CRÍTICA DE:
'Tim', de Ray Loriga: ¿identidad o resaca?
Narrativa
Los rescoldos de la Movida amenazan con quemar la figura literaria del autor madrileño, conminado a ser siempre el viejo roquero
Otras críticas del autor
Los rescoldos de la movida madrileña amenazan quemar la figura literaria de Ray Loriga, quien está siendo conminado una y otra vez a ser el viejo roquero de una etapa concluida pero que todos quieren que continúe. Es como una fiesta en la ... que la mayor parte se ha marchado, pero quedan algunos insistiendo en que la música siga.
Pedir que no se termine equivale a pedir que Ray Loriga siga siendo el joven rebelde de las madrugadas previas a la resaca. Pero este autor hace tiempo que no tiene nada que ver con ese artilugio mercantil sin inspiración que se llamó el 'kronen'.
NOVELA
'Tim'

- Autor Ray Loriga
- Editorial Alfaguara
- Año 2025
- Páginas 133
- Precio 18 euros
Esta novela es un ejemplo que, sin embargo, me temo no va contribuir a deshacer esa imagen, por la escenografía en la que el mismo autor se encuentra atrapado. El comienzo es una versión de 'La metamorfosis' de Kafka y la cuestión central de la novela es el laberinto de la identidad, ejecutado desde la perdida de consciencia que posee todos los atributos de la experiencia onírica. Tim no es nadie y son todos. Es la contrafigura literaria en que anidan muchos otros. El lector se pasa la novela diciendo ¿pero esto qué es? Molesta incluso que su juego tenga que ver con las caprichosas escenas que se van sucediendo y que remiten a quien en el duermevela que significa despertar de una pesadilla, no sabe dónde se encuentra.
Pero sobre todo no sabe quién es. Desde mi punto de vista es eficaz la escenografía elegida, que no decide si es un hotel de cinco estrellas o una pensión de mala muerte, de si se trata de los pensamientos caóticos de la resaca, tras una noche de farra, responde a una pesadilla sobre la personalidad del narrador y su perfil carente de identidad y de amor. Su eficacia depende por completo de estar muy bien escrita, aunque no contribuya mucho a rescatar a Ray Loriga de sí mismo, mejor de su contrafigura literaria, que lo quiere viejo roquero, más que un buen escritor capaz de haber dado una buena novela sobre la pérdida de la identidad y la memoria.
Es novela valiente, que sobre todo muestra sorprendente capacidad para crear imágenes fulgurantes
El libro se estructura en tres partes, correspondientes a cada letra de las tres que componen el seudónimo de TIM, que igual sirve para el mártir paulino Timoteo, que para alguien que se ha perdido en las playas de Limón en Costa Rica, o quien saltó una vez en un acantilado, queriendo hacerse el machote frente a la chica, y estuvo a punto de ahogarse. Están superpuestas las imágenes de sueños eróticos, está la consabida del espejo. Esta en el fondo, en la dialéctica con Elisa (nombre literario de la amada imposible, como lo fue en Garcilaso, Bécquer, Beethoven).
El final de la historia recurre, como si se tratase de otra vuelta de tuerca, un poco tardía y a trasmano, al tema actual de la máquina que ha sustituido la memoria, y que no logra por brevedad llegar a donde sí alcanzó a llevarlo la novela de Leonardo Cano 'Ese es el núcleo'. Es novela valiente, que sobre todo muestra sorprendente capacidad para crear imágenes fulgurantes, juegos de superposiciones que saben ir de lo trivial a lo excelso.
Si no fuera por el estilo, esta novela podría valer como disparate vanguardista. Aunque posiblemente ese asunto de la identidad no pueda resolverse sino como pesadilla, bien la de la resaca, bien la de los temores adolescentes o bien por último la del que nada tiene que ganar, al haber perdido la juventud. Pudo ser estupenda además de rara.
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