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ABC Cultural

Escrito con sangre

El día de la bestia

Fernando Alberto Rivero entró en julio de 1998 en la selecta galería de los peores asesinos de Madrid, no por el número de crímenes que cometió, sino por la crueldad con la que se empleó

El otro crimen de Belate

Fernando Alberto Rivero Vélez, enn una imagen de archivo EFE
Pablo Muñoz

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«Hotel Reyes Católicos, buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?» «Buenas tardes, me llamo Fernando Alberto Rivero y quería reservar una habitación para esta noche. Llegaré tarde»... Era 1 de julio y acababa de arrancar un plan criminal que costaría la vida a dos ... personas y gravísimas heridas, también psicológicas, a una tercera. Rivero tenía 29 años. Asturiano de Langreo, residía en la Avenida Complutense de Alcalá de Henares, consumía cocaína y le constaban antecedentes por atracos, lesiones, atentado... Había trabajado como matón de discoteca. Educado, pero frío, su personalidad era psicopática. No era la primera vez que se iba a alojar en el hotel de la calle del Ángel, y sabía que al ser primero de mes las nóminas de los empleados, incluida la paga extra, estarían allí. Ese era su objetivo.

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