Los guerreros de Borobia conducen a una perdida ciudad celtibérica
Investigadores de la Universidad de Zaragoza e independientes animan a excavar en este pueblo soriano en busca de la desconocida Virovia
El redescubrimiento de una estela funeraria inédita arroja luz sobre las tropas indígenas reclutadas por los romanos
Hallan pan de comunión de hace 1.300 años con la imagen de Jesucristo como sembrador
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Iniciar sesiónEn las estribaciones del Moncayo, en un campo de cultivo junto a la localidad soriana de Borobia, un agricultor se topó en los años 80 con una pesada losa de piedra con unas inscripciones en latín. Hacía poco tiempo que en la misma finca ' ... La Cerrada' se habían descubierto restos de tres estelas funerarias con jinetes armados con lanzas y escudos, que fueron llevadas al Museo Numantino, donde hoy se conservan. El hombre notificó el nuevo hallazgo a las autoridades pertinentes, pero el tiempo fue pasando y en vistas de que nadie fue a recoger la pieza, la guardó con cuidado en una nave agrícola cercana. Allí ha permanecido olvidada durante más de 40 años, hasta que su hijo la encontró hace apenas un año, al reorganizar el almacén, y la dio a conocer. Era el fragmento inferior que le faltaba a una de las tres excepcionales estelas halladas en los años 70 y su estudio, que acaba de ser publicado en el Archivo Español de Arqueología, arroja nueva luz sobre la presencia del ejército romano en la Celtiberia a comienzos de época imperial.
La investigación de Borja Díaz Ariño, del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con la arqueóloga Marta Chordá Pérez y del historiador Alberto Jiménez Carrera, apunta además a que en las inmediaciones del casco urbano de Borobia podría encontrarse la ciudad celtíbero-romana de Virovia, conocida hasta ahora solo por sus acuñaciones monetales.
«En el lugar donde se hallaron las estelas no se han hecho excavaciones arqueológicas y aún no tenemos claro si estaban en ese contexto porque allí había una necrópolis o son materiales reutilizados, que es probable, y la necrópolis está próxima», explica Díaz Ariño en conversación telefónica.
De grandes dimensiones y elaborada en piedra arenisca, la nueva estela fue esculpida en recuerdo de un padre, Sempronio Aninio, y de su hijo, Lucio Sempronio Ambato, probablemente soldados de caballería celtibéricos que fueron reclutados como tropas auxiliares por los romanos en época de Augusto, a comienzos del siglo I d.C. «En esa horquilla cronológica tenemos constancia del reclutamiento en la Celtiberia de varias unidades de tropas auxiliares», apunta el profesor de la Universidad de Zaragoza, que llama la atención sobre la peculiaridad de que esta «rarísima» estela esté escrita por las dos caras.
«Es como si fueran dos estelas funerarias que se han hecho en una, pero el dedicante de ambas, quien costeó el monumento -resalta Díaz-, es la misma persona y no parece un familiar». A su juicio, «es un indicio más que apunta a que se trata de estelas funerarias de militares».
Guerreros a caballo
Los guerreros a caballo representados en la parte superior son una imagen característica de las poblaciones celtíberas del valle Duero y el Sistema Ibérico, presente en fíbulas de bronce, en monedas y en otras estelas halladas en Clunia o Lara de los Infantes, y que también sugiere que los fallecidos eran soldados. «Desempeñó un papel clave en la construcción de la imagen pública de las élites guerreras de la céltica hispana desde finales de la Edad del Hierro que, a partir del siglo II a.C., empezaron a servir de manera más o menos regular como tropas auxiliares en el ejército romano», según indican los autores en su artículo 'Los guerreros de Borobia. Una nueva estela opistógrafa latina procedente de la provincia de Soria'.
Es un motivo iconográfico que se popularizó en estelas funerarias de militares de caballería desplegados en Britania, Dacia y en el 'limes' del Danubio desde mediados del siglo I d.C.. Investigadores europeos han planteado la hipótesis de que esas representaciones de soldados a caballo con lanza siguen modelos helenísticos, pero «si nosotros tenemos razón y las estelas de guerreros de Borobia son de unidades auxiliares, las más antiguas serían las nuestras», comenta Díaz, sugiriendo con prudencia que esta iconografía que se generalizó en época altoimperial pudo tener su origen en las tropas auxiliares hispanas.
Monedas de Virovia
Para el arqueólogo, resulta «llamativo» que se hayan descubierto en Borobia hasta tres estelas con jinetes porque «en la Península ibérica no han aparecido muchos». También que en la misma localidad soriana se hallaran algunas monedas de Virovia, las únicas encontradas hasta la fecha de las que se sabe su procedencia. «Siendo una ceca que acuñó muy poca moneda y que no se conoce ninguna recuperada en contexto arqueológico, el hallazgo de varias ocasionalmente en el pueblo, sumado al parecido entre el topónimo antiguo y el actual, permite sospechar que esa ciudad pudo haberse encontrado en el lugar», explica.
Estas monedas también muestran hombres a caballo en su reverso, como la mayoría de las monedas celtibéricas acuñadas entre finales del siglo II a.C. y los años 70 a.C. Remiten a un periodo anterior al de las estelas, pero hacen pensar a los expertos que en esa ciudad celtíbero-romana se acantonó de forma temporal una unidad de caballería auxiliar romana, con guerreros reclutados en la zona, dado que los nombres mencionados en la estelas son «claramente autóctonos, que pueden identificarse como celtibéricos».
El entorno del Moncayo cobró importancia estratégica por comunicar el valle del Jalón con Numancia y por su riqueza minera, pero a partir de la época de Augusto, debió de perder interés o rentabilidad y quedó prácticamente despoblado, según relata Díaz, que lamenta que haya sido poco investigado arqueológicamente.
El profesor de la Universidad de Zaragoza espera que los guerreros de Borobia animen a futuras excavaciones. «El hallazgo de esta estela plantea muchas interrogantes que son muy estimulantes sobre el periodo de transición entre época romano-republicana y altoimperial en una zona que conocemos muy poco, aporta datos interesantes acerca del proceso de reclutamiento de tropas auxiliares indígenas, que conocemos peor de lo que nos gustaría, y llama la atención sobre la riqueza arqueológica de un pueblo a la que debería prestarse atención», sostiene. La antigua ciudad de Virovia, olvidada durante veinte siglos, podría estar por descubrir allí.
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