Feijóo promete un Ministerio de Cultura fuerte en su Gobierno

El líder del PP avanza las líneas maestras de su programa cultural: «No será una cartera vacía de contenido»

Abordará una nueva ley de mecenazgo y una estrategia para la proyección de España, con el idioma como eje

El exministro socialista César Antonio Molina pide el voto para Feijóo: «Hay que votarle para que los fantasmas de uno y otro lado no tengan opción»

Editorial ABC: La cultura, prioridad política

Marta Rivera de la Cruz, César Antonio Molina y Alberto Núñez Feijóo Jaime GarCÍA

Después de tres semanas en las que se había alimentado la duda de si el PP constituiría un Ministerio de Cultura propio en caso de ganar las elecciones, Alberto Núñez Feijóo por fin ha despejado la incógnita. Lo hizo en un acto organizado ... en Madrid, arropado por representantes del sector, desde la Federación de Gremios de Editores hasta los distribuidores de cine, pasando por entidades de gestión de derechos de autor, del videojuego o la Fundación del Toro de Lidia. «En mi Gobierno la cultura tendrá rango ministerial», garantizó el candidato del PP a las elecciones del 23 de julio. «Pero mi Ministerio de Cultura no será como el de Sánchez. No será una cartera por la que pasen cuatro ministros en cinco años, sin proyectos, ni estabilidad, ni continuidad. No será una cartera vacía de contenido, que sirva como cargo de consolación o arreglo de equilibrios territoriales de mi partido. Y no será una herramienta que el ministro utilice para solucionar problemas políticos del presidente: servirá solo a la cultura de nuestro país».

Feijóo aseguró que su titular de Cultura, si llega a La Moncloa, dirigirá un departamento de verdad, «con políticas útiles», y avanzó algunos de los ejes que definirán su proyecto. El primero, una estrategia para la proyección exterior de España: «Somos una potencia desaprovechada. Somos el cuarto país del mundo, junto con Francia, con más sitios declarados Patrimonio de la Humanidad». Pieza clave de esta internacionalización será el Instituto Cervantes, el «mayor polo cultural del mundo», en palabras del líder popular: «Vamos a llenar sus 89 sedes de cultura en mayúsculas y de español. Lo haremos en coordinación con el resto de países de habla hispana, con la Real Academia». El PP también abordará un plan especial para «proteger el patrimonio, tanto el tangible como el intangible: los monumentos históricos, las vanguardias creativas, las creaciones audiovisuales, musicales...», y prestará especial atención a la industria visual y tecnológica «para seguir compitiendo con éxito en un mercado global». También se comprometió a aprobar una ley de mecenazgo, una de las grandes reivindicaciones del sector desde hace años.

El líder popular hizo un alegato de la cultura como industria y como identidad del país: «La cultura es legado, es historia y es futuro. Desde Cervantes con su Quijote eterno e inmortal hasta fenómenos recientes como Sabina o Luis Eduardo Aute. La cultura nos ha abierto las puertas y nos ha hecho trascender. La cultura es también entendimiento del mundo que nos rodea, es afirmación de la diversidad de nuestro país, rural y urbana, multilingüe, bilingüe, de una España que une y se expresa con toda su belleza y con toda su crudeza. La cultura es y debe ser libertad para expresarse, para molestar al poder, sobre todo al poder. Especialmente cuando hay un poder que ha empezado a decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer». En esa línea se expresó unos minutos antes Borja Sémper, portavoz de campaña y vicesecretario de Cultura del PP, que moderó un coloquio entre el exministro socialista César Antonio Molina y la abogada Patricia Gabeiras. «Estamos convencidos de que la cultura no tiene color político, de que no es de izquierdas ni de derechas», dijo Sémper. «Es patrimonio de todos. Nosotros queremos ser lobistas de la cultura española. Contamos con el conjunto de la sociedad española. Es la propuesta política más importante que tenemos para los españoles, un lugar de concordia y de encuentro».

