Descubierto un gran campamento romano en León atravesado por una autovía reciente

Lo contó con detalle el historiador romano Lucio Anneo Floro y en versión más resumida Casio Dión y Orosio en sus relatos de la conquista de Hispania. Gracias a la advertencia de los brigaecinos, una tribu astur, Roma frustró un ataque simultáneo de pueblos indígenas a los tres campamentos que tenía cerca del río Esla. La acometida se saldó numerosas bajas en ambos bandos y tras su fracaso, los derrotados se refugiaron en el poblado indígena de Lancia,«la mayor aldea de los astures», mientras las legiones romanas unían sus fuerzas para conquistarla, tal vez en ese recinto militar de más de 28 hectáreas identificado en el término de Villacete (Valdefresno) por los investigadores Andrés Menéndez Blanco, Víctor Vicente García y Joao Fonte, de las universidades de Oviedo, Santiago de Compostela y Exeter.

«Consideramos razonable proponer Villacete como resultado de un reagrupamiento de tropas previo o posterior a la toma del poblado«, señalan en su estudio 'De las fuentes escritas a las técnicas de teledetección: Aportaciones sobre la presencia del ejército romano en la cuenca del Esla (León y Zamora)', publicado en la revista 'Studia Historica' de la Universidad de Salamanca.

Las fotografías aéreas muestran un campamento de planta ligeramente trapezoidal y de notables dimensiones, que según sus cálculos podría haber albergado dos o tres legiones frente al poblado indígena. «Se trata deuno de los mayores campamentos militares romanos reconocidos hasta el momento en el noroeste peninsular«, afirman los investigadores, que han encontrado »escasos paralelos« en la zona. El de El Castillejo (Palencia), de 41 hectáreas, se relaciona con el asedio del poblado de Monte Bernorio y El Palo/La Matilla, en el conjunto de Herramélluri (La Rioja), de unas 30 hectáreas, se ha asociado a la logística de las guerras astur-cántabras.

Dada la escasa distancia a Villasabariego, desde el recinto militar tendrían línea visual directa a la antigua Lancia, allí identificada por algunos autores. Además, su ubicación, en una vega llana elevada cinco metros sobre el cauce del Porma, era especialmente favorable pues el río formaba una barrera natural, una primera línea de defensa ante eventuales ataques desde la ciudad indígena. Menéndez, Vicente y Fonte recuerdan que existen varios ejemplos de este tipo de posiciones que buscan la protección del río en asedios, como en Alesia, Numancia, El Cerro Castarreño o Palenzuela.

No cuenta, sin embargo, con elementos propios de un asedio, como una 'circumvallatio' (cerco orientado hacia el interior), o una 'contravallatio' (un cinturón defensivo orientado hacia el exterior), pero los especialistas señalan que no es un caso extraño y lo justifican «dentro de un contexto de conflicto con este asentamiento indígena» de Lancia.

Por desgracia, los investigadores alertan de que el estado de conservación del campamento romano «es crítico». A la intensa actividad agrícola desarrollada en este paraje se suma que en la actualidad está ocupado parcialmente por una urbanización residencial y una autovía de reciente construcción, la A-60, lo atraviesa. «Uno de los mayores recintos militares del noroeste ibérico ha sido seccionado por una gran obra pública inaugurada en 2018, la autovía León-Valladolid, sin haber sido reconocido» y «con ello se ha perdido la oportunidad de emprender las medidas más adecuadas para la documentación y conservación de una considerable superficie del yacimiento», se lamentan.

Las imágenes aéreas y satelitales y los datos obtenidos con LiDAR en la cuenca del Esla (provincias de León y Zamora) no han localizado los tres asentamientos romanos mencionados por las fuentes clásicas en la conquista de Lancia, pero han permitido identificar otros tres campamentos temporales en Navafría (Valdefresno) y Ambasaguas (Santa Colomba de Curueño) que «no parecen estar vinculados con el gran recinto de Villacete» y dos más en Zamora (Castropepe y Molacillos) cercanos a la vía XXVI del Itinerario de Antonino, que se unen al ya conocido de Villalazán.

En un área en la que «las evidencias materiales de algunos de los episodios más relevantes para los autores grecolatinos siguen siendo escurridizas», según los expertos, la identificación de estos seis enclaves militares del periodo tardorrepublicano-altoimperial ayuda a dibujar «un mapa más complejo y diverso de escenarios producidos durante el proceso de conquista romano, sin muestras de conflictos armados en poblados del entorno asturleonés hasta ahora».

De confirmarse, el campamento de Villacete sería la primera evidencia directa del asedio de Lancia, pero Menéndez, Vicente y Fonte resaltan que de momento se trata de una hipótesis de trabajo. «Aunque el gran tamaño del campamento y su proximidad geográfica con el yacimiento de Lancia son muy sugerentes, el estado actual de la investigación no es concluyente para establecer una relación causal entre ambos».