CrÍtica de:
'Pintura sin reglas', de Helen Frankenthaler: realidad versus efecto en el Museo Guggenheim
Bilbao
El Guggenheim-Bilbao dedica la primera gran muestra en España de esta máxima representante de la abstracción de formas sutiles
Lea otros textos de esta crítico

Imaginar la complejidad a la que debió enfrentarse Helen Frankenthaler (1928-2011) para situarse dentro del Expresionismo Abstracto y el 'Colorfield' de los años cincuenta se convierte en la lectura silente a la que todo espectador se enfrenta al visitar la muestra que ... el Guggenheim-Bilbao ha preparado en torno a su figura, la mayor retrospectiva hasta la fecha en España.
'Pintura sin reglas' es una invitación a abandonar el juicio, a permitirse todas esas otras lecturas sociales y políticas que existen más allá del simple enfrentamiento con el color, el gesto o la composición. Es, también, una propuesta a mirar desde otro lugar. En un panorama artístico masculinizado en su época, Frankenthaler logró un reconocimiento institucional casi inusual, gracias, en parte, al impulso de Clement Greenberg.
Aun así, ese mismo impulso la ancló –quizás sin querer– a unos criterios estéticos cerrados, que limitaron la amplitud con la que su obra podía ser comprendida. Lo que hoy reconocemos como su gran valor –esa sensibilidad particular por su condición, precisamente, de mujer– fue entonces una limitación injusta.
Ella, sin embargo, supo entrelazar lo íntimo y lo formal en una lucha sutil, que enfrentó no desde la grandilocuencia del formato ni la fuerza bruta, sino desde la ligereza, desde las veladuras y desde la delicadeza de quien entiende que la intensidad no siempre es sinónimo de golpe pictórico. Frankenthaler pertenece a la segunda generación que conocemos del Expresionismo Abstracto, cuando la influencia europea aún era palpable.
Emociones en el resultado
Contemporánea de Mitchell o Motherwell (su pareja durante años), e influida por Pollock, su revolución llegó con una técnica que parecía sencilla, pero que se convirtió en un leguaje y una poética personal: el 'soak-stain', ese empapar y manchar el lienzo con pinturas diluidas que, de forma gradual, se filtraban como emociones sobre el resultado de la obra.
La cita bilbaína contextualiza su producción y la de sus contemporáneos, ya fueran influencias o amistades del ecosistema artístico. Llama la atención cómo sus formatos, en una época en la que el tamaño era casi un requisito para la trascendencia, son más contenidos, más silenciosos, pero igual de absorbentes. Frankenthaler logra lo que muchos buscan: que el espectador se sumerja en la pintura sin necesidad de imponerse desde la escala.



La muestra reúne una treintena de abstracciones fechadas entre 1953 y 2002, y se acompaña de obras de autores como Anthony Caro, Morris Louis, Motherwell, Kenneth Noland, Pollock, Rothko o David Smith. Así, se desvelan las sinergias, y las lecturas cruzadas, junto a lenguajes compartidos que marcaron una época clave en la pintura norteamericana. El montaje –de lectura cronológica y acompañado por vinilos de gran formato que incluyen documentación fotográfica– facilita la comprensión orgánica, que acerca a todo tipo de público. Nos permite intuir los entornos domésticos y personales, desde los que la artista trabajaba.
Organizada por la Fondazione Palazzo Strozzi (Florencia) y la Helen Frankenthaler Foundation (Nueva York), en colaboración con el Guggenheim-Bilbao, y comisariada por Douglas Dreishpoon, esta es también la primera exposición inaugurada bajo la nueva dirección de Miren Arzalluz.

Helen Frankenthaler
'Pintura sin reglas'. Museo Guggenheim. Bilbao. Avenida Abandoibarra, 2. Comisario: Douglas Dreishpoon. Patrocina:Fundación BBVA. Hasta el 28 de setiembre. Cuatro estrellas.
El museo continúa así su camino en la reivindicación de grandes artistas mujeres en diálogo con sus contemporáneos, una línea que se agradece y que se ve reforzada con la presencia simultánea de Tarsila do Amaral.
El Guggenheim sigue siendo ese lugar en el que uno siempre encuentra algo que le toca, que le dice. Esta vez, además, con un gesto didáctico que suaviza el recorrido y permite, sin forzar, que la obra de Frankenthaler llegue a más ojos y, quizás, traspase más piel.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete