La despensa viva del galeón Santiago de Galicia
El estudio de los 78 huesos recuperados en el pecio naufragado en Ribadeo arroja luz sobre la vida y las costumbres a bordo de un buque de guerra en el siglo XVI
La mayor tumba marina de las costas gallegas aún tiene historia que contar
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Iniciar sesiónVacas, corderos, cerdos y aves de corral viajaron a bordo del galeón 'San Giacomo di Galizia' para alimentar a la tripulación de este buque de guerra español del siglo XVI, que naufragó en 1597 en Ribadeo. El estudio realizado por expertos del Centro Superior ... de Investigaciones Científicas (CSIC) de los 78 huesos que los arqueólogos han recuperado del pecio muestra que el ganado desempeñaba un papel fundamental en la alimentación de los marineros y soldados embarcados, como fuente de proteínas. Y especialmente, el vacuno, del que se han recuperado más desechos.
Descubiertos en 2011, los restos del Santiago ofrecen una ventana excepcional para conocer múltiples aspectos de la navegación en el siglo XVI. A medida que han ido avanzando las excavaciones, dirigidas actualmente por el arqueólogo de la Xunta de Galicia Miguel San Claudio, el pecio ha ido revelando los secretos de su arquitectura naval y su breve historia de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles hacia 1590 hasta su naufragio.
Pero también se van conociendo más detalles de su día a día a bordo, como muestra la investigación liderada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García del Instituto de Historia (IH-CSIC), y Sagrario Martínez Ramírez del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), cuyos resultados han sido publicados en la revista Heritage.
Este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido «una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática», según señala el CSIC en una nota, a pesar de que su estudio proporciona «nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados», apunta Crespo.
Esta especialista en Historia y Arqueología Subacuática, que lideró el proyecto europeo ForSEAdiscovery entre 2012 y 2022, subraya que estos estudios «ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo».
El estudio de los huesos hallados en el Santiago ha permitido deducir, por ejemplo, que probablemente los animales se transportaban vivos. Se han identificado partes de ganado con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, y un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico que apunta también a la presencia de aves de corral vivas en las bodegas del galeón.
Por los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, los científicos piensan que habitualmente la carne era cocida o guisada. Y los datos de envejecimiento de los animales denotan «el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación«, señalan desde el CSIC.
También se ha hallado una vértebra de merluza, que estaría relacionada con la provisión de pescado seco.
Cerámicas para almacenar agua y víveres
La cerámica, uno de los hallazgos más comunes, seguida de la madera y la piedra, era principalmente de manufactura portuguesa y servían para el almacenamiento de agua y la conservación de alimentos durante las extensas travesías marítimas. Según explica Crespo en el comunicado del CSIC, «el estudio de las cerámicas y algunas piezas metálicas apuntan a diferentes técnicas de producción y a una importante cadena de conocimientos y mano de obra en su elaboración».
Las muestras se analizaron desde el punto de vista químico y mineralógico utilizando diferentes técnicas instrumentales en el IEM-CSIC, lo que ha permitido determinar dos tipos de cerámicas cocidas a diferentes temperaturas (< 800ºC y >900ºC). Las primeras se relacionan con jarras para almacenar aceite, mientras que las segundas corresponden a piezas de vajilla, lo que confirmar la presencia de cerámica vinculada a la vida cotidiana a bordo de un barco militar.
Los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. Con los datos obtenidos, combinados con el registro arqueológico y la documentación histórica, indican que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.
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