Sí, en su nombre. Los críticos eligen los mejores y peores acontecimientos del arte de estos doce meses

Un nombre propio: Carlos León ha recibido, recientemente, el merecido reconocimiento del Ayuntamiento y la Diputación de Segovia y prepara para el año 2025 una exposición en una prestigiosa galería madrileña. Sin duda, es uno de los más lúcidos y apasionados pintores españoles, ofreciéndonos paisajes, jardines y carnalidades que nos seducen y llenan de entusiasmo.

Un fracaso: Aunque despertó esperanzas que un latinoamericano estuviera, por fin, al frente de la Bienal de Venecia y a pesar del tema elegido (la extranjería), lo cierto es que el aburrimiento y hasta la frustración han sido lo que ha generado la selección inercialmente ‘historicista’ de Adriano Pedrosa. Una ocasión perdida para mostrar, por jugar con Torres García, el Sur que puede guiarnos.

Una expo: ‘El sueño de la cólcedra’ Teresa Lanceta. Museo Patio Herreriano (Valladolid). Teresa Lanceta presentó en la Capilla de los Fuensaldaña del centro ‘El sueño de la cólcedra’, una fascinante investigación sobre los tejidos funerarios del siglo XIII en Castilla. La propuesta marca un giro en su obra, donde tejer se convierte en un medio para explorar la Historia.

Un nombre propio: Miren Arzalluz, directora del Museo de la Moda de París, asume el relevo de Juan Ignacio Vidarte al frente del Guggenheim Bilbao. Los requisitos del concurso, perfectamente ajustados a su perfil, y su vínculo como hija del histórico presidente del PNV, Xabier Arzalluz, enmarcan la polémica en torno a su designación.

Un fracaso: El Museo de Zapadores de Fuencarral cerró sus puertas debido a la recalificación de terrenos para ‘Madrid Nuevo Norte’. Fundado por Néstor Prieto y Francisco Brives en 2013, preservaba un valioso legado de archivos, obras y residencias artísticas. Su clausura refleja la falta de sensibilidad institucional y supone una pérdida irreparable.

Una expo: ‘Music of the Mind’ Yoko Ono. Tate (Londres). Las grandes artistas conceptuales de ‘performance’ pueden afirmar: «La culpa de todo, la tiene Yoko Ono». Así lo demostraba la exposición que la Tate Modern dedicó a esta pionera fundamental. Activismo, cine, música, ‘performance’ y arte participativo se daban cita en ‘Music of the Mind’, un recorrido fascinante por su trayectoria experimental abanderada por el pacifismo y el feminismo.

Un nombre propio: María Santoyo. Su balanceado perfil entre lo académico y lo innovador la convertían en la candidata perfecta para dar un destacado impulso a PHotoEspaña. Y vaya si lo ha conseguido. Cerca de 100 exposiciones y 300 artistas, en torno al eje temático del movimiento, acompañados por un programa de actividades divulgativas, han asegurado nuevas audiencias y excelentes críticas.

Un fracaso: El pasado febrero del 2024, los dieciocho mediadores del MNCARS convocaban una huelga indefinida por la eliminación de su servicio debido a un fallo en la licitación con la empresa externa Sedena. Denunciaban la hipocresía institucional que organiza exposiciones y actividades sin solucionar su precariedad. Por suerte, desde octubre han vuelto bajo las mismas condiciones laborales.

Una expo: ‘Narrativas de emancipación, deseo e intimidad’ Erwin Olaf. Centro Fernán Gómez (Madrid). Una de las mejores exposiciones que hemos tenido ocasión de ver en Madrid durante este año. El fotógrafo y videocreador holandés, fallecido en 2023, fue capaz de armar con sus obras una sintaxis visual y conceptual plenamente propia, reflejando con imágenes poderosas algunos de los temas candentes de nuestra sociedad: soledad, incomunicación, violencia o sexualidad no normativa.

Un nombre propio: Poder disfrutar permanentemente en Madrid de artistas como Rubens, El Greco, Van Dyck, Goya, Turner, Van Gogh, Cézanne, Monet, Munch, Rothko o Magritte, entre otros, está cerca de ser una realidad gracias al generoso ofrecimiento del empresario mexicano de origen asturiano Juan Antonio Pérez Simón, propietario de una excepcional colección de más de 4.000 piezas de pintura, escultura, dibujo, artes decorativas y manuscritos.

Un fracaso: La muy escasa presencia del arte español contemporáneo dentro del panorama internacional sigue siendo una de nuestras sempiternas asignaturas pendientes. Resulta descorazonador y preocupante visitar galerías, museos, ferias, bienales y otros eventos artísticos fuera de nuestras fronteras y continuar comprobando cómo –a causa de débiles y miopes políticas culturales y fiscales– esta ausencia se mantiene como una indeseada presencia.

