El gato de Schrödinger o por qué los niños entienden mejor la física cuántica que los adultos
Sonia Fernández-Vidal publica la precuela de 'La puerta de los tres cerrojos', su exitosa trilogía de divulgación científica
Sonia Fernández-Vidal: «Pronto habrá ordenadores cuánticos a los que nos conectaremos con el móvil»
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Iniciar sesiónNo es raro que un protagonista de un libro de ciencia ficción se teletransporte, atraviese paredes o llegue a estar en dos sitios al mismo tiempo. Parecen quimeras, pero estos fenómenos tienen lugar en el universo de la física cuántica. «Es que es pura fantasía», ... explica Sonia Fernández-Vidal, autora de la trilogía 'La Puerta de los Tres Cerrojos', una serie de divulgación científica que ha vendido más de 450.000 ejemplares, de la que ahora publica la precuela 'La semilla de una revolución' (Destino).
«De entrada puede parecer un oxímoron. Y es cierto que, además, en el imaginario colectivo se asocia a la física cuántica como algo extremadamente complicado. Lógicamente, para hacer investigación tienes que hacer tu carrera, tus doctorados... Pero los fenómenos que describen este mundo microscópico son apasionantes. Y siempre he pensado que es algo de lo que todo el mundo podría y debería disfrutar», indica a ABC Fernández-Vidal, que ha trabajado en el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) y en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (en el que Oppenheimer desarrolló la bomba atómica).
Por eso cuenta que, cuando le propusieron hacer un libro sobre este campo de la ciencia, pensó que ensayos había muchos y muy bien hechos, y que ella quería llegar a un perfil diferente. A aquellos que no leen sobre ello. «Creí que la mejor manera de transmitirles estos conocimientos era la fantasía. Hay una frase popular que dice que los cuentos están hechos para dormir a los niños y despertar a los adultos. Mi intención era escribir este libro para los adultos y por eso lo escribí para niños», señala la también doctora en Información y Óptica Cuántica por la Universidad Autónoma de Barcelona.
En 'La semilla de una revolución', la autora, elegida en 2017 como una de las cien personas más creativas del planeta por 'Forbes', realiza un recorrido por el nacimiento de la física cuántica a través de la huérfana Ada (llamada así por la matemática Ada Lovelace), y su amigo elfo Don, y los físicos Max Planck, Albert y Mileva Einstein o Niels Bohr.
En sus páginas se habla de átomos, de radiación térmica, de ondas, de electromagnetismo, de la velocidad la luz, de agujeros negros, de electrones y fotones. A pesar de lo que pueda parecer, la escritora señala que los niños suelen asimilar estas ideas con mayor facilidad que los adultos. «Cuando doy conferencias y empiezo a explicar, por ejemplo, el principio de superposición, el famoso gato de Schrödinger que puede estar vivo y muerto simultáneamente, es muy común que los adultos asimilemos todos estos conocimientos de una manera muy racional, por lo que nos bloqueamos. Pero es que la razón y el mundo cuántico son como agua y aceite».
Lo que hacen las partículas fundamentales allí, aquí es imposible, ¿por qué? «Pues eso es algo que no sabemos. Solo sabemos que lo hacen. De ahí la importancia de ponerse en la piel de Planck, de Einstein, de Rutherford, de Bohr, que empezaron a ver todas estas cosas tan extrañas. Su camino no fue fácil, pero se atrevieron a mirar el mundo de manera diferente», asevera la autora. Por eso los ha escogido para mostrar la importancia del método científico. «Como decía Carl Sagan, la ciencia no es solo un cuerpo de conocimiento, sino que también es una manera de pensar. Y una fuerte cultura científica es el antídoto ideal contra la sobreinformación de hoy en día».
La segunda revolución
Desde los transistores de los móviles a los láseres o resonancias magnéticas, más de un tercio de la economía mundial depende de tecnologías nacidas de esa revolución. Y ahora estamos en el amanecer de una segunda, con avances como la encriptación avanzada o la computación cuántica que tendrán un impacto global. «La física cuántica es más que una herramienta; es un desafío para entender qué es la realidad y cómo interactuamos con ella», afirma.
'La semilla de una revolución' es la primera parte de una bilogía que se cerrará próximamente con la Segunda Guerra Mundial. El fin de la contienda estuvo marcado por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, que también son fruto de la física cuántica. «Estos avances tecnológicos costaron 150.000 almas. Será muy interesante hacer esa reflexión. La ciencia no es una cornucopia de la que solo salen bondades, sino que es una espada de doble de filo».
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