faroles prendidos. El Festival de Jerez tiene cuerpo de caucho, y al terminar cada jornada su programación principal busca rincones donde estirarse. Por bares, en peñas y tabancos, por mil esquinas, ocupando así hasta los bordes de su propio almanaque. A la cantidad de artistas y aficionados que conviven en la ciudad se suman los venidos a causa del evento. Y Jerez, estos días, es una fiesta. Con turistas que se agolpan en cursos de baile, militantes de lo jondo asiáticos que llenan auditorios de adoquines y tipos genuinos recién salidos de las líneas de un cuentista. Lo pintoresco es bandera en estos lares. No trato de acercarme a un patio de butacas, sino a la entraña y tripa del festival.

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