Una expo: ‘Profundis’ Delcy Morelos. CAAC (Sevilla). Sin duda, la monumental ‘Profundis’ de Delcy Morelos en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Morelos, elegida recientemente artista del año en los prestigiosos Premios ARTnews 2024, plantea una propuesta ‘site especific’ que germina, con la tierra y la vegetación como recursos plásticos, en el Monasterio de la Cartuja, estableciendo diálogos sensoriales, transoceánicos e interculturales.

Un nombre propio: Definir la importancia y la influencia sobre generaciones inmediatas de Pedro G. Romero (Aracena, 1964), premio Nacional de Artes Plásticas 2024, no resulta sencillo. Un artista cuya dicción, que pivota sobre herramientas multidisciplinares, se acrisola siempre en su objetivo: una coherente e incansable investigación sobre los mecanismos de simbolización de la cultura popular y sus reelaboraciones estéticas.

Un fracaso: Si toda pérdida es dramática, la desaparición de Gerardo Delgado (Olivares, 1942-2024) ha resultado relevante para el arte andaluz. A la calidad humana y a la importante trayectoria creadora en el desarrollo de los lenguajes de la abstracción en España desde fines de los 60 del siglo pasado habría que sumar su inquebrantable interés por respaldar a las nuevas generaciones de jóvenes creadores.

Una expo: ‘Toda utopía pasa por la barriga’ Carlos Garaicoa. Es Baluard (Palma de Mallorca). La exposición del cubano, comisariada por Lillebit Fadraga, es un proyecto de instalaciones impactantes, dibujos y esculturas que plantean preguntas sobre el lugar del ser humano en el orden natural. Excelente resultado de una colaboración con el CAAM.

Un nombre propio: Pionera de la ‘performance’ en España, este año, Esther Ferrer ha cumplido los 86 estupendamente: con la itinerancia al museo alicantino MACA de su última muestra más personal, comisariada por Margarita Aizpuru, producida por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana e inaugurada primero en el Centro del Carmen.

Un fracaso: La bienal nómada europea Manifesta 15 prometía revitalizar zonas industriales y despobladas con intervenciones entre puntos clave de Barcelona y diez ciudades de su área metropolitana. Sin embargo, las largas distancias y la poca repercusión de las piezas elegidas en torno al cambio climático como tema principal disuadieron al público potencial.

Una expo: ‘Hacer como quien dice: ¿y esto qué es?’ Eva Lootz. Museo Reina Sofía (Madrid). Eva Lootz (Viena, 1940) se merecía su exposición individual en el Museo Reina Sofía, y por fin llegó, quizás tarde, pero llegó. ‘Hacer como quien dice: ¿y esto qué es?’ constituye una muestra excepcional que recorrió cinco décadas de la artista, contando con algunas obras que nunca se habían expuesto.

Un nombre propio: La acertada ‘Pinacoteca migrante’, proyecto expositivo para el Pabellón de España en la Bienal de Venecia, ha alzado, aún más, a la peruana Sandra Gamarra como un nombre clave de 2024. Es la primera vez que una artista no nacida en España lo hace, generándose un necesario debate sobre el concepto de identidad nacional

Un fracaso: Tras 37 años de andadura, la escuela de fotografía EFTI cerró sus puertas el pasado mayo, dejando en la calle a empleados y alumnado a través de un mensaje de whatsApp. Lejos de los ya evidentes problemas económicos que sufría, destacó por emplear unas formas que incumplen todo manual de buenas prácticas (y de decencia).

Una expo: ‘Journey to the Center’ Cristina de Middel. Les Rencontres de la Photographie (Arlés). La exposición de Cristina de Middel en Les Rencontres de la Photographie 2024 presentaba la ruta migratoria a través de México desde un particular prisma. A través de una mezcla de fotografía documental, imágenes construidas y material de archivo, ofrecía una visión compleja y crítica, desafiando las narrativas simplificadas de los medios. La Iglesia des Frères Percheurs de Arlés hace de escenario para la reflexión sobre la migración, el poder y la identidad, invitando al espectador a cuestionar las realidades establecidas.

Un nombre propio: En 2024, Pilar Aymerich ha sido reconocida a través de exposiciones destacadas como ‘Memoria vivida’ en el Centre d’Art Tecla Sala y La Lonja de Zaragoza. Con más de 150 fotografías y material audiovisual, celebra su legado en el fotoperiodismo y la fotografía cultural, reafirmando su influencia en la escena española.

