Las esculturas inmersivas de Cristina Iglesias convierten la Pedrera de Gaudí en un laberinto sensorial
La escultora vasca prepara su propuesta para la fachada de la Gloria de la Sagrada Familia mientras dialoga con la obra del arquitecto modernista en una muestra monográfica en la Pedrera
Una terna entre Cristina Iglesias, Miquel Barceló y Javier Marín por trabajar en la fachada de la Gloria
Carlos Sala
Barcelona
«Me considero más constructora que escultora o arquitecta, en el sentido que el propósito de mi arte consiste en crear lugares que realmente conmuevan». Así se describe a sí misma la artista vasca Cristina Iglesias, una de los grandes referentes de la escultura ... contemporánea. La Fundación Cataluña La Pedrera acoge ahora un espectacular monográfico de la innovadora creadora en la que sus obras dialogan con el espacio gaudiniano y demuestran cómo es capaz de alterar la percepción del entorno y sumergir al espectador en una realidad diferente.
De esta forma, el célebre edificio del arquitecto modernista aparece ahora alterado con una exposición inmersiva que lleva al visitante a transitar literalmente dentro de las obras de Iglesias, en un laberíntico recorrido que altera nuestra visión del espacio. «Gaudí estaba muy preocupado por las formas del mundo natural, desde sus criaturas a la geología, algo muy parecido a Iglesias. Pero mientras Gaudí lo hacía desde una posición panteísta, Iglesias lo hace con la crisis ecológica en la cabeza y cómo el hombre ha quedado desplazado del centro del discurso», comenta James Lingwood, comisario de la muestra.
Hasta el 25 de enero, la Pedrera reúne una treintena de obras de la artista, de principios del 2000 a la actualidad. Bajo el título 'Pasajes', el recorrido permite admirar tanto esculturas de gran formato como estudios preparatorios en cobre, en un viaje que no quiere ser una sucesión de piezas, sino una experiencia unitaria. «Existen pasajes en edificios, en ciudades, dentro de cuerpos, entre fondos marinos, así como de maravillosos pasajes en música y literatura. Todas estas formas han inspirado a Iglesias en una obras que invocan lo mejor del arte y la naturaleza», añade Lingwood.
Una exposición que comienza en el patio
La exposición empieza nada más entrar en el edificio, en el patio interior, donde Iglesias sitúa uno de sus pozos de roca metálica, donde el agua circula con misterio en su interior en una hipnótica resonancia. «En mi caso, el agua es un símbolo de vida oculta, la idea de un universo sumergido que no podemos ver, pero sí imaginar. Juego con la idea del agua como sustancia generativa de vida», afirma Iglesias.
La palabra y, en concreto, la literatura especulativa, la ciencia ficción y las distopías son una clara inspiración en el imaginario de Iglesias. Tanto es así que libros como 'El mundo sumergido', del inglés J. G. Ballard le han ayudado a encontrar el lenguaje que necesitaba para su trabajo. «Me encanta la literatura especulativa, aquella que te invita a entrar a otro mundo a partir de éste. Las palabras parecen puertas a otras realidades y eso es lo que quiero lograr con mis esculturas. Esa es otra de la conexiones con Gaudí. Puede que no supiese nada de ciencia ficción, pero sí de la fantasía que dominaba su imaginación», comenta la escultora.
Iglesias incluso ha creado una pieza específica para la exposición, 'Bosque mineral' en la que el visitante entra en la obra a través de un pasillo de paredes colgantes, recortadas con formas simbólicas, y queda atrapado en sus redes como si fuera una tela de araña de la que es difícil salir. «La escultura puede transformar un lugar y crear nuevas formas de interacción y reflexión para quienes lo transitan. Busco crear obras que dialoguen con su entorno y enriquezcan la experiencia del espectador», asegura
La relación de Cristina Iglesias con Gaudí no se acaba con la Pedrera. La Sagrada Familia le ha pedido que presente una propuesta artística para la fachada de la Gloria junto a otros artistas como Miquel Barceló o Javier Marín. A finales de año debería presentar su proyecto, que luego sería valorado por la junta constructora. «Estoy en proceso de pensamiento. Todavía no sé cómo lo voy a abordar, pero lo que sí sé es que estará dentro de mi imaginario y mi lenguaje, en otro diálogo con Gaudí», confesó la artista.
La muestra de la Pedrera es una manera perfecta de adentrarse literalmente a dicho imaginario a través de obras que combinan arquitectura, ingeniería, literatura y elementos naturales. Pabellones suspendidos, celosías, pasillos, laberintos, muros todo vale para llevar de la mano al visitante a mundos viejos y nuevos al mismo tiempo. «Mi trabajo parte de una exploración de la relación entre espacio, materialidad y percepción. Me interesa cómo las formas y los materiales pueden sugerir narrativas ocultas y generar nuevas formas de habitar y experimentar el entorno», concluye Iglesias.
Paralelamente, la Fundación Cataluña La Pedrera ha organizado una serie de actos para profundizar más en la obra de Cristina Iglesias. El 28 de octubre estrenarán el documental de David Trueba sobre la artista. El 30 de novimbre, el bailarín Toni Mira, la escritora Llucia Ramis y la diseñadora María Güell, junto a pequeñas actuaciones musicales del ESMUC realizarán intervenciones junto a las piezas. Y el 15 de diciembre la propia Iglesias realizará una conferencia hablando se su universo creativo.
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