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ABC Cultural

en perspectiva

La soledad de los intelectuales

Un intelectual, con su consciencia siempre alerta a no acomodarse ni transigir, a cuestionar el 'statu quo', es incómodo por naturaleza

Piedad Bonnet

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Para celebrar los 80 años del escritor Sergio Ramírez, una revista me pidió que escribiera unas breves palabras diciendo por qué él es un hombre tan valioso. Lo que pensé de inmediato es que Sergio es un intelectual a cabalidad: un hombre con ... una voz pública respetada, valiente, de una gran independencia crítica. Así lo consigné, a conciencia de las reticencias, e incluso burlas, que genera el término «intelectual». Paul Johnson, por ejemplo, se atrevió a escribir en forma tan despectiva como naif, estas palabras citadas por Edward W. Said: «Una docena de personas escogidas al azar en la calle son probablemente capaces de ofrecer puntos de vista tan sensatos sobre temas de moral y política como una muestra representativa de los intelectuales». Discrepo de Johnson, como Said, un defensor de función social del intelectual, apresurándome a decir que para mí un intelectual no es tampoco lo que muchas piensan: un figurón que alecciona desde su púlpito de sabio sin resquicios.

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