'El último Picasso', de Roland Dumas y Therry Savatier: el genio visto por su confidente

Dumas y Picasso jamás tuvieron edad, eran insaciables cada uno a su manera. Y estaban en pie de igualdad. Dumas era Teseo ante el Minotauro. En este hombre con fama de seductor, amante de España, confió Picasso el cumplimiento de su enrevesado deseo. Y ahí reside la clave, este mandato era el desafío ideal para Dumas.

ENSAYO

'El último Picasso'

• Autores Roland Dumas y Therry Savatier
• Editorial Berenice
• Año 2024
• Páginas 208
• Precio 19,95 euros

En 'El último Picasso. Un volcán que nunca se apaga' asistimos a un ejercicio de memoria, humor, conversaciones privadas, interioridades y complicidades de dos amigos con mucho que contar y bastante que silenciar. Ningún santoral abriría sus puertas a estos dos 'bon vivants' muy distintos y nada distantes. El malagueño de París, el autoexiliado que revolucionó la pintura del siglo XX, encontró en Roland —su Alejandro— un alter ego en complicidades erótico festivas y artísticas. Ambos se reconocieron como solo dos grandes talentos pueden hacerlo.

Y cuando todas las dificultades parecían superadas y podíamos pasar por una república coronada y una democracia asentada, llegó el golpe de Tejero y todas las reticencias se volvieron a activar. Interesantísima y esencial la buena relación que mantuvo con el rey Juan Carlos. Asegura que el monarca, aun contento con la elección de Adolfo Suárez, estaba convencido de la pronta llegada de los socialistas de Felipe González al gobierno.

Reveladora también fue la conversación mantenida tras el 'tejerazo'. «Le quisiera tranquilizar ya que, como jefe del Estado, tengo acceso a informaciones de la policía y los servicios de información. Si hubiera un intento de golpe de Estado me pondría mi uniforme, soy jefe de los tres ejércitos, y les haría desfilar ante mí». Esto se tradujo en que el 11 de enero del 82 declaró cumplida la misión encomendada por Picasso en 1969. Esta se trata solo de una de las muchas intrahistorias de este libro, el primero de Dumas en español.

Quedan sus muy jugosas memorias pendientes de publicación. Y nunca va de bueno este abogado, ex ministro de Asuntos Exteriores de Mitterrand, socialista que supo hacer millones y comisionista sin vergüenza ni disimulo. Igual se ponía al servicio de Mitterrand para limpiar su oscuro pasado colaboracionista que a enderezar los desastres de Jean Genet, Margarite Duras y Lacan, o montarle unos cuantos líos a Giacometti.

No solo consiguió traer el Guernica a Madrid, desbloqueó las negociaciones para la entrada de España en Europa y ayudó en la lucha contra los etarras a quienes no consideraba 'refugiados políticos'. Un dato más: fue el primer cancelado y renació como el auténtico troll de la V República francesa y de la Europa viejuna sin perder un ojo de alcoba que le permitió hacerse un master en inteligencia femenina. Lo aprendió todo de ellas y… rara vez las invitó a cenar, decían sus enemigos cuando departía con bellas de toda condición ideológica.

Después de leído a uno le entran ganas de brindar con champagne rose con estos personajes.