'Un Van Gogh en el salón'

Cuando la historia del arte se convierte en la revista 'Súper Pop'

Con más de 250.000 seguidores en redes sociales, Clara González Freyre publica 'Un Van Gogh en el salón' en el que conviven los salseos artísticos y 'beefs' históricos con secretos ocultos y vidas inspiradoras

'Los ojos de Mona', la iniciación a la vida a través del arte

Clara González Freyre junto a la portada de su libro 'Un Van Gogh en el salón'

25/03/2024 a las 03:45h.

'Los ojos de Mona' y 'Un Van Gogh en el salón' (Temas de Hoy) comparten el objetivo de que el arte y su historia resulten más accesibles a los más jóvenes. Si Thomas Schlesser lo hace a través de las lecciones existenciales que encierran las ... obras y sus artistas, Clara González Freyre escoge el formato 'Súper Pop', la revista de cotilleos juvenil de los noventa. «Siempre estuvo a mi lado durante la adolescencia, pero también ha marcado a varias generaciones», relata la divulgadora del arte.

La popular publicación le sirve para ajustar su audiencia («no solo jóvenes, también está dirigido a los no iniciados en la materia») y clasificar los temas que le quiere hacer llegar (ha incluido hasta un test y un horóscopo). Con más de 250.000 seguidores en sus redes sociales, sabe que las artistas femeninas y las pequeñas historias que rodean los nombres y las obras más consagrados cotizan al alza en estos días. Por supuesto que ambos apartados tienen buena representación en el libro (las mujeres lo protagonizan de forma trasversal, además de tener su propio capítulo), pero tampoco ha querido que todo el contenido gire alrededor de los 'likes'. «Más que incluir lo que más gusta en mis redes sociales, he profundizado en aquellos temas en los que un vídeo de un minuto se queda corto para explicarlo bien», indica.

El título del libro resume todo ello. Van Gogh es uno de los pintores más reconocidos del siglo XIX y no es raro encontrar una reproducción de alguno de sus cuadros en cualquier vivienda. Además, encierra una pequeña pero significativa anécdota del artista neerlandés. Van Gogh pintó su célebre 'Almendro en flor' en honor a su sobrino y su cuñada, Johanna van Gogh-Bonger, que lo tuvo colgado en el salón familiar por muchos años. «Nunca lo quiso vender. Él murió en el más absoluto anonimato, pero ella fue la responsable de que su obra llegase a ser conocida en todo el mundo, por lo que también sirve para reivindicar su labor», señala.

El código que escoge para explicarlo es de rabiosa actualidad. Los salseos artísticos y 'beefs' históricos conviven con secretos ocultos y vidas inspiradoras en un lenguaje que persigue que la denominada alta cultura se ponga a la altura de la pop. «El objetivo es intentar cubrir una necesidad que creo que está presente en el mundo de las artes visuales de hoy día: que puedas acercarte a los cuadros de los pintores más famosos con los mismos ojos con los que ves a tu cantante favorito. Poner el plan de ir a un museo al mismo nivel que el de ir a un concierto. Con ello el arte no llegará a democratizarse como la música, pero ojalá», subraya.