UNA MIRADA ACADÉMICA
Las palabras, incansables
La misión del diccionario es incluir todas las palabras, correctas o no, cuando su uso se generaliza, remitiendo a la forma acertada
José María Merino
A veces encuentro quien me reprocha, como académico de la RAE, que incluyamos en el Diccionario de la Lengua Española «palabras incorrectas». No es raro que me recuerden almóndiga, como se me reprende por la reciente aceptación de dotor o murciégalo… Ya en otras ... ocasiones me he referido a la continua ebullición de las palabras, a su borboteo. Bien o mal dichas o escritas, las palabras están ahí, incansables, y es misión del Diccionario explicar su significado. A mis críticos les pido que se fijen bien en las acepciones de dichas palabras.
Por ejemplo, murciégalo: 1. m. desus. murciélago. U. c. vulg.; almóndiga: 1. f. desus. albóndiga. U. c. vulg. Es decir, se señala que se trata de un término desusado —almóndiga se decía en el siglo XVII—, de un vulgarismo, y se incluyen los términos correctos, para que se vaya a ellos. Seguro que a una persona que no conozca bien el español, esa referencia a la palabra adecuada, si ha entrado buscando la errónea, lo ayudará…
La cambiante y bulliciosa vida de las palabras se mueve a nuestro alrededor como la de los innumerables seres del planeta
Y es que ya su origen. Por ejemplo, últimamente han entrado en la misión del diccionario es incluir todas las palabras, correctas o no, cuando su uso se generaliza, procurando, eso sí, señalar en su caso la incorrección y remitir a la forma acertada el diccionario palabras que provienen de otras incluidas, pero que se han multiplicado con naturalidad —afectante, agendar, agiotismo, amodorrante, animalismo—; otras coloquiales, como mamitis —apego a la madre—, potar —vomitar—, zasca —respuesta cortante—, palabro —«palabra rara o mal dicha»—, culamen —vulgarismo— y otras que están en el mundo empresarial —puntocom— o que genera la propia realidad social —portuñol, cuarentañero, conspiranoia— o que, también coloquiales, provienen del ámbito hispanoamericano, como —amá (madre, de origen vasco) o apá (padre) o aguantadero como lugar en el que se esconde un delincuente…
La continua, cambiante y bulliciosa vida de las palabras se mueve a nuestro alrededor como la de los innumerables seres del planeta, y la misión de la Real Academia Española es recogerlas, con esa … censura prudente de las voces… de la que hablaba la Real Cédula fundacional de 1714. Pensar que en el Diccionario solo deben entrar las palabras «cultas» sería quitarle a este fundamental instrumento lingüístico buena parte de su profundo sentido recopilador y difusor, además dentro de una lengua que está dispersa por el ancho mundo y que goza, felizmente, de notable buena salud.
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