Un fracaso: El proceso administrativo para la dirección del Centro Nacional de Fotografía (CNF), limitado a funcionarios y publicado en el BOE, es una de las peores noticias de 2024. Tras más de 40 años de espera, el sector se encuentra este enfoque restrictivo que impide la designación de un perfil internacional adecuado para liderar un proyecto cultural ambicioso y necesario. Algo similar ocurrió en la Academia de España en Roma.

Una expo: ‘Deseando ser’. Daniel Verbis. Museo MARCO (Vigo). Daniel Verbis enfrentó las vastas, difíciles salas en la planta baja de la antigua cárcel con un dominio escenográfico y conceptual apabullante. Nunca se han podido entrever tan de cerca los procesos de su trabajo, nunca han parecido tan amplios sus intereses ni tanta su inteligencia plástica. Un absoluto jalón en su carrera.

Un nombre propio: Tras una magnífica gestión en el Museo de Bellas Artes de Asturias desde 2013, Alfonso Palacio (Gijón, 1975), pasa ahora a ser director adjunto de Conservación e Investigación del Prado. Magnífico fichaje para la pinacoteca, aunque genere un vacío en el museo de Oviedo justo en medio de su ambiciosa ampliación y redefinición.

Un fracaso: Con la pérdida de María de Graça Carmona e Costa desaparece no sólo una de las grandes mecenas portuguesas, también una personalidad carismática irrepetible y el testimonio de un tiempo apasionante. Con la de Eugenio Castro, además, la crítica pierde un verso libre, un verso de la poesía que él amó tanto como el arte.

Una expo: ‘Espacios de encuentro’. José María García de Paredes. Museo ICO (Madrid). El Museo ICO ha acertado de pleno con ‘José María García de Paredes: Espacios de encuentro’. Con esta exposición, comisariada por su hija Ángela, y un espacio diseñado por Studio Pachón-Paredes, cumple con su función esencial: acercar a las nuevas generaciones a los referentes del pasado y presente de la arquitectura.

Un nombre propio: David Chipperfield, por la creación de Casa RIA en Santiago de Compostela. Un proyecto que nace de su vinculación a Galicia a lo largo de más de tres décadas. Una iniciativa prometedora para reflexionar y activar el territorio local. Chipperfield quiere poner su experiencia adquirida como ‘star-architect’ al servicio de un desarrollo sostenible.

Un fracaso: La Casa de la Arquitectura, sin ninguna duda. Tras más de un año en funcionamiento,poco, más bien nada, está aportando a la reflexión y al debate serio que la arquitectura española está necesitando. Basta escuchar los diálogos del ciclo ‘La Casa de la Casa’ para comprobar el sectarismo y puerilidad del tipo de pensamiento que promueve.

Una expo: ‘Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910)’. Colectiva. Museo del Prado (Madrid). ‘Deslumbrante’ es lo menos que se puede decir de esta exposición, cuyo comisario, Javier Barón, cuestiona todos los tópicos del arte español del siglo XIX. Ni costumbrismos ni regionalismos, sino un arte social que se expresaba con pintura (Picasso, Nonell, Sorolla y otros muchos), con cine y con fotografía.

Un nombre propio: Julieta de Haro, nueva directora artística de CentroCentro. Después de su brillante trayectoria como comisaria de exposiciones, en proyectos como ‘Madrid Luz 2021’, que llenó la ciudad de gigantescas vídeo-proyecciones, Julieta de Haro acaba de ser nombrada directora artística de CentroCentro, y lo primero que ha hecho ha sido convocar a todos los artistas de la ciudad para invitarles a colaborar.

Un fracaso: La celebración del centenario de Tàpies en el Reina Sofía y su museo. Confieso que soy admirador del pintor y que fui a ver la exposición retrospectiva hasta tres veces, pero me resultó manida, reiterativa, abrumadora y aburrida. ¿Era que la estética de Tàpies se había quedado ya ‘viejuna’ y obsoleta? ¿Se trataba de un planteamiento curatorial equivocado? No lo sé. Para mí fue una gran decepción.

Una expo: ‘Roses from my Garden’. Nick Knight. Fundación Barrié (La Coruña). Destacaría la individual del artista británico Nick Knight en la Fundación Barrié. Un proyecto ilustrado por uno de los fotógrafos de moda más relevantes del panorama internacional en el que Knight hace un uso consciente de la IA para emular la fotografía, como la fotografía hizo con la pintura en sus comienzos.

Un nombre propio: ‘La lagartija y el topito’ es el título de un cuento a punto de editarse, escrito por Gloria Giner de los Ríos e ilustrado por su nieta, Gloria García Lorca (Nueva York, 1945). En su perfil creador, incombustible, también sobresale el reciente diseño de la creadora para la cerámica de Sargadelos.

Un fracaso: El MARCO de Vigo comienza una colección de arte contemporáneo propia con un perfil idéntico a las colecciones vecinas. La genial idea se celebra con la colectiva ‘Una imagen de sí’, comisariada por Miguel Fernández-Cid y María Seoane, que reúne a Marta Pérez Bravo, Yo- landa Herranz Pascual y Andrea Costas.

Una expo: ‘La jaula de los monos’. Colectiva. Museo ABC (Madrid). Una excelente noticia ha sido la esperada reapertura, en marzo de este año, del Museo ABC, que se encontraba cerrado (aunque ni mucho menos inactivo, con exposiciones itinerantes) desde el azote de la pandemia. Esperamos que pueda seguir dedicándose al maravilloso ejercicio de recuperar lo mejor de nuestra ilustración gráfica.

Un nombre propio: Neoyorquina, nacida dos años antes del crack del 29, Evelyn Botella nos dejó el pasado 23 de marzo. Al hacer este balance a-nual, no quiero dejar de señalar su indudable protagonismo dentro del panorama galerístico español, al tiempo que recordar, en lo personal, su fina sensibilidad y trato exquisito.

Un fracaso: Eludiendo hacer un fácil juego de palabras a partir del título de la célebre serie goyesca y asimismo entrar en el arrebatador ‘fenómeno Lita Cabellut’, considero que su exposición en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando resulta un episodio harto peregrino para una institución tan relevante y de tanta significación artística. ¿Avanza el desierto, como vaticinó Nietzsche?

Una expo: ‘Surreallismo’. Colectiva. Centro Pompidou (París). Un siglo, nada menos, ha pasado desde la publicación del Manifiesto Surrealista de André Breton, y el Centre Pompidou de París le dedica a la que debió ser la gran revolución del siglo XX una exposición extraordinaria que -maravilla de las maravillas- podremos ver en España el año que viene.

Un nombre propio: Figura inclasificable, revelación –es la primera retrospectiva que se le dedica en España–, Saúl Steinberg (Rumania, 1914 - Nueva York, 1999) fue conocido esencialmente por las inconfundibles ilustraciones que realizó para ‘The New Yorker’ a lo largo de casi sesenta años, pero era mucho más que eso y su heterodoxia cobra hoy especial relevancia.

Un fracaso: La edición de ARCO de 2024 fue la primera que se celebró sin la presencia de la fundadora (hace exactamente cuarenta años) de la feria, Juana de Aizpuru. Una luchadora que desempeñó un papel crucial en el fulgurante -y muy exitoso- ingreso de España en la posmodernidad. Había cerrado su sala unos meses antes y ha donado parte de su colección y su archivo al Reina Sofía.

Una expo: ‘Prólogo a la historia del nacimiento de la libertad’. Paul Pfeiffer. Museo Guggenheim (Bilbao). Es la última gran expo que he visitado y es que, a pesar de la obviedad de la apuesta, el Guggenheim no defrauda con la muestra de Paul Pfeiffer, en la que el amplio recorrido y la puesta en escena nos hacen creer, aún, en las grandes producciones con sentido.

Un nombre propio: Rebecca Horn, un nombre que ha vuelto a saltar a la palestra por fallecer este año, pero que ya estaba asociado a la Historia del Arte por ser el de una de las artistas que más ha cambiado la poética en torno a la instalación desde los años ochenta y de la que siempre recordaremos obras como ‘Pencil Mask’.

Un fracaso: La exposición de Jeff Koons y Picasso en La Alhambra que no sólo es un exceso y un derroche ingente de recursos, sino que carece de coherencia con su entorno ni un desarrollo comisarial. A parte de no aportar valor casi ni como reclamo turístico, roza la falta de respeto hacia un patrimonio como el que la alberga.

Una expo: ‘True colors’ Colectiva Kunstmuseum (La Haya). Si tuviéramos que definir ‘pintura’ con una sola palabra, esta sería ‘color’. Desde esta perspectiva se entiende la verdad que encierra este título. Algunas obras de la AkzoNobel Art Foundation en diálogo con los impresionantes tesoros abstractos de este maravilloso museo con Mondrian como principal plato fuerte. Una delicia de principio a fin.

Un nombre propio: Eduardo Chillida. En el centenario de su nacimiento, me parece obligado destacar su figura, su trayectoria y su obra. Muy singularmente su escultura pública. Como todo artista ligado a su momento histórico, Chillida se desprendió del pedestal sin perder esa dimensión monumental que ha convertido sus obras en auténticos iconos que perdurarán en la memoria colectiva.

Un fracaso: La DANA del 29 de octubre ha sido un impresionante desastre puntual cuyas consecuencias se dejarán sentir en el tiempo. El sector cultural suele ser especialmente sensible a los reveses económicos, y las artes visuales no se van a salvar de esa quema / merma presupuestaria de origen inicialmente acuático.