«¡Estefanííííaaa!»: el berrido viral que reventó el 'share' de España antes de la pandemia

Noticia Relacionada

La pareja que abandonó 'La isla de las tentaciones' ya tienen sustitutos: así son los protagonistas

ABC

Marieta y Álex comenzaron su relación como amantes, pues él tenía novia

Recordemos la dinámica de tortura del 'reality': cinco parejas de heteros vuelan a una isla paradisiaca repartidos en dos mansiones, Villa Playa y Villa Montaña, con los chicos por un lado y las chicas por otro. Con ellas mandan a diez maromos y con ellos, a diez 'maromas', bajo instrucción de conquistarles y que caigan rendidos en la tentación de sus cuerpos esculpidos por el gimnasio y el bisturí. Alcohol a mares, fiestas constantes y citas para intimar, se les muestran vídeos de su pareja en la otra mansión 'playboy' o 'playgirl' gozándosela y estrechando lazos con sus pretendientes. Y, si no los hay, te muestran vídeos manipulados. La carne es débil, las cabezas más.

En este programa de terror, hemos visto a una concursante desmayarse por el dolor (retransmitido) al ver imágenes durante días de su pareja practicando un sinfín de coitos en los más exóticos lugares del inmueble. En otra línea de trauma, un tipo que fue tentado por una modelo rusa bellísima, y que 'resistió sin pecar', tuvo que asumir cómo su pareja, a la que amaba, rompía la relación después de casi diez años porque lo que había visto de él viviendo por su cuenta, su manera de comportarse, de hablar, directamente de ser, no le gustaba y le parecía soez. Hemos visto incluso al señor más mayor del lugar reunir a todos sus compañeros para reconocer que se había inventado que pocas horas antes había tenido sexo con otra conviviente, hollando una nueva cota del bochorno.

Pero, entre todas las grandes microhistorias, está la historia en mayúsculas, la elegía de Christofer. Hasta en la gala de los Goya de su año se replicó su ya mítico: «¡Estefanííííaaa!». Estamos en febrero de 2020, muy poquito antes de la pandemia. De hecho, 'La isla de las tentaciones' casi fue lo más memorable que sucedió previo a la llegada de lo más importante. Y esa pareja de Christofer y Fani, que fueron a poner prueba su amor (como dicen ellos) y acabaron horneando una magdalena de Proust vía chillido para un país que aún no sabía el encierro tipo 'reality' que se le venía encima.

Fani fue seducida por Rubén, dueño de una bar de copas y chachimbas en Alcalá de Henares y exfutbolista en categorías humildes, que en un momento de acaramelamiento se destapó como un delicado juglar: «Tengo palpitaciones en el nabo». Y Christofer viendo día tras día como su relación se moría y él asistía aislado e impotente. De hecho, y esto es singularmente perverso, vimos en la tele a una persona en estado de depresión. Rostro seco, ánimo ausente y energía en depósito. Y en un arrebato tras ver cómo se besaban en un vídeo, salió corriendo hacia la playa y gritó en la oscuridad: «¡Estefanííííaaaa!».

Tal fama alcanzó Christofer, que contó que hubo gente que iba al bar en el que trabajaba a emularle en la cara su berrido. En efecto, esa escena de proyecto de Bruja de Blair en la playa nocturna del desamor se tomó a chufla, también y no sólo. Y en la actualidad, tras años de idas y venidas, se divorciaron finalmente, y Fani acaba de anunciar que está embarazada y hace poco participó en una pelea de boxeo en YouTube contra Dakota de 'Hermano Mayor', que le venció en el primer round. Christofer tiene nueva pareja, está embarcado en «un proyecto muy ilusionante» y le da a las apuestas deportivas o hace de relaciones públicas para discotecas. Y España ha salido del hoyo en el que nos metió el pangolin y la vida sigue, con 'La isla de las tentaciones' aún ahí, haciendo de las suyas a los más temerarios.