ILUMINACIONES
'Desayuno con diamantes', el nacimiento de un mito
Este filme, dirigido por Blake Edwards en 1961, muestra el carisma de una Audrey Hepburn que no quería hacer esta película
Otros textos del autor
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHay libros, canciones y películas que no sólo sobreviven al paso del tiempo, sino que además parecen ir mejorando, al igual que los buenos vinos. Es el caso de 'Desayuno con diamantes', la película que consagró a Audrey Hepburn como una gran estrella. Acaba de ... rodar 'Vacaciones en Roma' cuando la Paramount la eligió para su nuevo proyecto, basado en 'Breakfast at Tiffany's', la novela de Truman Capote que había sido un gran éxito de ventas y de crítica.
Es imposible concebir el filme sin la magia de una Audrey Hepburn vestida en su elegante traje negro de Givenchy con un bollo en la mano frente al escaparate de Tiffany's o sin su glamour adolescente cantando con su guitarra 'Moon River' bajo el alfeizar de una ventana, acariciando a su gato empapada por la lluvia o trepando por la escalera de vecinos para huir de un visitante inoportuno.
Audrey era reacia a aceptar el papel, pero el productor contratado por la Paramount viajó a Suiza para persuadirla. Había abortado recientemente y no quería interpretar el papel de Holly Golightly, una chica que se gana la vida como dama de compañía y sin prejuicios sobre el sexo. Mel Ferrer, su marido, la aconsejó que no aceptara la oferta. Pero al final cambió de opinión.
Truman Capote tampoco quería vender sus derechos. Finalmente aceptó a cambio de 750.000 dólares. Nunca quedó satisfecho de la película ni le gustó la elección de Blake Edwards como director. «Es malísimo», dijo. El escritor explicó después: «Tenía muchas ofertas, pero se la vendí a Paramount porque me hicieron promesas. No cumplieron ni una sola. Tan pronto como firmé el contrato me dieron la espalda», aseguró.
Holly es frívola, casquivana y busca un millonario para casarse. Es un espíritu libre
También hubo problemas a la hora de elegir director y guionista. La Paramount quería a Billy Wilder, pero éste no se hallaba disponible. Y se barajaron los nombres de tres o cuatro guionistas hasta llegar a George Axelrod, un escritor veterano con experiencia en radio y televisión.
Todo resultó mucho mejor de lo esperado porque la química entre Edwards, Axelrod y Hepburn transformó un proyecto mediocre en una película genial que ganó dos oscars y deslumbró al público en su estreno en 1961. La banda musical de Henry Mancini tuvo también mucho que ver en el éxito.
La trama se centra en la relación de dos vecinos de un inmueble de Nueva York. Holly es frívola, casquivana y busca un millonario para casarse. Es un espíritu libre sin ataduras. Paul, interpretado por George Peppard, es un joven escritor frustrado que vive en el piso de arriba. Amante de una mujer madura que le mantiene, se enamora de Holly y se convierte en cómplice de sus locuras. Pero ella no quiere ningún lazo sentimental y opta por manipular a sus pretendientes.
La película tuvo problemas con la censura por el tipo de mujer liberada y sin prejuicios que representaba Holly. En la novela de Capote, era una prostituta, pero Axelrod dulcificó el papel para superar los obstáculos. No hay ninguna escena de sexo explícito en la película, pero el espectador entiende que Holly se gana la vida con favores sexuales a los hombres, mientras que Paul se deja seducir por el dinero de una esposa adúltera 20 años mayor.
Mariposas
Capote explicó que la idea del personaje de Holly se le ocurrió para ilustrar el nuevo tipo de mujer que rompía con los estereotipos conservadores de la época: «Ella simbolizaba todas esas muchachas que vienen a Nueva York y revolotean por unos instantes al calor del sol como mariposas antes de desaparecer. Quise rescatar a una joven del anonimato y preservarla para la posteridad». Ciertamente lo consiguió y la película contribuyó a acentuar la leyenda de la novela.
La estética por la que optó Edwards también fue decisiva para crear un impacto sobre el público. Los elegantes vestidos de Givenchy, las desinhibidas fiestas con alcohol en el apartamento de Holly y las calles de Nueva York y la joyería de Tiffany´s son el trasfondo de la acción en la que aparecen y desaparecen una serie de secundarios excéntricos como el fotógrafo japonés Yunioshi, interpretado por un decadente Mickey Rooney, que aporta un toque de humor.
La película está trufada de una amargura vinculada a la vida frustrada de sus protagonistas, siempre en busca de algo que no encuentran porque las circunstancias son hostiles. Pero al final triunfa el amor, aunque el espectador tiene la sensación de que va a durar poco tiempo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete