crítica de:
'La trilogía de París', de Colombe Schneck: la felicidad no era eso
Narrativa
La obra de la extraordinaria narradora de su propia historia que es Colombe Schneck girará en torno a la ausencia: esa ausencia, en sus más diversas formas, que le había dado forma a su vida
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Iniciar sesiónPocos temas tan esquivados, tan 'antipáticos' y denostados, tan vulgarizados a través de clichés, como el tema o tratamiento literario de la burguesía, vista al microscopio, en nuestros días. «Tendemos a pensar que el burgués es el otro, está mal visto serlo», le dirán ... en una ocasión a Colombe, la protagonista de la magnífica 'La trilogía de París', de la novelista, periodista y documentalista Colombe Schneck (París, 1966).
Si a través de Balzac y los grandes escritores del XIX francés ese pilar temático fue elevado a la categoría de arte, en nuestra época de lo políticamente deseable e intocable, simplemente no se le nombra.
NOVELA
'La trilogía de París'
- Autora Colome Schneck
- Editorial Lumen
- Año 2024
- Páginas 272
- Precio 19,90 euros
Pero la estupenda, y poco pudibunda o melindrosa autora que es Schneck lo nombra y mucho. Su trilogía autobiográfica, compuesta por tres deslumbrantes novelas breves ('Diecisiete años', 'Dos pequeñas burguesas' y 'La ternura del crol') aparecidas en un solo volumen, es una auténtica joya literaria anómala, irreverente, llena de ironía, ácida y a la vez conmovedora, de una concisión seca y fulminante, con momentos fugaces y estremecedores llenos de conmoción y autenticidad, que hacen de este espléndido retrato generacional post-68, de esa educación sentimental de una niña rica y feliz, nacida entre algodones liberales y modernos, después de Flaubert, una joya y crónica imprescindible, a cada paso sorprendente.
En su trilogía asistimos al crecimiento de Colombe, perteneciente a una familia de la burguesía parisina de izquierdas, cosmopolita y chic, despreocupada, de profesionales de éxito, que aborta a los diecisiete; que siente la decepción y el peso de una fracasada liberación personal y profesional a los cuarenta; que pierde prematura y «escandalosamente» a su mejor amiga e interlocutora tras el divorcio de ambas; y que, tras muchos encuentros y fracasos, tras muchas búsquedas agotadoras, recupera un amor inesperado, apasionado, treinta y cinco años después de haberlo conocido («el amor es una tierra de salvajes») para perderlo nuevamente, en una noria de miedo y desconsuelo que nunca deja de girar.
El descuido, más que el aborto largamente silenciado, le hará sentirse culpable
Porque no todo fue tan fácil como la pequeña y tozuda, la voluntariosa y a ratos irascible Colombe, que siempre se salía con la suya, pensaba. El primero en traicionarla, el primero en dejarla en la estacada, con el que tardará mucho en reconciliarse, es su propio cuerpo: se queda embarazada muy pronto, recién descubierto el sexo. El descuido, más que el aborto largamente silenciado, le hará sentirse culpable para el resto de su vida. Décadas después, la lectura de 'El acontecimiento', 'la amonestación' de Annie Ernaux, le hará hablar de ello. Y aunque no esté de acuerdo con la frase de Simone Veil, la ministra que trae la ley del aborto a Francia («el aborto es un drama y lo seguirá siendo siempre») cuando Colombe ya tenga dos hijos, seguirá teniendo conversaciones secretas con 'el ausente': el que no ha crecido con sus otros dos hermanos. Lo echará extrañamente de menos, le hará cumplir años.
Pero ese no será su único secreto. La observadora, la microdetallista Colombe, que conocerá al dedillo «los gustos en materia de decoración» que distinguen a las familias conservadoras de las liberales y que se da cuenta muy pronto, sutilmente, que en casa de su inseparable amiga Héloïse («dos pequeñas burguesas posteriores a 1968, con diferencias importantes») la mantequilla, por las mañanas, no se extiende de la misma manera sobre las tostadas, también es consciente de que sus apellidos son irrastreables.
Origen incierto
Lo que no pasa con la alta burguesía de raíces aristocráticas que veranea en castillos. Su origen en cambio «es incierto»: llegados de Transilvania y Besarabia, sus abuelos eran inmigrantes judíos provenientes de la Europa del Este. Sus vástagos triunfaron, pasaron a vivir a los mejores barrios y se empeñaron en que sus hijos recibieran una educación pública de calidad. Durante años Colombe arrastrará dos secretos que tarda mucho en compartir: «A mi abuelo paterno lo cortaron en trozos y lo metieron en una maleta. Y yo aborté». Con el tiempo, gran parte de la obra de la extraordinaria narradora de su propia historia que es Colombe Schneck girará en torno a la ausencia: esa ausencia, en sus más diversas formas, que le había dado forma a su vida.
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