Grecia, cómo ser turista sin morir en el intento

1. Antes de pedir, eche un vistazo a la carta. Pida siempre la carta cuando vaya a consumir en un local de comida o bebida. Esta es una cuestión prioritaria sobre todo si visita la cosmopolita isla de Mikonos y no se quiere llevar un buen susto como pagar 200 euros por una cerveza y unas aceitunas de `Kalamón´, o entre 150 y 600 euros por alquilar una tumbona y una sombrilla.

2. No suba a la Acrópolis con tacones. Aunque es comprensible que quiera colgar miles de fotografías y vídeos a sus redes sociales para lucir su bronceado con fondo los blancos mármoles del Partenón o las gradas de Epidauro, no suba a la Roca Sagrada ni entre en ningún sitio arqueológico con tacones.

Además de que está prohibido por el daño que el tacón provoca sobre el patrimonio inmueble, los riesgos de sufrir una rotura de tobillo ascendiendo a la Roca Sagrada por los desgastados mármoles de los Propileos o el sendero de Pikionis son mucho más elevados de lo que imaginas. No olvide, además, que el ascensor de la Acrópolis es exclusivo para personas con algún tipo de discapacidad y no para quienes deciden saltarse las normas de acceso al sitio arqueológico.

3. 'Live your myth in Greece'. En los 2000 «vive tu mito en Grecia» fue el eslogan de una de las campañas turísticas más exitosas del país y de la que aún seguimos recogiendo frutos. Ahora, 20 años después, es frecuente ver a turistas vestidos con vaporosa vestimenta de algodón y lino, supuestamente inspirada en la Antigua Grecia, y coronitas de hojas de olivo compradas a precio de oro en puestos ambulantes; o haciéndose fotos con figurantes disfrazados de hoplitas en los alrededores de los principales yacimientos arqueológicos a los que, una gran mayoría de turistas, llaman 'centuriones romanos'. Para su información, toda esta puesta en escena es vista como ridícula por parte de la población local que llevan miles de años sin vestirse con peplos.

4. No moleste a los efzones. Los cambios de guardia de la Guardia Presidencial, en la plaza de Syntagma y la calle Herodotu Atikú, son uno de los eventos de la capital griega que más atraen a los turistas. Si, mientras está posando a su lado, el soldado levanta el arma y le golpea contra el suelo, es porque está molestando; está demasiado cerca, o sus muecas y pose son, en definitiva, de mal gusto. Aunque se lo pueda parecer, los efzones o tsoliades no un elemento decorativo para que los turistas se hagan fotos. Permanecen inmóviles a pleno sol para custodiar la Tumba del Soldado Desconocido´, uno de los monumentos más importantes para los griegos. Respete, por favor.

5. No malgaste el agua. Ha visto miles de fotografías en redes sociales de piscinas infinitas en los destinos más turísticos del país y le encantaría también disfrutar de una de ellas. No obstante, ha de saber que las piscinas en Grecia son consideradas un lujo, sobre todo en islas como Mikonos que no disponen de recursos hídricos propios. El turismo masivo está intensificando el problema la escasez de agua en las islas griegas, que los meses de verano reciben una cifra que triplica al su población permanente, lo que crea una presión insoportable sobre sus recursos hídricos.

6. Parar a un taxi. Después de tanta caminata por los calles de Atenas tiene los pies destrozados, le apetece volver al hotel para descansar un poco y decide coger un taxi; se acerca al bordillo de la acera y, con la palma de la mano extendida, no logra comprender cómo no solo no para ningún taxista sino que, demás, está recibiendo insultos y pitadas. La razón: la mano extendida en Grecia o `mutsa´ es el equivalente a nuestro corte de manga y, básicamente, está haciendo una peineta a todos los taxistas que ha pasado por delante de usted. Mejor levante solo los dedos índice y corazón.

7. Los griegos no bailan 'Syrtaki'. La canción compuesta por Mikis Theodorakis y coreografiada por Yorgos Proviás en la década de los 60 para la banda sonora de la película `Zorba el griego´ -basada en el libro de Nikos Kazantzakis, dirigida por Michalis Kakogiannis y protagonizada por Anthony Quinn-, no es música tradicional griega y no es lo que los griegos bailan en sus fiestas. Si de verdad quiere conocer más sobre la extraordinaria música tradicional este país, mejor acuda a locales donde se toca música 'rebetika' y 'laikí'.

8. Aprenda a cruzar los pasos de cebra como un auténtico ateniense. Es de sobra conocido que, tanto los pasos de peatones como los semáforos en la capital griega, son más un elemento decorativo que de control del tráfico. Si quiere cruzar como un auténtico griego lo mejor es no pretender que los coches se paren y te cedan la prioridad. Esperar a que dejen de pasar es la mejor solución. En cuanto a los semáforos, tendrá que ser Aquiles, el de los pies ligeros porque tardan segundos en volverse a poner en rojo.

9. No se lleve trozos de cerámica o mármol de los sitios arqueológicos. Pasear en los yacimientos arqueológicos como el Cerámico, la Acrópolis, el Ágora, Delos o el Santuario de Delfos, es una de las experiencias más maravillosas que un visitante puede vivir en Grecia. Sin embargo, es importante recordarle que los trozos de cerámica o de mármol no están ahí para que los visitantes se los lleven como un suvenir más. Tampoco es apropiado subirse a restos de frisos, columnas o podios para hacerse fotografías.

10. Planifique su visita a la Acrópolis. Durante los días de mayor calor, cuando los termómetros marcan 40 grados en Atenas, en la cima de la Acrópolis las temperaturas llegan a superar los 60 grados centígrados. Para evitar que los trabajadores de la Acrópolis y los turistas sufran graves problemas de salud, y gracias a una lucha de los guardias de patrimonio del sitio arqueológico, desde el año pasado el ministerio de Cultura cierra el monumento patrimonio de la Humanidad durante las olas de calor de 12 a 17 horas.

Es importante que lo tengas en cuenta antes de planificar tu visita, porque luego llegan las protestas porque son justo las horas que tienes para visitar la ciudad antes de volverte a subir en el crucero con el que estás visitando el país. Si es tu caso, más que enfadarte, deberías reflexionar sobre que, tal vez, visitar Grecia en un crucero no es la mejor manera de conocer un país con miles de años de historia y con enorme patrimonio histórico.

Bonus track. Consuma producto local y recuerde siempre que en las ciudades y las islas griegas vive gente y que, por mucho que el turismo suponga una importante parte del PIB, hay que respetar la forma de vida, los derechos de los trabajadores y su patrimonio histórico.