'Las verbenas desiertas', en Condeduque: ¿Qué hacemos con estos fantasmas?

Sus comisarios, Manuela Pedrón y Jaime González, han desarrollado en los últimos años diversas propuestas que fusionan las lógicas de la ciencia ficción, las teorías de la conspiración y las leyendas urbanas. En esta cita, su aportación teórica queda resumida en un breve texto que esboza ideas muy diversas (desde la 'hauntología' de M. Fisher hasta las creencias animistas), lo que dificulta encontrar una argumentación sólida que poder contrastar o debatir. El interés del proyecto recae en una desigual selección de obras, todas vinculadas por una noción amplia de lo fantasmagórico, al margen de clichés de figuras translúcidas y sábanas flotantes.

Al descender hacia la sala encontramos un antimonumento de Fernando Sánchez Castillo que mezcla la iconografía picassiana, el código Morse, la poesía de Miguel Hernández y los nombres de algunos ejecutados durante la posguerra. Este firme anclaje político, que parece erigirse como pórtico conceptual de la exposición, se desvanece al ingresar en la siguiente galería, donde vemos las uñas lacadas colgantes de Ana Laura Aláez. Entre ambas propuestas se sitúa Elsa Paricio, quien recupera las técnicas de azar controlado de la tradición surrealista para abrir portales hacia un 'otro lado' indefinido.

La cita lleva el subtítulo de 'Apariciones y desapariciones en el arte contemporáneo' y acoge obras que ilustran ambos extremos: en el primero está el planetario mecánico de Paco Chavinet, cuyos astros han sido sustituidos por corporalidades delirantes y abyectas. En sentido opuesto emerge la fluctuación lumínica de la instalación de Clara Montoya, cuyas herméticas capas de lectura llevan hasta los movimientos de lucha por los derechos de la Tierra.

A medio camino entre ambos, la instalación sonora de Carlos Monleón: altavoces de formas desconcertantes que proyectan voces irreconocibles. La propuesta de Clara Moreno Cela sobre la ciudad 'fantasma' de Seseña funciona mejor sobre el papel que en su precaria formalización en sala. Algo semejante ocurre con el 'pesebrismo desquiciado' de Pere Llobera, quien sacrifica la complejidad simbólica de sus lienzos para llevar a cabo una metáfora bastante pedestre sobre la figura del pintor como 'outsider'.

El 'corazón delator' de la colectiva lo componen los dibujos técnicos del proyecto 'Sueño arquitectónico para la exaltación nacional', concebido por Luis Moya (1904-1990) durante la Guerra Civil, donde imaginó un faraónico complejo funerario destinado a celebrar la futura victoria franquista y rendir homenaje a los caídos. Sin embargo, la imagen más perturbadora es un pequeño dibujo suyo de la misma época, con un estilo cercano al cómic, donde unos esqueletos emergen de entre las piedras, convirtiendo la arquitectura en ruinas.

'Las verbenas desiertas'

Colectiva. C. C. Condeduque. Madrid. C/ Conde Duque, 13. Comisarios: M. Pedrón Nicolau y J. González Cela. Hasta el 21 de julio. Dos estrellas.

Ante semejante exaltación fúnebre, los comisarios se preguntan: «¿Qué hacemos con estos fantasmas?». Una respuesta plausible sería trascender la premisa expositiva de ampliar indiscriminadamente su imaginario y comenzar a organizarlos según su capacidad de espanto, su relevancia social y su vigencia ideológica.