CRÍTICA DE:
'Performar la Naturaleza', de Carlos Bunga, en el Museo Helga de Alvear: El arte como refugio y habitat
Cáceres
Llega a Cáceres, ampliada y reforzada, la interesante retrospectiva del creador portugués afincado en Barcelona que ya se pudo disfrutar en Valencia
Entrevista del archivo histórico con el artista
Francisco Carpio
Madrid
La reflexión sobre la necesidad del ser humano de buscar y encontrar refugio, cobijo y amparo en nuestro habitar la vida, como un derecho inalienable y al mismo tiempo tan difícil de conseguir, está imbricada en el corazón –y en la mente– de la obra ... de Carlos Bunga (Oporto, 1976). Una reflexión que le lleva a formalizar esa búsqueda como algo igualmente frágil, efímero, perecedero.
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Javier Díaz-Guardiola
Ya hemos hablado en estas mismas páginas tiempo atrás de la influencia que su historia personal ha ejercido sobre su propio trabajo, y cómo ello le ha conducido a construir espacios de protección fuertemente signados por un irremediable carácter de inestabilidad, desplazamiento y fugacidad. Espacios –arquitecturas nómadas– que lógicamente han estado dotados de unos valores tectónicos y constructivos humanos pero que en paralelo han mostrado y demostrado un gran interés por las estructuras orgánicas y vivas de la Naturaleza, tanto en sus materiales como en su concepto.
Comprendiendo y esgrimiendo todos estos factores, ha desarrollado una sintaxis creativa muy personal y original que, partiendo del lenguaje pictórico, opera una deconstrucción de sus valores bidimensionales y una expansión que combina e hibrida con otras medios de expresión como la escultura, la arquitectura o las instalaciones.
Nuevas miradas
Ahora, el Museo Helga de Alvear inaugura su temporada con la exposición 'Performar la Naturaleza', 'primera' antológica de Carlos Bunga en nuestro país. Coincidiendo con la inauguración de la propuesta, Helga de Alvear ha sido galardonada con la Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa. Un premio merecido a uno de los principales activos de nuestro arte contemporáneo, en su doble faceta de galerista y coleccionista.
Si bien es verdad que un proyecto semejante pudo ya verse en la sede valenciana de Bombas Gens el pasado año, no es menos cierto que en esta ocasión se trata de una muestra que presenta diferencias y particularidades que la hacen distinta. Me refiero sobre todo a la inclusión de una serie de nuevas obras, que pertenecen a la propia colección de Helga de Alvear, otras que no se habían expuesto hasta ahora, y en especial a la presencia de dos instalaciones 'site-specific', 'Desplazar el paisaje' y 'Habitar el color', realizadas ad hoc para este lugar, y que suponen sin duda, fundamentalmente la segunda, piezas muy novedosas y significativas dentro del personal lenguaje expresivo de Bunga.
Un lenguaje que queda bien representado a través de las más de cien obras que componen la exposición, incluyendo distintas mecánicas expresivas como el dibujo, la fotografía, la pintura, el 'collage', el vídeo, la escultura y la performance.
Según señala Sandra Guimarães, actual directora del Museo Helga de Alvear y comisaria del proyecto, «esta exposición pone por primera vez el enfoque en aspectos menos conocidos de su trabajo, en especial los que reflexionan sobre las temporalidades de la Naturaleza, sus refugios y sus cualidades vivas y orgánicas».
Otro tipo de arquitecturas
De esta forma, a partir de esas arquitecturas nómadas que Bunga ha venido creando con materiales perecederos y precarios como el cartón, que actuaban como ejercicios de resistencia política, y que constituyen sin duda uno de los rasgos más referenciales y conocidos de su trabajo, nos ofrece otro tipo de arquitecturas, en este caso naturales, capullos, termiteros, madrigueras, nidos, hogares al fin, erigidas como una contundente prueba de las capacidades del medio natural por adaptarse al mundo y evolucionar.
Como ya he mencionado, quiero destacar especialmente su instalación 'Habitar el color', un 'locus' emocional, mental y espiritual, concebido para que el público interactúe de una manera relacional con la propia pieza, que el artista ha formalizado con un registro cromático de tonos anaranjados muy envolvente y cálido y en el que ha empleado elementos naturales, hojas, ramas, tierra, guijarros, próximos al Museo, en un deseable y necesario diálogo hombre-Naturaleza.
Carlos Bunga
'Performar la Naturaleza'. Museo Helga de Alvear. Cáceres. C/ Pizarro, 10. Comisaria: Sandra Guimaraes. Hasta el 12 de mayo. Cuatro estrellas
Obra significativa es también la otra instalación, 'Desplazar el paisaje', erigida con esos materiales suyos tan característicos a base de cartón, sobre la que llevó a cabo el día de la inauguración una 'performance'. Junto a esto me han interesado asimismo una serie de dibujos de primera época (1998) y la potencia visual y espacial de buena parte de sus pinturas.
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