Una huelga boicoteada, abucheos al coro y un ministro señalado: la crisis del Teatro de la Zarzuela salpica a Urtasun

Benavente dijo al público que la decisión la había tomado la dirección del teatro. No apuntó a la directora general del Inaem, que accedió al teatro por una puerta lateral para evitar a los manifestantes. Tampoco se refirió al ministerio. ¿Dio Urtasun el visto bueno al estreno? El ministro, que este jueves se marchó a Barcelona para asistir al festival Primavera Sound, ha optado obviamente por guardar silencio, como siempre que hay un tema que le compromete. Su responsable de comunicación, también como siempre que hay un tema que le compromete, no respondió a las llamadas y los mensajes de este diario. Y, como ella, el jefe de prensa del Inaem, Miguel Ayanz, que durante tres días no ha respondido a ninguna de las llamadas de ABC. Este cerrojazo no significa que no haya marejada interna. Fuentes del ministerio aseguran que lo ocurrido «le va a costar un disgusto» a Isamay Benavente. En Plaza del Rey no ha gustado la imagen ofrecida. Veremos.

De momento, el ministro Urtasun ya ha recibido una carta de las tres centrales sindicales -UGT, CC.OO. y CSIF-en la que se exige «el cese de forma inmediata de la directora del Teatro de la Zarzuela y del director musical [José Miguel Pérez-Sierra] por su menosprecio al patrimonio lírico». Mientras no se solucionen «los problemas creados», los sindicatos han anunciado que redoblarán sus movilizaciones: «Convocamos nuevos paros para los días jueves 19, viernes 20 y sábado 21 de junio, así como una concentración el próximo día 18 en la sede del Ministerio de Cultura». Urtasun tiene dos semanas para sofocar el incendio. Los sindicatos amagaron con incluir a Paz Santa Cecilia en la carta, pero finalmente pactaron no pedir la destitución de la directora general del Inaem. Pero esto no significa que no lo hagan más adelante si no hay avances en la negociación entre el Coro de la Zarzuela y el ministerio: «Todavía queda». La indignación es máxima porque entienden que lo que ha ocurrido es un «atentado al derecho de huelga con suplantación de funciones de trabajadores en huelga incluida».

Las escenas que se vivieron en el Teatro de la Zarzuela, desde luego, fueron inéditas. La tarde del miércoles -con 39 votos a favor y una abstención-, la plantilla del coro ratificó parar entre las 18.30 y las 21.30 horas. La función comenzaba a las 19.30. Un miembro del coro se lo comunicó a Isamay Benavente a las 17.30 y su respuesta fue: «¿Entonces el coro va a hacer huelga?». A medida que se iba acercando la hora del estreno de 'La tabernera del puerto' -último título de la temporada-, se fue extendiendo el rumor de que podría levantarse el telón a pesar del paro del coro. La directora de la Zarzuela se reunió en el teatro con el director musical de la obra, Pérez-Sierra, y su director de escena, Mario Gas. Hacia las 18.15 horas en taquilla no sabían si iba a haber función o no, y a las 18.42 el Inaem informó a algunos periodistas -no a ABC- de que finalmente habría función, sin coro.

El público, a su llegada, se encontró a decenas de manifestantes concentrados en la puerta del teatro repartiendo una nota informativa en la que explicaban sus motivos: «Volvemos a convocar paros, no para mejorar nuestras condiciones, no para conseguir más dinero (que no vendría mal, ya que nuestra retribución es muy inferior a otros coros escénicos estables), sino sencillamente para que se respeten los acuerdos alcanzados y firmados en temporadas anteriores. Para poder disfrutar de los periodos de descanso que tenemos ya reconocidos y que son necesarios para que la calidad del coro sea máxima». El colectivo lamenta los «ataques constantes» que han recibido, especialmente los que «vienen de la dirección de un teatro supuestamente público, cuyos responsables presumen de defender los derechos laborales de todos los trabajadores».

Cuando llegó la hora de la función, con el público instalado en sus asientos, Isamay Benavente leyó un breve comunicado explicando la situación. Quienes quisieran salir del teatro, podían hacerlo y se les devolvería el precio de la entrada. Una parte minoritaria del público lo hizo, entre ellos el maestro García Asensio; otros se quedaron en sus butacas. Entre el público se encontraba el exministro popular Méndez de Vigo. Anda, que si esto le hubiera ocurrido al PP... Cuando dieron las 21.30 horas, la concentración se disolvió y los miembros del coro entraron al teatro, a trabajar. La función no había terminado. A partir de ese momento, empezaron a contar los 45 minutos preceptivos para caracterización y maquillaje. Y así dieron las 22.15 horas, con la función a punto de terminar y sin que les diera tiempo a actuar. La representación terminó y entonces llamaron a los miembros del coro a saludar. El público que quedaba (muchos de ellos invitados) los recibió entre abucheos, según relata una testigo. Fue la última escena de un día que fue «de despropósito en despropósito».

Los miembros del coro han presentado al ministerio una tabla reivindicativa con 15 puntos. Los dos más importantes tienen que ver con los complementos salariales y las libranzas. Los cantantes del coro, a veces, participan en las obras como figurantes y cobran un extra por ello, pero el Inaem quiere modificar las condiciones. Asimismo, el organismo pretende cambiar el sistema por el que se compensan los días de más trabajados cada semana. Hay otra reivindicación que tenía menos importancia, pero a la vista de lo ocurrido puede ganar peso: que en los saludos al final de cada función el coro salga a saludar después de la figuración y el ballet.