Por contenido sexual
De Stephen King a Twain: la censura se extiende por las escuelas de Estados Unidos
El maestro del terror vuelve a poner sobre la mesa el debate, que se extiende por todo EE.UU, de qué debe considerarse material de lectura adecuado en las escuelas
En el epicentro de la polémica está la legislación de Florida, que ha sido llevada ante los tribunales por seis grandes editoriales por atentar contra la Primera Enmienda
La lista de libros prohibidos crece en Occidente
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Iniciar sesión«¿Qué diablos?». Hace unos días, Stephen King reaccionaba así de airado en la red social X frente a la prohibición de sus libros en colegios del estado de Florida (Estados Unidos) por su contenido sexual. El maestro del terror se une así a ... la lista negra de autores, como Huxley, Dickens o Twain, que han caído víctimas de la nueva legislación.
De acuerdo con diversos medios, 'It' o 'Carrie' serían dos de los títulos retirados de King, cuya respuesta, con más de 15 millones de visualizaciones, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre qué debe considerarse material de lectura adecuado en las escuelas que se está extendiendo por todo Estados Unidos. En el epicentro de la polémica está Florida, estado en el que el gobernador Ron DeSantis aprobaba el 25 de marzo de 2022 la ley HB 1467, que proporciona el marco para la revisión y posible prohibición de libros y otros materiales educativos. A principios de año, hacía lo propio con la HB 1069, que permite a los padres impugnar libros en las bibliotecas escolares si los consideran pornográficos o relacionados con la identidad de género.
Precisamente, la semana pasada seis grandes editoriales estadounidenses (Penguin Random House, Hachette Book Group, HarperCollins Publishers, Macmillan Publishers, Simon & Schuster y Sourcebooks) han decidido llevar ante los tribunales a las autoridades de Florida por la ley HB 1467. De acuerdo con la demanda -a la que se han unido autores superventas como John Green-, la retirada de títulos atenta contra la Primera Enmienda, que recoge, entre otras, la libertad de expresión.
Las demandas para prohibir libros en bibliotecas y colegios baten récords en EE.UU.
ABCUn análisis publicado por la la Asociación Americana de Bibliotecas muestra un repunte de la censura
Según la citada legislación, basta con que un padre, maestro, miembro de la comunidad u otro interesado presente una queja formal sobre un libro en particular para poner en marcha el proceso. La queja puede estar basada en el contenido del libro, que se considere inapropiado por motivos de lenguaje, violencia, sexualidad, ideología política, religión, entre otros.
Un comité de revisión evalúa la queja, y decide si recomienda prohibir, restringir o mantener el libro. La Junta Escolar revisa la recomendación y toma la decisión final y, si se prohíbe, es retirado de las bibliotecas y listas de lectura.
Según datos de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, en los últimos años ha habido un aumento exponencial de los títulos censurados en las bibliotecas públicas y escolares de EE.UU. en 2023, que ha llegado a los 4.240 libros. La asociación estadounidense de escritores PEN ha publicado recientemente un listado de aquellos que se han prohibido en los 67 condados de Florida y en él aparecen los citados por King, aunque la entidad advierte de que los diversos mecanismos de prohibición hacen que el seguimiento exhaustivo sea muy difícil.
Florida has banned 23 pf my books.
— Stephen King (@StephenKing) August 31, 2024
What the fuck?
«A pesar de que 7 de cada 10 votantes se oponen a la prohibición de libros, se ha convertido en una epidemia», afirmó a ABC el escritor Alan Gratz. Su libro, 'Amy y la bibloteca secreta' (Tatatuka), se publicaba en 2017, pero no fue hasta este verano cuando la Junta Escolar del condado de Indian River decidió prohibir este título, protagonizado por una estudiante de cuarto de primaria que ve cómo su libro favorito (Pippi Calzaslargas, en la edición en castellano) y otros títulos desaparecen de la biblioteca porque algunos padres los han considerado inapropiados para sus hijos.
En el caso de 'Amy y la biblioteca secreta', fue Jennifer Pippin, presidenta local de 'Moms of liberty' (Madres por la libertad, grupo conservador de derechos parentales) quien presentó la queja. El comité examinó la obra y decidió mantenerla en las escuelas, pero la Junta Escolar votó 3 a 2 a favor de retirarla de las estanterías, al parecer debido a que no estaban de acuerdo con la forma en que el libro de Gratz se refería a otras obras que ya habían sido retiradas.
«Los esfuerzos de prohibición de libros de grupos como 'Moms for Liberty' se dirigen predominantemente a libros escritos por miembros tradicionalmente subrepresentados de nuestras comunidades, o sobre ellos, incluidas las personas de color y las personas LGBTQ+. No soy BIPOC ni queer, y mi libro no tiene ninguno de esos temas. Pero fue prohibido, en parte, porque me atreví a mencionar los títulos de algunos de esos libros, libros que la Junta Escolar ya había prohibido. Esto es un borrado del más alto nivel», indicó Gratz.
La denuncia de Pippin también menciona que en 'Amy y la biblioteca secreta' aparecen títulos que hacen referencia al sexo, pero su autor niega que haya ningún contenido de esas características. «Uno de los libros prohibidos mencionados es 'Es perfectamente normal', escrito específicamente para lectores jóvenes para ayudarlos a comprender los cambios en sus cuerpos, hormonas y sentimientos», aclaró. Simplemente hace referencia al título, ni lo cita, ni lo explica. «Sin embargo, esto constituye 'contenido sexual' para los carteles de libros de Florida. Cabe señalar que también es ilegal que los educadores en el estado de Florida digan siquiera la palabra 'gay'», precisa Gratz.
Revisión integral
«La HB 1069 exige que los bibliotecarios escolares eliminen los libros que contengan cualquier cosa que pueda interpretarse como 'conducta sexual', sin tener en cuenta el valor educativo de la obra en su conjunto», explicaron las editoriales en un comunicado conjunto. Por ello, la demanda que han presentado se centra en restablecer el criterio de los educadores capacitados para evaluar los libros de manera integral.
«Estas prohibiciones tienen un efecto paralizante sobre lo que escriben los autores y dañan su reputación al crear la falsa noción de que hay algo indecoroso en sus libros. Sin embargo, estos mismos libros han educado a los jóvenes durante décadas, expandiendo mundos y fomentando la autoestima y la empatía por los demás. Todos perdemos cuando se censuran las verdades de los autores», señaló Mary Rasenberger, directora ejecutiva del Gremio de Autores, que también hace frente a la HB 1069.
La portavoz del Departamento de Educación de Florida, Sydney Booker, rechazó la demanda a través de la BBC tildándola de artimaña. «No hay libros prohibidos en Florida. El material y la instrucción sexualmente explícitos no son adecuados para las escuelas», indicó.
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