LIBROS
Stephen Dixon, claves de un autor con pocos lectores
NARRATIVA
Es un genio casi desconocido, maestro del realismo experimental, y de eso que se conoce como 'escritor de escritores'
Stephen Dixon
En su díptico compuesto por ‘I.’ y ‘End of I.’ (2001-2006), Stephen Dixon (New York, 1936-2019) no sólo volvía a presentarse como maestro ya veterano de esa supuesta novedad de la «auto-ficción» sino que, además, volvía a poner sobre la mesa ... y página, a veces subliminalmente y otras sin disimulo alguno, lo que acaso fue Su Tema: ser un genio casi desconocido, maestro del realismo experimental, y eso que se conoce como «escritor de escritores». Es decir: escritor con pocos lectores.
Y, sí, en ‘I.’ el protagonista (más que transparente otro-yo de Dixon) se encontraba varias veces a lo largo de los años con el consagrado y esquivo novelista Joshua Fels (turbio ‘álter ego’ de William Gaddis). Y, sí, de una manera muy elegante y lateral se formulaba allí la pregunta de por qué Dixon no compartía espacio y podio no sólo con Gaddis sino, también, con Donald Barthelme, Pynchon ... La respuesta era porque este no es un mundo justo.
NOVELA
'Gould: una novela en dos novelas'
- Autor Stephen Dixon
- Editorial Eterna cadencia
- Año 2022
- Páginas 296
- Precio 19,90 euros
Queda el consuelo de que Dixon publicó mucho, que siempre hizo lo que quiso, Y, bueno, también ganó alguna buena beca sabrosa y más de un premio prestigioso y hasta estuvo nominado dos veces al National Book Award por dos indiscutibles obras maestras: ‘Frog’ e ‘Interestatal’. ‘Gould ‘(1997) es otra de ellas. Novela en dos novelas ( Abortos’ y ‘Evangeline’) que vuelve a traernos a otro típico pero original ‘Homo Dixon’ y a reafirmarse en su estética: sus novelas no son exactamente novelas, sus cuentos no son precisamente cuentos, y Dixonlandia es ese sitio en el que James Joyce & Samuel Beckett & Thomas Bernhard y Jerry Seinfeld & Larry David & Louis C. K. se dan la mano con cadencia monologante e hipnótica de ‘stand-up comedy’ no busca el remate breve y gracioso sino la gracia del largo durante.
Sábanas sudadas
Y aquí viene, a finales de los años cuarenta, Gould Bookbinder. Manipulador manipulable y triunfador en el arte de venirse abajo y proyecto en construcción de escritor que ya se está escribiendo cortesía de libre flujo de consciencia para narrar episodios de su vida sentimental-sexual con modales del Philip Roth de las meta-piruetas en ‘La contravida’. Así, contrapunto entre relaciones temporales e interrumpidas de un modo u otro con la más profunda aproximación a la tan magnífica como intimidante madre y divorciada Evangeline: acaso mujer de la vida de Gould o de las posibles vidas que Gould escritas y reescritas entre sábanas sudadas y páginas en blanco.
Y letra de Dixon quien, alguna vez, dijo que lo suyo pasaba por hacer algo de una manera que no se haya hecho antes y que esté tan bien hecho que no haya que volver a hacerlo. Afortunadamente, tan contradictorio en las idas y vueltas de sus personajes, Dixon hizo muchas veces (—y en Gould volvió a hacerlo— eso que Dixon hacía mejor que nadie.