La inscripción de hace 4.400 años que desafía el origen de la historia de la escritura

Un hallazgo en Siria cuestiona la teoría de que el alfabeto se originó en Egipto, remontando su historia 500 años más atrás

¿Cómo nació la escritura en Mesopotamia? Unos sellos de hace 6.000 años tienen la respuesta

Durante una excavación en la antigua ciudad de Umm el-Marra se descubrieron objetos de arcilla del tamaño aproximado de un dedo GLENN SCHWARTZ, Universidad JOHNS HOPKINS

Un equipo de arqueólogos de la Universidad Johns Hopkins, liderado por el profesor Glenn Schwartz, ha realizado un descubrimiento que podría cambiar para siempre nuestra comprensión del origen del alfabeto. En un yacimiento de la ciudad de Tell Umm-el Marra, en Siria, se ... encontraron cilindros de arcilla de apenas unos centímetros de largo con lo que parece ser la escritura alfabética más antigua jamás registrada. Según las pruebas realizadas, las inscripciones datan de alrededor del 2400 a.C., lo que las sitúa 500 años antes de los ejemplos más antiguos conocidos hasta ahora.

«El alfabeto transformó la comunicación al democratizar la escritura, permitiendo que dejara de ser un privilegio exclusivo de las élites. Este hallazgo demuestra que los intentos de simplificar los sistemas de escritura comenzaron mucho antes de lo que imaginábamos, y en un lugar inesperado», comenta Schwartz.

El descubrimiento tuvo lugar en una de las tumbas mejor conservadas del yacimiento de Umm-el Marra, donde los arqueólogos encontraron, junto a joyas, utensilios y vasijas, cuatro pequeños cilindros perforados. Estos objetos, al estar decorados con lo que podría ser un sistema alfabético temprano, abren un capítulo completamente nuevo en la historia de la escritura. Schwartz especula que estos cilindros pudieron haber servido como etiquetas, indicando el contenido, el origen, o el propietario de las vasijas cercanas.

«La perforación sugiere que pudieron haber estado atados a otros objetos, quizás como etiquetas. Sin embargo, sin un método para descifrar la escritura, solo podemos especular sobre su uso», añade Schwartz, que espera que la publicación del hallazgo anime a más filólogos a trabajar en las inscripciones.

Impacto

Hasta ahora, los especialistas habían establecido que el alfabeto tuvo su origen en Egipto hacia el 1900 a.C., inspirado en jeroglíficos simplificados utilizados por mineros cananeos en el Sinaí. Este modelo de alfabeto primitivo, que utilizaba unos pocos signos para representar sonidos, marcó una transición radical respecto a los sistemas más complejos como la escritura cuneiforme y jeroglífica.

La escritura alfabética redujo los miles de signos utilizados anteriormente a un sistema manejable de apenas unas decenas de símbolos, lo que permitió su expansión entre clases sociales más allá de las elites.

Eslabón perdido

En 2021 se descubrió una inscripción alfabética en Tel Lachish, Israel, a la que llamaron el eslabón perdido de los alfabetos, que apoyaba la teoría de ese origen. «Es un ejemplo de escritura alfabética temprana, tal como ya se manifestaba en Egipto y el Levante meridional a principios del segundo milenio a. C. Por lo tanto, forma parte de un grupo ya conocido. Los cilindros de Umm el-Marra son muchos siglos anteriores, de una ubicación diferente, pero, si no me equivoco, los cilindros utilizan el mismo sistema de escritura alfabética (o uno similar) que las inscripciones de Lachish, etcétera. Por lo tanto, los cilindros son una versión muy temprana de este sistema.

El hallazgo en Umm-el Marra desafía este paradigma, tanto por su antigüedad como por su localización geográfica. Según Schwartz, si se confirma que los cilindros representan escritura alfabética, «tendríamos que revisar la teoría predominante de que el alfabeto se originó en Egipto. Este descubrimiento sugiere un origen más temprano y posiblemente independiente en Siria».

El próximo objetivo de Schwartz es investigar las posibles conexiones culturales y comerciales entre Egipto y Siria en la Edad del Bronce, que podrían proporcionar pistas sobre el contexto de estos cilindros.

Este descubrimiento también pone de manifiesto la naturaleza fragmentaria de las evidencias arqueológicas. «El hallazgo nos recuerda que la ausencia de evidencia en un momento o lugar no puede interpretarse como la inexistencia de algo. Siempre hay nuevas sorpresas», reflexiona Schwartz.

Revolución cultural

La invención del alfabeto marcó una revolución cultural al simplificar los sistemas de escritura existentes. Frente a los complejos jeroglíficos egipcios y la escritura cuneiforme sumeria, compuestos por cientos de símbolos, los primeros alfabetos utilizaron unas decenas de signos que representaban sonidos, permitiendo escribir cualquier lengua de forma eficiente. Este avance no solo facilitó la comunicación, sino que también democratizó el acceso al conocimiento.

El descubrimiento de Schwartz podría indicar que este cambio comenzó incluso antes de lo que los historiadores han supuesto, expandiendo nuestra comprensión de cómo las antiguas civilizaciones interactuaron, se influenciaron mutuamente y adaptaron nuevas tecnologías. Tal como concluye Schwartz: «Este hallazgo no solo reescribe la historia del alfabeto, sino que también desafía cómo entendemos la difusión de ideas en el mundo antiguo».

Con el avance de las investigaciones, estas inscripciones podrían ofrecernos no solo un vistazo a los orígenes del alfabeto, sino también una ventana a la vida cotidiana y las innovaciones de una civilización que floreció hace más de 4.000 años.

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Sobre el autor Celia Fraile Gil

Redactora de Cultura (especialidad en literatura infantil y juvenil)

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