Los filósofos 'okupan' Madrid y montan la gran fiesta de la discrepancia
Figuras como Michael Sandel o Wendy Brown, protagonistas de una la primera edición del Festival de las Ideas
Javier Gomá: «Estamos condenados a filosofar»
Valerio Rocco, del Círculo de Bellas Artes, y Javier Moscoso, comisario del Festival de las Ideas
Más de 130 invitados, entre ellos pensadores de la talla de Michael Sandel, Wendy Brown o Marina Garcés, setenta actos repartidos en once sedes de la ciudad de Madrid... La semana que viene, entre los días 18 y 21, la filosofía ocupará las calles de ... la capital. O, más bien, recuperará su lugar de siempre. «Es una iniciativa que entronca con los orígenes de la filosofía, su relación con el ágora, con la plaza, con la calle, con el teatro... Todo esto estará muy presente. También ese carácter peripatético de la filosofía, esa idea de pasear por las calles», explica Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes, que junto a La Fábrica ha impulsado la primera edición del Festival de las Ideas, un evento que pretende resignificar el intercambio de ideas. «La filosofía tiene una dignidad bimilenaria, y esa dignidad sigue intacta».
Al frente del festival, como director de contenidos, está Javier Moscoso, que ha contado con la ayuda de la también filósofa Marcela Vélez. «La idea que late detrás de esto es transformar Madrid en un gran escenario. El festival es un ejercicio carnavalesco, una comedia ciudadana. Es una incitación al pensamiento sosegado. Un argumento filosófico serio no se escribe en un tuit, ni se escribe siquiera en una página del periódico; se desarrolla alrededor de 200-300 páginas. Ojalá termine en una incitación a la lectura, a la lectura sosegada de argumentos complejos». Para conseguirlo, han optado por darle la vuelta a «la estructura jerárquica social en la que unos hablan y otros escuchan», expone Moscoso. «Hemos profundizado en las conversaciones».
De todos los actos organizados, solo uno consiste en una conferencia. «Lo demás son todo diálogos, y además diálogos muchas veces entre personas que representan diferentes sensibilidades, de disciplinas filosóficas, históricas, sociológicas y antropológicas distintas, que se dirijan también a públicos y feligresías distintas». Elizabeth Duval conversará con Pablo de Lora y Javier Gomá con Remedios Zafra, por ejemplo. «La idea de un festival de pensamiento en la calle no es enteramente original, tenemos precedentes», dice Rocco. «Lo que sí es innovador son iniciativas como los 'speakers' corners' o los paseos filosóficos». Habrá seis 'speakers' corners', ubicados en diferentes puntos emblemáticos de Madrid, cada uno con un tema: inteligencia artificial, humor, desamor... Un programador fijará los temas a tratar, para que cualquiera pueda unirse a la conversación. Los paseos filosóficos, cuyas inscripciones se agotaron en horas, consistirán en recorridos por la ciudad con un guía que abordará temas como el malestar en el arte o el Madrid de Ortega.
Las conversaciones girarán en torno a la catarsis: cuáles son las formas, las causas y los remedios de los malestares contemporáneos. «Nos parecía que vivimos en un mundo donde en general se piensa que hay un exceso de victimización, que vivimos en la cultura y el cultivo de las víctimas. Otros, sin embargo, piensan por el contrario que no, que nunca ha habido una sociedad más desigual, que estamos en el final de una época –desarrolla Moscoso–. Hemos convocado a una serie de personas que pueden abrir el debate. No les hemos convocado para que nos den respuestas, los hemos convocado para dialogar y para discrepar». E incluso, «quién sabe, para convencerse», añade Rocco.
«Yo creo que uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es que faltan estos espacios de diálogo sosegado, argumentado, en un contexto neutro, entre personas que piensan de forma diferente. Hemos perdido esos sitios: las plazas, incluso los bares, muchas veces servían para esto. La socialización masiva a través de las redes sociales que provocan cámaras de eco, la desaparición de muchos elementos mediadores en nuestra sociedad, el desprestigio de la política en términos de calidad argumentativa y la desconfianza de la ciudadanía en la política en ese sentido son enormes males. Yo creo que las instituciones culturales seguimos sirviendo como esos espacios que pueden dar cabida a esa diversidad y juntar posiciones diferentes», reflexiona el director del Círculo de Bellas Artes.
Degradación política
¿Cómo hemos llegado a esta situación? Hay algo crucial, responde Valerio Rocco. «Es el predominio de los argumentarios en todos los partidos políticos , pero también en los participantes en los medios de comunicación y en las agencias de publicidad y de marketing. Arman cada día el argumentario oficial y compartido por todos los miembros de un partido o de una corriente de opinión sobre lo que hay que pensar y cómo hay que argumentarlo. Esto se traslada a su vez a la ciudadanía, que imita estos comportamientos. La profesionalización del 'speechwriter' es incompatible con esa argumentación de calidad».
Ante esta degradación deben rebelarse las instituciones culturales, sostiene. «Debemos ser el lugar donde esos debates ocurran, siempre garantizando una neutralidad en la institución y una apertura a todas las voces. Debemos posicionarnos contra aquellas fuerzas que pretenden censurar y limitar esa posibilidad de dar cabida a todas las voces. Debemos tomar partido para garantizar nuestra independencia».
Esta voluntad radicalmente democrática del Círculo y La Fábrica cimentan un festival que aspira a ser una cita anual. «Esta es la primera edición de muchas, si no acaba el festival con nosotros –dice Rocco–. Pero el entusiasmo de los patrocinadores, el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y la respuesta de la ciudadanía son signos que nos hacen pensar que este festival puede tener continuidad en el tiempo. Ojalá».