El flamenco en el cine contemporáneo: de Martin Scorsese a Quentin Tarantino

Muchas veces me senté a paladear largometrajes de las primeras referencias del cine internacional y me vi sorprendido al escuchar artistas nacionales. Voces poco conocidas, como la de Antonio Agujetas, hijo de Manuel Agujetas, que por soleá se cuela en 'Buddy boy' (1999). Y voces de alta popularidad, como la de Camarón de la Isla, que gime en vivo por bulerías en la francesa 'Les victimes' (1996), de Patrick Grandperret. Woody Allen paseó a su audiencia por la Barcelona de Gaudí a través de los pasos de Javier Bardem, Penélope Cruz y Rebecca Hall con la música de Paco de Lucía. La rumba que acompasa 'Vicky Cristina Barcelona' (2008), ya lo saben, es aquella que el de Algeciras compuso de relleno para el disco 'Fuente y caudal' y terminó por convertirse en el himno de su discografía: 'Entre dos aguas', tantas como amores en este difícil triángulo.

Hasta el Norte de África he viajado con Bertolucci en 'El cielo protector' (1990). Y allí, a la estela de un John Malkovich que busca por el Sáhara su centro, quien encontró la música andalusí con lo jondo de forma definitiva clama «Amigo mío, no» con una orquesta tangerina. Es Juan Peña El Lebrijano. La adaptación de la novela de Paul Bowles, por cierto, recibió un Globo de Oro a la Mejor Banda Sonora. Aquí el cante sitúa el lugar de la escena. Otras veces, sin embargo, crea un clima de extrañeza: es el caso de 'Magical girl' (2014), donde 'La Niña de Fuego' de Manolo Caracol se vuelve oscura, conteniendo una violencia siempre al borde de desatarse.

El campo andaluz de Manolo Sanlúcar en 'Nacencia' se afrancesó al servir de colchón en 'Avis de Mistral' (2014). El 'Violín gitano' de Joselito pueden escucharlo en 'Mamma Roma' (1962), de Pasolini, y las alegrías de la Niña de los Peines en 'The vast of night' (2019), de Andrew Patterson. Carmen Amaya e Imperio Argentina triunfaron en la primera mitad del siglo XX. Carlos Saura, en la segunda, creó toda una estética que todavía hoy se emplea en los escenarios para la danza y el toque. Pero es que el flamenco se hizo material icónico de una manera diferente con el avance de los tiempos: aportando matices al hilo argumental de tramas con un carácter universal. Alejado, solo en apariencia, de la esencia cabal. Algún despistado habrá que siga pensando que Penélope Cruz interpreta por bulerías el tango 'Volver', de Gardel, en el filme de Almodóvar, y no Estrella Morente. La que en 'Kika' (1993) canta 'Se nos rompió el amor' es Fernanda de Utrera. Y es que la manifestación artística muta al decirnos lo mismo en un nuevo contexto.

Tarantino, para 'Kill Bill Volumen 2' (2004), se decantó por sorprender al mundo con un ramillete ecléctico de sonidos. Su homenaje a las artes marciales, Kurosawa, Fukasaku y el spaghetti western vino revestido de todo tipo de piezas de gran originalidad. Entre ellas, 'Tu mirá', del segundo álbum de Lole y Manuel, 'Pasaje del agua'. Uma Thurman conduce el descapotable que más adelante estampará y que generará un amplio abanico de teorías y tensiones, pues el director le ocultó cierta información acerca del recorrido y la actriz sufrió un accidente que le provocó daños en el cuello. En ese vehículo la voz Lole Montoya apunta al cielo para ocupar el espacio. Y fue Lole, quizá, la que más impactada se quedó tras el visionado: «A nosotros nadie nos dijo nada. De pronto nos vimos en la televisión».

La única producción musical española que ha entrado en la filmografía del director de 'Pulp fiction' es esta. El cante no se coló en el cine contemporáneo, sino que es una pequeña parte de él. Hollywood, Francia, África, Roma, dramas, prostitutas, ciencia ficción, thrillers psicológicos… Tomaron alas las raíces y se posaron tras un sinfín de vuelos. Lo hicieron, como digo, para contar historias. El cante cuenta desde otros prismas. Comunica, y muchos, Pasolini, Almodóvar, García Pelayo…, lo han sabido ver.