ARCO 2023
Roberto González Fernández: «Quiero que la gente se acostumbre a ver obras de arte de verdad, no en una pantallita»
ARTE
Con exposiciones cortas y periódicas, distintos creadores muestran sus obras en Studio RGF, espacio fundado por el artista
Roberto González Fernández posa como los personajes de su serie 'Doblemente vigilados'
Roberto González Fernández se considera hiperactivo. Es un artista que siempre ha sentido la necesidad de tener que estar trabajando en algo. Incluso en los lugares en los que suele vacacionar, Coruña y Edimburgo, tiene estudios, para no perder el hábito. El de Madrid, ... Studio RGF, está ubicado en la calle Arriaza, a unos pasos de su vivienda, que es donde desarrolla su arte.
Studio RGF, inaugurado en 2022, es un espacio ideado para que distintos artistas puedan exponer en él su trabajo. Es un esfuerzo económico y temporal el que hace González al mostrar la obra de otros, porque no es un proyecto que persigue fines lucrativos. «Esto no es una galería, es un lugar de encuentro, de intercambio; como una pequeña feria en la que distintos artistas se apropian de una esquina».
González está representado en galerías (Leandro Navarro en Madrid y la recientemente inaugurada Dupla en Santiago), pero en Studio RGF tiene la oportunidad de mostrar la obra que le apetezca. «Esta —dice González señalando en la pared una serie titulada 'Fantasmas en la niebla'— la expuse apenas una vez hace diez años. Aquí puedo ponerla sin rendir cuentas a nadie». Para organizar las exposiciones mensuales, González escoge alguna de las tantas creaciones que ha realizado durante las últimas seis décadas y contacta a cinco artistas más para que exhiban obras relacionadas con ella, de modo que el grupo expuesto maneje el mismo lenguaje y concordancia entre sí.
Repensar las exposiciones
Las galerías, según González, son espacios que deberían evolucionar. «Esos formatos de exposiciones de meses tienen que mutar; nadie las visita. Una galería suele tener alrededor de veinte artistas; no pueden poner sino a unos pocos de ellos al año, y luego cada uno debe esperar cinco primaveras para volver a ser expuesto». Esa es la razón por la que en Studio RGF se organizan además exposiciones mucho más cortas, algunas de apenas un fin de semana. «De esa manera los artistas pueden exponer su labor y demostrar que están trabajando, que no han desaparecido durante esos años».
Que el arte sea visto en persona para poder apreciarlo es un imperativo en el que González hace hincapié. «La gente ya no visita exposiciones, está acostumbrada a ver las cosas del tamaño de la pantalla del móvil —afirma el artista—. Aquí tienen la oportunidad de ver las piezas en serio. El otro día expuso un chico que hacía collage en alto relieve, por ejemplo. Esa volumetría no se puede apreciar de la misma forma en una pantallita. Quiero que la gente se acostumbre a ver piezas de verdad».
Como lamentan no pocos autores contemporáneos, González considera que el mercado del arte no atraviesa su mejor momento. «Ya no es como antes, cuando había muchas instituciones y coleccionistas que compraban; se ha perdido la idea del coleccionismo. Ahora son pocos los que piensan invertir en arte, y, si se animan, lo hacen con presupuestos básicos: cien, trescientos euros».
«Con la exposiciones cortas que proponemos los artistas pueden mostrar su trabajo y demostrar que no han desaparecido del mercado»
González no tiene reparo en decir que vive de las rentas, porque, aunque vende piezas, lo hace de manera paulatina. «Pero el arte no siempre fue un mundo precarizado. En los años 80, en ARCO, los galeristas salían con carretillas llenas de dinero, era una locura». La falta de interés y educación son parte de la causa de la caída del mercado, asegura. «¿Quién sabe quién es Piero della Francesca o Giacometti? —pregunta irónicamente—. Si la gente no conoce quién es Cervantes, imagínate estos creadores; se ha perdido la sensibilidad».
Pero la creación artística no tiene por qué estar estrictamente ligada a la economía. «Claro que hay que comer, pero el espíritu es el espíritu. Un amigo me dijo que, como no vendía, no pintaba. Le dije: «Trae tus cuadros, los ponemos aquí un fin de semana, los subimos a las redes, vienen tus amigos y ven que estás vivo y que sigues trabajando». Esto que hemos montado aquí es una ilusión, es echar una mano».
Son amigos y conocidos de estos los que exponen en Studio RGF, gentes de las que González pueda tener buenas referencias. A veces son personas cuyo arte él encuentra en internet y los contacta para colaborar. Y si algo no falta allí son los expositores; tienen programación agendada para los próximos cuatro meses. Para fin de 2022, habían organizado alrededor de ochenta muestras desde marzo que arrancaron.
Trabajo en conjunto
González admite que Studio RGF consume gran parte de su tiempo. Del suyo y el de Javier Mazorra, su pareja, que es quien se encarga de hablar con los artistas, visitar sus estudios y gestionar todo aquello relacionado con las exposiciones y su respectiva publicidad. «Ahora estoy trabajando en una serie sobre el búmeran, con la idea de que va y viene, que todos los actos tienen consecuencias. Pero llevo tres semanas con el mismo cuadro, y eso no es normal. Debo sacar diez minutos de aquí, media hora de allá. Pero hacer esto —dice refiriéndose a Studio RGF— me divierte».
Un catálogo que compila la obra completa de González está próximo a ser publicado y es una hazaña que le debe en gran parte a Mazorra. «Desde que nos conocimos, él comenzó a catalogar toda mi obra. Sin su trabajo, no hubiese podido hacer ese libro, no habría manera de consultar lo que hice en 1972».
Ver comentarios