Greg Louganis, el saltador olímpico con sida que recibió malos tratos de su entrenador
juguetes rotos
A pesar de las adversidades con las que se topó a lo largo de su vida, logró revalidar sus éxitos olímpicos como saltador
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Iniciar sesiónNo es fácil asimilar el éxito cuando una persona es joven y famosa. Es el caso de Greg Louganis, cuatro veces campeón olímpico en saltos desde el trampolín y plataforma, que tuvo que sortear su adicción al alcohol y las sustancias prohibidas, sufrir ... la extorsión de su representante y ocultar su condición de homosexual.
Una existencia llena de contratiempos desde su nacimiento, cuando sus progenitores le abandonaron y tuvo que ser adoptado por una familia de California de origen griego. Su infancia estuvo marcada por el autoritarismo de su padre, que nunca se interesó por él hasta que llegaron los triunfos deportivos.
Se enteró de que había contraído el virus en unas pruebas rutinarias antes de los Juegos de Seúl
Es difícil elegir un momento en cualquier vida, pero hay uno en la de Louganis que permanece indeleble. Ocurrió en mayo de 1995 durante la presentación de su libro autobiográfico, coescrito junto a Eric Marcus. 'Soy gay y soy seropositivo', dijo. Su familia y su entorno ya lo sabía, pero no había trascendido. Su carrera estaba acabada desde hace mucho tiempo, pero la revelación provocó la pérdida de casi todos los contratos de sus patrocinadores.
Un espeso manto de silencio cayó sobre su figura. Louganis se enteró de que había contraído el virus del sida en 1987 cuando se realizó unas pruebas rutinarias para acudir a los Juegos de Seúl. Tenía 27 años. Decidió no ponerlo en conocimiento de las autoridades deportivas y empezó a medicarse con fuertes dosis de retrovirales que le provocaban graves efectos secundarios. Viajó a Seúl al año siguiente y no empezó la competición con buen pie porque en el primer salto se golpeó la cabeza con el trampolín.
El médico le suturó la herida tras recuperarse de una leve conmoción. Superando su condición física, Louganis brilló en la piscina y volvió a ganar dos medallas de oro, que se sumaron a las que había obtenido en Los Ángeles. Sus saltos obtuvieron la mejor puntuación obtenida en unos Juegos. Pasó a ser considerado unánimemente el mejor saltador de trampolín de la historia. Louganis era la elegancia personificada y tenía un estilo único. De naturaleza solitaria y rechazado por sus compañeros escolares por su afeminamiento y el color oscuro de su piel, encontró en el deporte un camino de superación personal.
«Era perfecto, imbatible. Parecía que no hacía esfuerzo alguno»
Sammy Lee
su primer entrenador y descubridor
Su técnica provocaba asombro. Sammy Lee, su primer entrenador y descubridor, afirmó de él que tenía una facilidad innata para realizar piruetas imposibles para sus competidores. «Era perfecto, imbatible. Parecía que no hacía esfuerzo alguno», dijo. El georgiano Sergei Chalibashvili se mató en 1983 al realizar un salto de extrema peligrosidad que sólo Louganis era capaz de ejecutar. Tras decidir retirarse en 1989, descubrió que su manager y pareja sentimental, Jim Babbit, le había estafado, desviando a sus cuentas gran parte de su fortuna.
Babbit le amenazó con hacer pública su homosexualidad si le denunciaba y Louganis desistió de exigirle responsabilidad alguna. Años después, confesó que le maltrataba y que había llegado a violarle con una navaja en la mano.
El saltador, cinco veces campeón del mundo, era muy aficionado a la gimnasia y el baile en su adolescencia, afectada por el asma, la dislexia y los complejos
«Cuando Greg competía en los años 80 no había atletas olímpicos que hubieran salido del armario. Al ser percibido como gay, la hostilidad de sus adversarios era manifiesta. Y, cuando reveló su enfermedad, muchos saltadores le criticaron por haberles expuesto al contagio», señaló Eric Marcus. El saltador, cinco veces campeón del mundo, era muy aficionado a la gimnasia y el baile en su adolescencia, afectada por el asma, la dislexia y los complejos. Sabía que era hijo adoptivo y estaba obsesionado por conocer la identidad de sus progenitores, cuya madre de origen sueco tenía 13 años cuando le dio a luz.
La piscina se convirtió en una dedicación obsesiva y empezó a ganar competiciones hasta ser seleccionado para los Juegos de Montreal, donde obtuvo una medalla de plata con sólo 16 años. Louganis simultaneó la competición con los estudios de 'bachelor of arts' en la Universidad californiana de Irvine.
Actuaba en esa época como actor aficionado. Todavía sigue produciendo ocasionalmente piezas de teatro y está implicado en las luchas por los derechos de las minorías. Contrajo matrimonio en 2018 con Johnny Chaillot, al que había conocido en una web de contactos. Todo indica que Louganis ha dejado atrás su turbulento pasado y que ha encontrado el reconocimiento que se le negó tras hacer pública su condición sexual hace casi tres décadas.
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