Exteriores elige nueva directora de la Academia de España en Roma a la candidata con menos nota de la terna final
Maite Méndez, catedrática de arte contemporáneo especializada en igualdad y género, se impone a Andrés Úbeda, el mejor valorado
El Gobierno, que tuvo que convocar un segundo proceso tras impugnarse el primero, cambió el concurso de méritos por la libre designación
Exteriores rompe las reglas para nombrar director de la Academia de España en Roma

El Ministerio de Exteriores ha resuelto la designación de la nueva directora de la Academia de España en Roma, puesto vacante desde principios de 2024, con el nombramiento de Maite Méndez Baiges. La profesora de la Universidad de Málaga era la candidata con la ... peor puntuación de la terna final que el órgano de valoración elevó al Patronato de la academia. Según fuentes que han seguido de cerca el proceso, Méndez era la candidata de Ángeles Albert, su predecesora en el cargo y actual directora general de Bellas Artes en el Ministerio de Cultura; y antes jefa de gabinete del secretario de Estado de Urtasun, Jordi Martí. Se cierra así, con polémica, un proceso que ha estado envuelto en más polémica, después de que la primera convocatoria fuera suspendida por un sorprendente cambio de reglas.
Fue en abril del año pasado cuando Exteriores convocó el proceso selectivo para la dirección de la Academia de España en Roma por el sistema de concurso de méritos, pero cinco meses después publicó en el BOE una «corrección de errores» que introducía cambios sustanciales. Esa corrección eliminaba sustituía el concurso de méritos por un «sistema de libre designación», como indica el reglamento de la academia, dejando claro que Exteriores podía nombrar a cualquiera de los tres mejores candidatos, no necesariamente al primero. Hubo un segundo cambio que ponía como requisito ser funcionario de carrera o escala del grupo A1, «ya sea perteneciente a la Administración General del Estado o ya sea personal docente universitario». Este era el caso de Méndez, profesora en Málaga.
Uno de los aspirantes impugnó el concurso por estos cambios de criterio cuando ya solo faltaba la publicación en el BOE del candidato elegido. «A raíz del recurso, los servicios técnicos y jurídicos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación han estado analizando la convocatoria y se ha concedido un plazo para alegaciones a todos los interesados en el procedimiento, antes de su resolución», explicó el ministerio que dirige José Manuel Albares. El proceso quedó paralizado durante tres meses, hasta finales de enero de este año, cuando Exteriores lanzó una nueva convocatoria, sin difundirla en sus canales de comunicación oficiales y sin publicar ninguna suspensión de la primera. Vuelta a empezar.
En ambos procesos, en el suspendido y el que este miércoles se ha cerrado con su publicación en el BOE, el candidato con mejor puntuación fue Andrés Úbeda, antes director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado y ahora jefe de Colección de Pintura del Siglo XVIII y Goya. En la primera ocasión, recibió una puntuación total de 58 puntos, igualado con el diplomático Miguel Albero Suárez. Maite Méndez fue valorada por el órgano de selección con 56 puntos. En el segundo proceso –el convocado en enero–, saltó el nombre de Albero, que no se presentó, y Úbeda repitió como el candidato mejor valorado, con 61,5 puntos, según figura en un acuerdo publicado el 4 de abril. El segundo de la terna era Ildefonso Muñoz Cosme, con 59,5 puntos, y de nuevo la tercera fue Maite Méndez, con 59,3 puntos.
Para estas valoraciones se han tenido en cuenta los méritos profesionales y formativos de los candidatos, en una primera fase eliminatoria, y otras exigencias que se dirimieron en una segunda fase como el conocimiento de la lengua italiana, la presentación de una memoria y la defensa del currículo. El subsecretario de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Xavier Martí Martí, no estaba obligado a elegir al candidato con mejor puntuación –por algo el Gobierno quiso dejar claro que el nombramiento era de «libre designación–, y esto es lo que ha hecho con la designación de Maite Méndez. ¿Por qué? «El procedimiento legal establece que el candidato se elige por libre designación», se limita a responder el servicio de prensa de Exteriores. Explicaciones, las justas.
La historiadora del Arte ha contado con el impulso de Ángeles Albert, que desde que dejó la institución ha ido ganando peso en el Ministerio de Cultura hasta convertirse en directora general de Bellas Artes. Hay quien ve en este nombramiento un pulso entre ministerios, que ha terminado ganando Cultura, probablemente con el beneplácito del presidente Pedro Sánchez. En Exteriores, que gestiona la Academia de Roma y de quien depende la decisión final, eran más partidarios de la candidatura de Úbeda. Desde hace años, hay una lucha soterrada entre los dos ministerios por controlar la entidad; antes dependía jerárquicamente de Cultura, que aspira a recuperarla.
La nueva directora de la Academia de España en Roma es catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, donde ha impartido clases en el Master de Desarrollos Sociales de la Cultura Artística y en el Master de Igualdad de Género. Fundadora y directora de la Red de Investigación en Arte y Feminismos RIAF, trabaja sobre arte moderno y contemporáneo desde una perspectiva de género. También ha sido directora de IGIUMA, el Instituto de Investigación de Género e Igualdad de la UMA. Entre sus libros más recientes están 'Cruces de Culturas' (2024), 'Las señoritas de Avignon y el discurso crítico de la modernidad' (2021) y 'Arte escrita. Texto, imagen y género en el arte contemporáneo' (2017).
La docente llega a uno de los puestos más apetecibles en el sector cultural: está remunerado con 122.000 euros al año y tiene una permanencia de tres años prorrogables por otros dos, con opción a otra prórroga de dos años. La academia tiene por objeto principal ofrecer la posibilidad a creadores, artistas, investigadores, escritores, pensadores y diseñadores procedentes de España, Unión Europea e Iberoamérica, realizar un proyecto en el propio centro. Cada año se otorgan entre 20 o 25 residencias. La propia Maite Méndez fue residente de la academia en los años 90. Con residencia en la institución, entre sus principales cometidos del director está marcar las líneas estratégicas de actuación del centro, supervisar los proyectos de los becarios y diseñar proyectos científicos e investigaciones.
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