En ese coloquio previo, el exministro de Cultura del PSOE reclamó de manera contundente un Ministerio de Cultura fuerte. «Velázquez necesita un ministro, Goya necesita un ministro, Buñuel necesita un ministro, la catedral de Santiago necesita un ministro, casi un millón de trabajadores de la cultura necesitamos un ministro, alguien que nos represente», le interpeló a Feijóo. Patricia Gabeiras, socia directora de la firma Gabeiras&Asociados, reclamó también un ministerio fuerte, dotado de presupuesto y con instituciones que dialoguen con el resto de ministerios: «Y, sobre todo, una comisión delegada del ministerio para que coordine todo en materia cultural. Hay que tratar la cultura como un sistema, y esto exige coordinación, que haya un ministro o ministra que se siente en el Consejo de Ministros». Gabeiras enumeró una serie de medidas que considera esenciales: remover los obstáculos en los procesos de contratación pública, modernizar el actual modelo de financiación (no solo la ley de mecenazgo), revisar los procesos de acceso a subvenciones, continuar con el desarrollo del Estatuto del Artista, incorporar la cultura a las enseñanzas educativas, apoyar el reconocimiento internacional de la cultura, abordar el cumplimiento de la ley de igualdad en el mundo de la cultura y respetar las libertades en la creación artística.

El Partido Popular había recibido críticas estas semanas, después de que el líder del PP sugiriera en una entrevista que integraría el Ministerio de Cultura en Educación, dentro de su plan de reducción de departamentos ministeriales. Es el modelo que el PP siempre ha tenido cuando ha gobernado, donde el peso de la cartera de Cultura ha sido menor, y que el propio Feijóo aplicó durante su etapa como presidente de la Xunta de Galicia. En los pactos que PP ha firmado con Vox tras las elecciones autonómicas y municipales, los populares han entregado competencias de Cultura a la formación que lidera Santiago Abascal en la Comunidad Valenciana y en algunas de las principales capitales de provincia que gobierna la derecha. Y hace unos días, en un debate sobre políticas culturales, el secretario de Cultura del PP, Jaime Miguel de los Santos, defendió la validez de un Ministerio de Educación y Cultura. «Me quedo impresionado con las dudas. El Ministerio de Cultura representa al Estado, a la nación, y tiene otra parte de carácter industrial: es una empresa -dijo César Antonio Molina-. ¿Cuántas empresas hay que tengan un millón de trabajadores?».

Cambio de estrategia

Esta promesa de Feijóo supone un cambio de rumbo del PP en lo que se refiere a la política cultural, y además desactiva las críticas que el PSOE ha venido haciendo estas semanas. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, llegó a declarar que la supresión del ministerio sería «tirarse un tiro en el pie, no, sino un poco más arriba». Y precisamente a Iceta, aunque sin nombrarlo, se dirigió Feijóo cuando dijo que no usará esta cartera como «arreglo de equilibrios territoriales» o para solucionar «problemas políticos del presidente», en referencia a las más de sesenta enmiendas que Iceta cedió a los partidos independentistas en los últimos Presupuestos Generales del Estado. La factura total, como informó ABC, ascendió a casi 67 millones de euros.

Feijóo propuso usar la cultura como herramienta para que el país avance junto, en «un proyecto que no tenga etiquetas y que no señale ni excluya a nadie». Marta Rivera de la Cruz, número tres en las listas por Madrid, que abrió el acto, señaló igualmente el potencial del patrimonio histórico, las artes, el cine o la literatura «para recuperar el orgullo de un país al que llevan mucho tiempo diciéndole que es un país de segunda». Para la también delegada de Cultura, Turismo y Deportes, la cultura debe servir para cohesionar, y nunca debe usarse como arma arrojadiza: «A partir del 23 de julio Feijóo va a necesitar de aliados poderosos para reconstruir el ánimo del país, y uno de esos aliados es el inmenso tesoro de la Cultura. España necesita que le digan que el futuro que viene merece mucho la pena».

Cuatro promesas

Principales medidas

Proyección exterior. Feijóo quiere usar el español, a través del Cervantes y la Real Academia, en la promoción de una estrategia para la proyección exterior de España. «Tenemos la mejor herramienta de proyección exterior, nuestra lengua común. Eso también es cultura», dijo Feijóo.

Protección del patrimonio cultural. El candidato popular hará un «esfuerzo especial para proteger el patrimonio cultural con políticas que lo preserven». Citó los monumentos históricos, las tradiciones culturales, las vanguardias creativas y las expresiones artísticas o audiovisuales.

Apoyo a la industria. El Partido Popular apuesta por apoyar la industria audiovisual y tecnológica para desarrollar nuestro potencial en estos ámbitos y seguir compitiendo con éxito en un mercado global.

Ley de mecenazgo. Es una de las grandes reivindicaciones del sector: una ley de mecenazgo ambiciosa. Feijóo se comprometió a abordar esta iniciativa, «una herramienta para captar inversión, potenciar la política cultural y fomentar la cooperación entre el sector público y el sector público, y que redundará en más apoyo, en más libertad y en más cultura».

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