Un proyecto de todos, para todos

El próximo mes de julio se cumplirán dos años desde que asumí la presidencia de Patrimonio Nacional. He dedicado desde entonces toda mi energía, capacidad de trabajo y los conocimientos adquiridos tras más de 30 años sirviendo a mi país a impulsar este gran proyecto. Los primeros estudios realizados por el sector, que me presentaron al llegar a la institución, estimaban que la apertura de la Galería supondría una noche más de pernocta en Madrid para los turistas y que el proyecto tendría sin duda un impacto económico relevante para Madrid y para España, por lo que la necesidad de ponerlo en marcha lo antes posible era indiscutible.

Los funcionarios del Estado, tantas veces denostados, sabemos bien que en el ámbito público (y, sin duda, en el sector privado también) la gestión eficiente y la vocación de servicio es lo que marca la diferencia, lo que permite aplicar políticas y contribuir a mejorar tu país, sea cual sea la responsabilidad que en cada momento se asuma: la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, con responsabilidades en el ámbito de la política económica o financiera del Estado, o la presidencia de una institución como Patrimonio Nacional.

Para culminar este proyecto, iniciado hace 25 años, era necesario gestionar: presupuestar, priorizar, conseguir los recursos, tomar decisiones, avanzar, coordinar, no desfallecer ante los problemas que van surgiendo y, sin duda, tener la convicción de que, con un gran equipo técnico como el que tiene Patrimonio Nacional y la ayuda inestimable de la excepcional gerente que tiene la institución -también funcionaria del Estado y con la misma vocación de servicio público-, las cosas de palacio no tienen por qué ir tan despacio.

La Galería de las Colecciones Reales, como verán en estas páginas, será un gran escaparate de Patrimonio Nacional y permitirá que los ciudadanos conozcan esta institución y los palacios, monasterios, obras de arte, archivos y jardines históricos o bosques que gestionamos y cómo cuidamos de este extraordinario patrimonio cultural y natural. El recorrido cronológico con el que se ordenan las colecciones, con las piezas acompañando a los monarcas que las encargaron, ayuda a entender mejor las decisiones de los reyes en este ámbito y la evolución de sus preocupaciones, intereses, gustos y prioridades. Al fin y al cabo, el coleccionismo era un reflejo de la política de Estado de cada reinado. Por ello, comprender el coleccionismo es comprender también la propia historia de nuestro país. Además, contribuye a conocer cómo evolucionan con el tiempo la historia del arte, la artesanía, los usos cotidianos de las colecciones reales o incluso la vida en los monasterios de fundación real.

La Galería nos recuerda, también, que este Patrimonio Nacional es de todos y que podemos disfrutarlo todos porque en nuestro país se reconoció hace muchos años el valor de estas colecciones. Además, resalta la relevancia de dedicar recursos públicos a su cuidado, a su difusión y a que puedan ayudar a cumplir la labor de representación que la Constitución otorga a la Corona.

Podemos estar orgullosos como país de cómo, generación tras generación, equipo tras equipo, se ha cuidado de este patrimonio. Potenciar su conocimiento, difusión y disfrute con la apertura de la Galería de las Colecciones Reales y trabajar para que sea un proyecto de todos y para todos es una gran satisfacción.