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ABC Cultural

El pirata de la nevera

Súbdito de las órdenes que dicta mi estómago, que es un tirano gritón, me levanto, abro la refrigeradora al lado de la cama y dejo que mi apetito improvise y decida libremente por mí

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Jaime Bayly

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Tengo una nevera en mi habitación. Es tan grande como la refrigeradora que tenemos abajo, en la cocina. Duermo al lado de una heladera porque guardo en ella ciertas cosas esenciales para pasar la noche sin sobresaltos. En la refrigeradora de mi dormitorio hay helados, ... frutas, gelatinas y bebidas. Cuando digo helados, quiero decir pequeños helados en cono o barquillo coronados por una bola de vainilla recubierta de chocolate. Son convenientes porque, al ser pequeños, se disfrutan en pocos bocados. Cuando digo frutas, quiero decir plátanos, uvas verdes y fresas. Cuando digo gelatinas, quiero decir gelatinas rojas, de fresa, en porción individual, vaso de plástico, como para enfermos de un hospital. Cuando digo bebidas, no quiero decir bebidas alcohólicas, pues no bebo alcohol, quiero decir bebidas gaseosas azucaradas, en particular una soda refrescante a base de jengibre.

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