Descubren uno de los escasos bocetos que Miguel Ángel hizo para la Capilla Sixtina
Se cree que data de 1512, poco antes de que el maestro del renacimiento pintara la parte final de una de las obras de arte más famosas del mundo
'Adoración de la Serpiente', de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina
Muy pocos de los bocetos que Miguel Ángel llevó a cabo para la Capilla Sixtina del Vaticano han llegado a nuestros días. Uno de ellos acaba de salir a la luz después de que su propietario, un coleccionista europeo anónimo, le enviara ... una fotografía a Paul Joannides, catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Cambridge y una de las principales autoridades mundiales en el artista del Renacimiento, que ha respaldado su autoría y la publicará próximamente en la revista académica Burlington.
El boceto, de 15,7 por 19,3 cm., representa a un hombre desnudo, visto de espaldas y se ha relacionado con una de las figuras que luchan en la 'Adoración de la Serpiente' del célebre fresco. Se cree que data de 1512, poco antes de que Miguel Ángel pintara la parte final de una de las obras de arte más famosas del mundo, que había comenzado en 1508.
Joannides relata en 'The Observer' que, a pesar de que el dibujo nunca se había reproducido, recordaba haberlo visto en una fotografía en la Biblioteca Witt del Instituto de Arte Courtauld. «Lo había archivado mentalmente como 'de interés'. Por lo tanto, fue intrigante poder estudiar el dibujo de primera mano y satisfactorio llegar a la conclusión de que, efectivamente, era de Miguel Ángel«.
La figura masculina del dibujo recién descubierto se muestra desde otro ángulo en la versión final pintada. «Mirando el dibujo, se podría suponer que la figura está pensada para ser vista horizontalmente. Pero no es así. Está pensada para ser vista con el dibujo girado 90 grados en el sentido de las agujas del reloj«, ha señalado Joannides.
El boceto, que había sido adquirido de forma privada en 2014 con una atribución provisional a Rosso Fiorentino, un seguidor de Miguel Ángel del siglo XVI, muestra que el artista fue evolucionando hacia un estilo cada vez más escultórico en las últimas fases del fresco. «Sus figuras se hicieron más grandes, más enérgicas», indica este especialista en la revista, cuyo contenido adelanta el citado medio. «La preocupación de Miguel Ángel era la expresión dinámica, no la fidelidad anatómica«, remarca.
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